No soy Soobin

Capítulo 41

- ¿Cuándo es tu cumpleaños? - Soobin quitó la mirada de su archivo, fijando sus ojos en el chico de tez pálida sentado frente a él y con la cabeza recostada en la mesa.

- El 5 de diciembre.

- Falta mucho... - Murmuró. - ¿Haces algo en especial ese día?

- Hmm... - El pelimorado apoyó su rostro contra su palma, pensativo. - Bien, el año pasado me hicieron una pequeña celebración de parte de la directiva y recibí muchos regalos de estudiantes que ni siquiera conozco. - Confesó, frunciendo sus labios. - En ca1sa... sólo cenamos en familia, no me gustan las cosas a gran escala y prefiero prepararme para los exámenes antes de las fiestas.

- Suena como algo que tú harías... - Huening Kai le miró un tanto aburrido. - ¿Y no hay nada que quisieras hacer?

- Oh, ¡yo sería feliz comiéndome una pizza familiar solo!

- Eres un cerdo, ¿lo sabes? - El mayor entornó los ojos ante la sonrisa burlona de su novio. - ¿No es algo demasiado simple?

- Mamá es quien se encarga de la cena. Ella hace platos grandiosos, pero jamás me daría una pizza familiar. - Suspiró con dramatismo.

- ¿Entonces debería darte una pizza familiar? - La mirada de Soobin se iluminó mientras la sonrisa se ensanchaba en sus labios.

- ¿Qué? ¿Quieres que pasemos mi cumpleaños juntos?

- Y-yo... - El menor se sonrojó ante la insistente mirada del pelimorado. - ¿No es la clase de cosas que hacen los novios? - Preguntó, rascando su oreja mientras apartaba la mirada, demasiado avergonzado.

- Kai Kamal Huening. - Lo llamó Soobin, mas él no hizo caso. - Kai, cariño. - Huening Kai bufó, escuchando una silla ser arrastrada y sintiendo unos dedos tomar su barbilla para obligarle a girar, encontrándose con la mirada de su novio sólo un segundo más tarde. - ¿Sabes qué me haría feliz el día de mi cumpleaños?

- ¿Una pizza familiar? - Respondió con obviedad. El pelimorado soltó una carcajada, negando con la cabeza para inclinarse aún más hacia el chico de ceño fruncido.

- Estar contigo. - Murmuró. - Me haría feliz el sólo estar contigo, tonto.

El menor intentó ocultar una sonrisa y los ojos del mayor le miraron con ternura antes de separar la distancia entre los labios de ambos. 

Sí, ese hubiese sido el cumpleaños perfecto.

***

Soobin sonrió cordialmente a la desconocida frente a él. Logró escuchar que era de primer año y que realmente le deseaba un feliz cumpleaños, entregándole el regalo tan rápido que por poco se escapa de sus manos antes de salir corriendo, demasiado avergonzada por estar cara a cara con el chico de sus sueños. La sonrisa del mayor se desvaneció y observó el obsequio, un poco tristón. 

El resto realmente tenía que dejar de gastar innecesariamente en él. 

Caminó hasta su casillero, pensando en su conversación con Huening Kai hace más de un año. Si eso no hubiese pasado, ¿habrían estado juntos para su cumpleaños?

Yeonjun suspiró, jugando con las tiras de su mochila mientras caminaba a la sala del consejo estudiantil. Ese miércoles había una supuesta reunión, pero el grupo de KakaoTalk que había hecho la directiva (sin incluir a Soobin, claramente) básicamente había explotado en mensajes sobre quién se encargaría del pastel y más cosas por el estilo. Sí, a él le gustaban las fiestas, le gustaba el pastel y, por supuesto, le gustaba Soobin, pero no estaba seguro de poder enfrentarse a él luciendo feliz junto a Yeji. 

Bien, él podía superar ese flechazo, por primera vez tenía un poquito de fe en sí mismo para conseguirlo, no obstante, no dejaba de ser impactante ver a tu amor platónico estando con otra persona frente a ti. Por otro lado, como si no tuviese suficiente con eso, se sentía ofuscado porque su amiguito de los mensajes jamás le respondía al instante, ¡como si no fuese suficiente el tener que aceptar la dolorosa realidad donde ese chiquillo no quería decirle nada de él!

Kim Yeonjun, rechazado en la vida real, rechazado en el mundo virtual. ¿Qué era más patético que eso?

Sí, lo cierto era que lo de Soobin no estaba confirmado aún, pero no quería tener muchas expectativas tampoco. Su corazón no estaba preparado para más decepciones.

- ¡Jay, deja el pastel en paz! - Escuchó la voz de Chaeryeong apenas ingresó a la sala. - ¿Qué harás si terminas por tirarlo?

- ¿Te preocupas por mí? Yo me preocuparía más por Yeonjun, ¡él siempre está tirando todo! - El peliazul le miró ofendido, pero no refutó aquello. Después de todo, ¿no había estado dejando caer su teléfono demasiadas veces ese último tiempo?

- ¿Por qué Yeji no está aquí? - Lia estaba sentada, observando la pantalla de su celular mientras agitaba sus pies de manera casi frenética. - Fue ella quien organizó todo, es raro no tenerla aquí.

- De seguro le está dando su regalo de cumpleaños a nuestro Soobin. - Alzó sus cejas sugerentemente Jay.

- No realmente. Cuando venía con Sunoo nos encontramos con ella y le pidió ayuda en un asunto, así que no estaban juntos. - Yuna miraba escéptica a sus compañeros. - Y realmente... ¿ellos son novios ahora? Es decir... no se comportan de manera diferente.

- Es porque Soobin es un chico reservado.

- No, Yuna tiene razón. Ellos... están actuando raro, estoy segura de que Yeji ha estado más distante estos días. - Murmuró Chaeryeong, pensativa.

- Chicos, chicos. - Los llamó Yeonjun, suspirando con un poco de cansancio. - No es algo que nos concierna a nosotros, ¿cierto?

- Gracias por entenderlo, Yeonjun. - Las cinco personas se congelaron cuando giraron hacia la puerta, encontrándose con Yeji y Sunoo. - Pero si tanto les interesa saber, nosotros no estamos saliendo.

- ¿No? - Jay la miraba incrédulo.

- No, nosotros sólo somos buenos amigos. - Terminó por musitar, apartando la mirada.




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