10.
Julie revisaba la lista de ejercicios que James había hecho durante su estadía, repasaba cada trazo y número.
James nunca pensó estar tan tenso mientras Julie revisaba su esfuerzo, habían compartido ya tres sesiones de estudio y James había comprendido que Julie era amable y comprensiva cuando explicaba pero exigente y poco flexible cuando se trataba de calificar los ejercicios que le dejaba hacer por su cuenta. Cada vez que James cometía un error Julie lo reprendía y le hacía ver lo estúpido que fue su error con la voz más dulce y al mismo tiempo más terrorífica de todas, después lo ponía a estudiar de nuevo y le dejaba el doble de ejercicios para que aprendiera bien.
Julie bajó las hojas de los ejercicios y volteó a ver a James de forma seria— Bien hecho.
—¿Enserio? —era la primera vez que Julie le decía que lo había hecho bien y no podía creérselo.
—Si, bueno hay algunos detalles en la estructura de la resolución pero los resultados son correctos y están lo suficiente claros como para que te ponga una calificación aprobatoria —dijo Julie sonriendo satisfecha.
—Eso es más que suficiente —James se recostó en el suelo alfombrado extendiendo sus brazos aliviado.
Julie lo vio divertida, se veía tan tierno, casi como un niño celebrando su primera estrella en la frente— Pero no hemos terminado, todavía faltan varios temas y necesitas todavía mejorar.
—Lo sé, lo sé, sólo déjame disfrutar este momento. ¿Creés que sea suficiente para pasar el siguiente examen? —preguntó James, no tenía de otra si quería conservar su beca.
—Podrías aprobarlo sin problemas.
—¡Genial!
—¿Tomamos un descanso?
James asintió todavía recostado en el suelo. Tenía un brazo cubriendo su rostro y el otro sobre su abdomen, su respiración parecía relajarse cada vez más indicandole a Julie que este estaba dormitando.
—¿Tan cómodo es el piso? —preguntó Julie viendo al chico relajado sobre la alfombra.
—Lo suficiente.
—Tengo una cama por si te interesa.
—No hagas invitaciones como esa si no quieres que termine confundiendola con algo más —el brazo del chico cubría su rostro pero aun así Julie notó como es que se reía de ella.
—Creí que había aclarado que no tenía intenciones de acostarme contigo.
—Me acabas de invitar a tu cama.
—Para dormir.
—Si, eso siempre dicen.
Julie rodó los ojos y se acostó al lado del chico. — Te tienes muy valorado.
—Tengo buenas referencias.
Julie golpeó su costado con su codo. No sabía en qué momento las conversaciones sin importancia como esa empezaron a ser cada vez más comunes y menos incómodas, James ya no la evitaba y parecía que la soportaba mejor que antes— Lo que una buena clase de cálculo puede lograr —pensó Julie en voz alta.
—¿Eh?
—Nada, es solo que pensaba que gracias a que te enseño cálculo tú me soportas mejor que antes. Cuando te conocí parecía que me odiabas —dijo Julie recordando la cara llena de furia de James el día en que lo conoció.
—Nunca te odie, aunque me diste una buena razón para hacerlo.
—Oye no puedes quejarte de nada, tuve que hacer un maqueta en menos de cinco horas y gracias a mí sacaste un sólido nueve —dijo Julie estirando sus brazos encima de su cabeza poniéndose cada vez más cómoda.
—Si no hubieras destruido mi trabajo no hubieras tenido que hacerlo en primer lugar.
—Lo hecho, hecho está —dijo Julie libre de culpa.
Un largo silencio se interpuso en su plática pero como muchos otros que habían compartido durante los últimos días, no se tornó incómodo. Julie cerró sus ojos, el departamento estaba en completo silencio, sólo podía escuchar la respiración calmada de James a su lado, era raro como es que se sentía tan cómoda con alguien como él a su lado. Estaba por dormirse cuando sintió los dedos de James en su muñeca.
—En realidad pensaba que sólo eras otra niña rica cabeza hueca, como la mayoría de las personas en Ashton.
—¿Qué estás diciendo? —preguntó Julie con genuina confusión.
—¡Ja!, ¿no me digas que no lo sabías?
Julie despegó su muñeca de la mano de James y se recostó de lado, James ni siquiera la estaba volteando a ver pero Julie tenía marcado en su rostro el más pronunciado ceño fruncido que pudo mantener, para ella era injusto que él hablara así de todos en Ashton ya que indirectamente también señalaba a sus amigos. Naomi, Amos, Alex, Chad, Anna y Sarah ellos no eran así— No, y ¿qué te hace pensar que todos en Ashton son como tu crees?
James quitó su brazo de su rostro y se quedó mirando directamente al techo mientras hablaba —. Están los genios que entran con una beca de excelencia y los niños ricos que entran con sobornos. Parece que para Ashton el apellido de una familia pesa más que todo lo demás.
—Pero Ashton...
—Es la universidad más reconocida del país, si creeme todos sabemos su propaganda de principio a fin —James mantenía una expresión serena sin despegar la vista de aquel punto fijo en el techo al que decidió prestarle toda su atención— pero todos tenemos uno que otro secreto. Créeme cuando te digo que en Ashton la gran mayoría no aprobó siquiera el examen de admisión.
—Pero... —¿No aprobaron el examen?, la simple idea de un soborno era inimaginable para Julie, sus padres la habían educado para que fuera totalmente honesta, incluso las mentiras más pequeñas eran difíciles de pronunciar para ella, pero si lo que James decía era verdad entonces sus amigos... No, no, no, ellos no son así ¿o sí?— ¿James tú cómo sabes todo eso?
—Soy becado.
—Eso no tiene sentido yo también soy...
—Tu apellido es Faivre ¿Enserio piensas que alguien se metería contigo llevando ese apellido? Cuando entré a la licenciatura fue lo primero que me dijeron, me advirtieron de las cosas que podrían pasar y como jamás debía meterme con los apellidos de renombre y créeme que lo estaba haciendo de maravilla.
Julie se quedó callada por unos segundos antes de volver a hablar —¿Alguna vez te dije mi apellido?