No soy una falla

Capítulo 25

Comencé a abrir los ojos de a poco y me encontré con el rostro de Matthew. Sentía el movimiento de su cuerpo al caminar y la tensión muscular que tenía por cargarme en sus brazos.

—Ya era hora de que despertaras. —me dijo evitando mirarme a los ojos. Se detuvo y me ayudó a incorporarme de a poco, hasta que logré recuperar el equilibrio.— Tuve que turnarme con el noviecito tuyo porque estabas por cortarle los tendones del brazo.

—Lamento que te haya tocado cargarme —insistí en pedirle disculpas. Me sentía incómoda con el hecho de que solo parecía aportarle cosas negativas a este chico—. Juro que yo no controlo muy bien mi cuerpo, no creas que a mí me gusta desmayarme por la vida.

Sofía se me acercó y colocó su mano en mi hombro.

—Ya es un tema que me preocupa bastante, Scarl —comentó ella—. No puede ser que en cada momento de estrés colapses. ¡Imagina si ocurre durante una pelea!

—Durante una pelea su cuerpo emanaría adrenalina pura. —le respondió Matthew—. Veo un poco complicado perder la conciencia cuando solo se está pensando en permanecer con vida. —Se decidió a mirarme y agregó—: Tú no necesitas disculparte. Yo decidí cargarte por mi cuenta.

Le sonreí apenas y cambié de tema preguntando por el resto ya que no los veía con nosotros.

—Katherine y las otras tres chicas nuevas fueron a reponer agua de un aljibe cercano. En cuanto a los hombres... Matt fue quien se ofreció a acompañarnos, Aarón debe estar buscando aquellas bayas deliciosas de las que tanto habló durante todo el camino y Luke y los hermanos Hard... —Dudó durante unos segundos lo que podrían de estar haciendo—. Probablemente, meando tras unos árboles.

—¿Y qué es esta gran muralla de árboles? —pregunté apenas la vi, imponente frente a nosotros.

—Eso es lo que nosotros también nos preguntamos. —me respondió Sofi, quien tenía el radio en mano—. María, ¿me escuchas? María...

—¡Escucho fuerte y claro! —respondieron por el parlante—. ¿Quién está hablando? ¿Scarlett se encuentra bien?

Gracias al cielo. Por fin pudimos entablar comunicación con ella.

—Sofía. Sí, está perfecta, hermosa y salva igual que siempre escuchando a mi lado. Necesitamos saber si hay que rodear o traspasar la muralla de árboles.

—Tendrás que ingresar unas coordenadas que te dictaré y una vez que las hayan cargado en el radar, tendrán que atravesar la muralla para llegar a la puerta ubicada en el suelo que les dará acceso al ingreso de los túneles. Una vez que logren ingresar en los túneles perderemos toda conexión hasta que puedan salir. Y chicas... necesitan llegar mañana a más tardar. Sigma me ha convocado a una reunión para alistar a los hombres que harán el primer rastreo en la primera mitad del bosque. Ustedes no serán vistos al estar bajo tierra, pero no me puedo arriesgar a que los atrapen. Debo colgar, suerte, bellas.

La comunicación se cortó y Sofi guardó cuidadosamente el radio.

—¿Pudieron hablar con María? —preguntó Colin quien salía de detrás de unos árboles seguido por Luke y su hermano.

Sofi le explicó la breve conversación que tuvimos con María. Luke tomó el radar e ingresó las coordenadas que figuraban en la pantalla.

—¿Te sientes mejor? —me preguntó Ares, quien me abrazó por la espalda—. Me preocupó verte desvanecerte con tanta lentitud.

Tiró de mi brazo para alejarnos un poco de los demás, detrás de unos árboles.

Me volteé a verlo y pude notar su preocupación. No hicieron falta mis ojos verdes para ello, su rostro podía comunicármelo por sí solo.

—Te juro que no sabía qué hacer. No sabía si darte tu espacio para que te repusieras sola o si debía ir a sostenerte. No quiero ser pesado y sé que te gusta probar lo fuerte que eres, pero apenas vi que tus ojitos coloridos se cerraban, no aguanté y fui a sujetarte.

¿Cómo es que el universo me había premiado con su presencia? Había pasado demasiado tiempo desde que alguien se había preocupado tanto por mí.

—Tú solo corre a buscarme —insistí al separarnos—. Es agradable saber que te interesas en mí.

—Aún no entiendes lo que produces en mi, ¿verdad? —Relamió sus labios sin poder creerlo—. No solo me interesas, me importas y muchísimo.

Ares era una persona muy emocional. Apenas conectamos miradas pude ver que sus ojos color esmeralda se humedecían. Era tan hermoso, cariñoso y empático que me daban ganas de besarlo cada vez que lo miraba.

No me contuve y lo besé, con esas ganas enormes que tenía guardadas desde hacía rato. Ya no quería guardarme nada. Este escape me había dado a entender lo corta que era la vida como para estar viviendo con miedo a sentir. Con miedo a expresarme y hacerle saber a las personas lo mucho que me importaban.

Empezaría con Ares este nuevo intento de cambiar.

—Si no te contienes un poco terminarás por comerte su cabeza, Scalar.—Acotó chistosamente Aarón, quien traía su torso desnudo y su remera negra funcionando como soporte para transportar las bayas.

—La próxima me comerá la cara en privado así no te incomodamos. —le respondió Ares, separándose de mí. Pasó por el lado de Aarón y golpeó su hombro para abrirse paso. Agarró la mochila y comenzó a seguir a Luke, quien emprendió marcha hacia el interior de la muralla.

Empecé a mover las piernas y los alcancé.

Había que prestar atención a las cañas de bambú que se alzaban hasta lo alto.

Grecia y Leah iban delante de Luke cortando los troncos con sus sables filosos, mientras que el resto las seguíamos e intentábamos no tropezar en el intento.

—Esperen aquí. —Nos detuvo Grecia.

Me asomé para ver lo que ocurría, pero ella ya se había desvanecido en el aire.

Reapareció a los pocos segundos anunciando que faltaban unos seis metros para llegar.

—Podrías haberte ahorrado las molestias —le dijo Aarón—. Hace dos metros atrás que estoy viendo el final de la muralla.



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En el texto hay: accion, amor, lgbt+

Editado: 18.03.2023

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