Único

Lo vi ahí tendido en el piso, tratando de sonreír mientras lágrimas caían por sus mejillas, comencé a llorar con fuerza, me acerqué a él y me arrodillé en el piso acariciando su mejilla, él solo sonrió, esa sonrisa que tantas veces me habían cubierto los ojos, movió sus labios susurrando dos palabras, Te amo.

Eso fue lo que me dijo antes de besarme por última vez, cerró sus ojos y por mucho que grité, él no despertó.
 

Flashback(Narrado por Jimin) 
 

Mi novio se llama Taehyung, es un chico alegre que lleva siempre una sonrisa en el rostro, han sido pocas veces que lo he visto triste, siempre que lo veo mal, él solo cambia su expresión, sonríe como si jamás hubiera estado mal, él cambia totalmente, no me preocupo mucho, creo que ese es mi error. 
 

¡Ya déjeme en paz!, ¡ustedes no son mis padres! - lo escuché gritar desde dentro de su casa - 
 

¡Te criamos como a un hijo!, ¡No puedes faltarnos el respeto! - se escuchó la voz de la madre Taehyung - 
 

¡¿A cambio de qué?!, ¡¿No recuerdas que me decías que haga a cambio de comida?! - pude escuchar que había comenzado a llorar - 
 

¡No le hables así a tu madre! - gritó su padre - ¡Eres un mal agradecido! 
 

¡No tengo porque agradecer nada, ustedes convirtieron mi vida en una mierda! - se pudo escuchar un golpe, obviamente me alteré e iba entrar por la ventana de su cuarto -

Cuando estaba subiendo por la ventana, pude escuchar el sonido del cinturón de los pantalón impactando contra la piel que supongo es la de mi novio, los gritos de dolor lo comprobaron, cuando estuve dentro de la casa, el ruido cesó y la puerta principal se escuchó, avisando que los padres de Tae se habían ido, examiné la habitación, la cama estaba desordenada, el armario estaba con prendas afuera y luego, una caja llena de fotos regadas en el piso, unas fotos de Tae conmigo besándonos, abrazados, en la playa, otras fotos mías durmiendo y otras de él y sus padres, los tres con una sonrisa.

Jimin... - Tae estaba parado en la puerta de la habitación, no me había dado cuenta - ¿Qué haces aquí tonto? - me preguntó con una sonrisa - Por cierto, disculpa mi desorden. - dijo avergonzado -

Lo examiné de pies a cabeza, su cabello revuelto, su pómulo izquierdo rojo, estaba en pijama, un polo manga larga blanco, junto a unos pantalones holgados de color negro y estaba descalzo.

¿Tu padre te golpeó? - pregunté acercándome - ¿Te ha hecho mucho daño? - dije tomándolo de las mejillas con cuidado - Estuviste llorando, tus ojos están hinchados al igual que tu nariz esta roja.

¿De qué hablas? - sonrió - estoy con un resfriado, no es nada.

¡No me mientas! - grité asustándolo - He escuchado todo, he oído como gritabas de dolor mientras tu padre te estaba golpeando, he oído como tu madre no ha hecho nada para detenerlo.

Sólo es tu imaginación. - dijo con lágrimas en los ojos -

Mientes... - lo tomé de su muñeca y se quejó al instante, lo senté sobre la cama - Quítate el polo.

¿Por qué?, estoy bien Jimin, no tienes de que preocuparte... - dijo tomando mi mentón -

¡Taehyung te he dicho que te quites el polo, joder! - soltó mi mentón y me empujó, para poder levantarse de la cama -

¡No puedes decirme que hacer!, ¡Estoy bien, si no me crees lárgate! - empezó a empujarme hacia la puerta de la habitación -

¡No me voy a ir hasta que me muestres todo lo que te ha hecho tu padre! - me tiró una cachetada -

Vete, no quiero verte ahora Jimin, ¡vete! - me quedé atónito, lo miré por unos breves segundos, se veía destrozado, salí del lugar -

Fui al parque a despejar mi mente, pero al parecer no pude, pues mis recuerdos me hicieron una mala jugada, imágenes de Tae conmigo vinieron a mi cabeza, momentos en los cuales reíamos, recordé la primera vez que nos conocimos, él estaba perdido en el museo aquél día y por casualidad chocó contra mí, su reacción fue realmente graciosa, se hizo pasar por alguien ciego, a chino sus ojos para darle más drama, ese día reí mucho, luego de eso, por coincidencia nos cruzabamos todo el tiempo, algunas veces fingía ser sordo, otras ciego y otros un bad boy, siempre reía, hasta que le pedí una cita, aceptó gustoso, sabía que ocultaba algunas cosas y las respete, hasta hace un par de semanas, cuando su actitud empezó a cambiar, ya no era el mismo, tenía ojeras, pero las ocultaba con maquillaje, sus sonrisas ya no parecían sinceras, se veía decaído, cuando aparecía yo, él cambiaba de expresión a una de felicidad falsa, pero lo dejé pasar, hasta ahora.

Las horas han pasado y ha comenzado a llover, estaba empapado de pies a cabeza, mis lágrimas se camuflaban con la lluvia, me senté en una banca del parque.

Lo siento... - alguien se sentó a mi lado - No debí de haberte golpeado, mucho menos haberte gritado... - un paraguas se encontraba frente a mí -

¿Que haces aquí?, vas a tomar un resfriado. - le hablé -

TaeTae no puede dejar que Minnie, tomarás un resfriado también. - volteé mi rostro para mirarlo, una sonrisa posada sobre sus labios -

Eres un bebé. - sonreí cansado - anda, vamos a mi casa, estoy seguro que mi madre se alegrará de verte, además; estas lejos de casa. - me levanté he hice que se subiera a mi espalda, no sin antes haber besado su labios -

Caminé un par de cuadras con él mientras me contaba cosas que nos hacían reír a ambos, saqué las llaves de mi casa de mi bolsillo para después abrir la puerta y bajar a Tae de mi espalda mientras él dejaba el paraguas en la entrada, cerré la puerta a mis espaldas.

Jimin, tesoro. - la voz de mi madre se escuchó - ¡Oh por Dios!, ¡Trajiste a Tae! - él hizo una reverencia y ella sonrió - Esperen les traigo unas toallas.

Miré a Tae y él a mí, ambos reímos, mi madre bajo las escaleras por donde había desaparecido y nos cubrió con toallas, luego nos mandó a bañar con agua tibia, como de costumbre nos bañamos en baños separados, pues Tae se ponía muy tímido, aunque no siempre había sido así.