No te esperaba

Capitulo 8

—¡ay dos mío! —grito con horror Cecilia y Vera al ver a Layla llegar a la cocina con un ojo rojo volviéndose morado.

 

—¿ves? Te lo dije —Layla miro un poco incrédula a todos que la miraban un tanto sorprendidos.

 

—pensé que el cuerpo que sacaron… ese hombre es un monstruo—Vera entre lágrimas corrió abrazando a su amiga por el cuello.

 

—no, no, calma, el Sr. Makris no me golpeo —Vera se separó solo para mirarla sorprendida.

 

—¿Qué? ¿en serio? —Cecilia no se lo podía creer

 

—¿entonces?

 

—bueno —antes de que pudiera hablar su jefe comenzó a aplaudir llamando la atención de todos.

 

—no importa, estas viva, en una pieza, este lugar no se limpiara solo, a trabajar! —todos se dieron la espalda y siguieron ocupados hasta que solo quedo Cecilia y Vera a su lado.

 

—Vera, regresa al salón! Esas bebidas no se servirán solas. —él le entrego una charola con copas llenas de vino y Vera no tuvo opción que correr fuera de la cocina.

 

—¿estás bien? —pregunto con cautela Cecilia recibiendo solo un asentimiento y una media sonrisa.

 

Lo que quedaba de madrugada terminaron de limpiar y arreglar el lugar junto al resto de empleados, solo quedaban borrachos en alguna esquina, pero extrañamente Layla se sentía observada.

 

Cuando volvió a subir al autobús que la había traído, el hombre le entrego un sobre blanco y una vez sentada en el bus solo abrió este para ver una cantidad de dinero que ella realmente no creía merecer, guardo rápidamente el sobre pero todas las chicas de las últimas filas se sentaron mirando a Layla con una sonrisa.

 

—¿viste al Sr. Makris?

 

—¿es cierto que es un hombre horrible?

 

—¿él te golpeo?

 

—no entiendo como sigues entera

 

Eso y mucho otros comentarios en tono bajo llegaron a los oídos de Layla y no sabía que responder al respecto.

 

—ya, ya… déjenla tranquila… pero en serio… ¿qué paso? Cecilia dijo que ese hombre parecía una bestia tirando vasos y botellas por todos lados como fue que tu …

 

—no lo sé… solo… —Layla se tocó la mejilla muy por debajo de la herida ya desinflamada, Claus le dio una pastilla para la inflamación y le coloco hielo un rato hasta que ella menciono que debía regresar a trabajar.

 

Luego de convencerlo que necesitaba el trabajo él la dejo ir prometiéndole que volverían a verse, pero eso no fue lo que le dijo a Vera, no con todas esas otras chicas mirando.

 

No entendió del todo porque la trato tan bien cuando con Cecilia se había comportado como un animal.

 

Solo cuando llegaron a casa Layla le explico mejor a su amiga lo que sucedió y el hecho de que Claus había sido el mismo hombre del aeropuerto, su amiga no supo que más decirle además de estar agradecida de que sobreviviera a Claus Makris que para el resto del mundo es el hombre que odia que le hablen o incluso miren directamente a los ojos y ahora que Layla lo pensaba Claus tenía unos lentes oscuros en sus manos.

 

No olvidaría esa primera vez … menos al amable hombre.

 

—ay no… —Layla se hundió con la mejilla sana en la almohada al recordarlo.

 

Había corrido como niña con problemas al andar, si no hubiera tenido su maleta en las manos hubiera sido como un pingüino corriendo, moviendo los brazos de arriba abajo.

 

¿él la habrá mirado?

 

Suele hacerlo cuando está feliz con algo.




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