Soobin despertó sobresaltado por el ruido del despertador. Lo apagó, pasando sus manos por su rostro en un intento de recuperar sus sentidos. Sus músculos estaban tensos y sus rodillas dolían cuando se levantó, comprobando muy a su pesar que nuevamente se había quedado dormido en su escritorio mientras estudiaba. Suspiró con cansancio y ordenó los libros regados por el lugar, quitándose los lentes luego para tomar su ropa y meterse al baño.
La misma rutina de siempre, la misma ducha de todos los días y la misma molesta tarea de ponerse las lentillas pues las gafas no lucían con su perfecta imagen. Se miró en el espejo, ordenando su cabello, dejando atrás el cuarto mientras caminaba hacia la habitación de su hermano menor.
- Beomgyu-ah. - Lo llamó, golpeando una vez la puerta antes de entrar. - Beomgyu, si no te levantas ahora... - Comenzó a decir, mas las palabras se perdieron al comprobar que la cama del menor estaba deshecha y no había rastros de él. ¿Dónde se había metido aquel chico?
Bajó las escaleras rápidamente, arreglando el nudo de su corbata antes de entrar a la cocina, siendo atraído por un delicioso olor. Su hermano pequeño se encontraba preparando el desayuno mientras dos recipientes de comida yacían sobre la mesa, despertando su atención.
- ¿Beomgyu?
- ¿Uhm? Oh, hyung, el desayuno ya está listo. - Sonrió, depositando las cosas sobre la mesa mientras lo invitaba a tomar asiento.
- ¿Por qué te has levantado temprano? - Se apresuró a preguntar, estupefacto. - ¿Y por qué hiciste el desayuno?
- Desperté temprano para preparar unos almuerzos. - El castañito se sentó, señalando los dos recipientes con comida. - Un hyung del club hizo algo por mí el otro día, así que preparé comida para él en forma de agradecimiento. - El pelimorado se sentó frente al chico, asintiendo con pena mientras observaba el desayuno.
Había sido demasiado tonto de su parte pensar que su pequeño hermano había preparado el almuerzo para él, ¿cierto? Bien, quizás debía de sentirse suficientemente agradecido con el desayuno que iba a degustar.
- Como tuve tiempo de sobra preparé el desayuno también. - Comentó desinteresadamente Beomgyu, sirviéndose un vaso de jugo. - Por cierto, hyung, no olvides llevarte tu almuerzo, ¿sí? - Llenó su boca de pan bajo la escéptica mirada del mayor.
- Pero... son dos almuerzos. ¿No dijiste que uno era para tu amigo del club? - El castaño bebió un sorbo de jugo, tragando rápidamente toda su comida antes de darle una mirada extraña al mayor.
- ¿De verdad pensaste que haría almuerzo para dos? Para ser el mejor del instituto a veces dices cosas realmente tontas. - Soobin miró ambas cajas de almuerzo. - El mío ya lo guardé en mi mochila. - Aclaró. - Los que están ahí son el de mi hyung y el tuyo. - Se encogió de hombros antes de llenar su boca de comida nuevamente, dando por terminada la conversación.
El pelimorado tomó uno de los recipientes, observándolo fijamente mientras el castañito se limitaba a comer y jugar con su teléfono. Una sonrisa se deslizó por sus labios antes de abrazar la caja, dándole una mirada cariñosa al pequeño que estaba completamente sumido en su mundo.
Ese sólo podía ser un buen día, ¿cierto?
***
Beomgyu caminaba solo a través de los pasillos que lo dirigían a las aulas de los de segundo año. Huening Kai se había pasado toda la mañana con una mirada acusadora sobre él y sabía que pedirle que lo acompañara sólo obtendría como resultado más preguntas de su parte. Y sí, Beomgyu confiaba en su amigo, lo quería con su vida y estaba seguro de que sus sentimientos eran recíprocos, por ello no podía decirle algo como "el otro día Yeonjun me besó mientras estaba borracho y Taehyun me confortó, por eso estoy agradecido con él", porque seguramente el rubio no dudaría en estampar su puño contra el rostro del peliazul y, dentro de lo posible, quería evitar los altercados.
Sobre todo, quería evitar que Yeonjun supiera sobre aquel incidente.
Suspiró, alzando la mirada, deteniéndose súbitamente cuando se encontró con el de cabello ceniza hablando tranquilamente con una chica justamente en la entrada del salón. Kang Taehyun sonrió de manera ladeada en un claro coqueteo y la chica empujó levemente su hombro para luego cubrir su rostro aparentemente avergonzada, soltando una risita tonta cuando el chico se inclinó sobre ella, diciéndole algo en voz baja.
Beomgyu bajó la mirada hacia la bolsa que sostenía junto a la lonchera, preguntándose seriamente si valía la pena interrumpir la escena del mayor sólo para entregar aquello.
¿Taehyun se enojaría si era molestado en ese momento?
Por supuesto que sí, ¿quién no se molestaría cuando por culpa de una interrupción perdía una conquista?
Sin embargo, cuando estaba dispuesto a marcharse tras girar sobre sus talones, la voz de aquel chico dijo su nombre con cierta sorpresa y notó que ya era demasiado tarde para echarse atrás.
- ¡Hey, Beomgyu! ¿Qué haces aquí? - El castañito miró de reojo al de cabello ceniza, quien en vez de mostrarse molesto parecía curioso. - ¿Buscas a Yeonjun?
- No, yo sólo... quería hablar contigo y... - Sus mejillas se pusieron rojas al sentir la mirada de la chica sobre él.
- Oh, Chaewon, tengo que hablar con mi amigo, hablamos luego, ¿sí? - Avisó, caminando hacia el castaño para pasar su brazo por sus brazos y alejarlo un poco de la entrada del salón, dejando a la muchacha completamente decepcionada.
- ¿Era tu novia, hyung?
- Beomie, también puedes decir cosas graciosas, ¿cierto?
- ¿Eso es un no? - El de cabello ceniza se separó de él, apoyándose contra la pared mientras sonreía socarronamente. - Hyung, no lo entiendo.
- Es mi compañera, sólo hablábamos.
- ¿De verdad era sólo eso?
- Eres un niño realmente inocente, ¿cierto? - Kang suspiró, mirándole con ternura. - Venga, ¿por qué me buscas? Esto es inesperado.