—oh dios… —Layla se cubrió la mano con la boca
—¿te quemaste? Te dije que está caliente —reprocho Nico con preocupación acercándose.
—no, no es eso… es el mejor café que he tomado, creo que estaré hiperactiva durante seis horas antes de que se me baje —Tomo otro sorbo con cuidado de no quemarse la punta de la lengua bajo la mirada atenta de Nico quien sonreía con orgullo.
—bueno, eso es bueno ¿no? —la chica asintió dándole un mordisco al pan en su plato.
Esta nerviosa, no esperaba que cuando mencionaron lo del café, él la invitara a su casa, jamás había pisado la casa de Enzo y esto se sentía tremendamente como una invasión, pero ¿él fue a su casa? ¿Quién invadió a quien primero? Esto parecía lo más justo.
—¿sabes que si tengo? —pregunto teniendo la mirada de Layla sobre él.
—¿Qué?
—una tv —Layla casi escupe el café y ambos se rieron.
—a claro, humillando al pobre —dijo con tono lastimero, pero sin poder evitar reírse en el proceso.
—oh era esa mi intención, pero podemos ver lo que quieras —Nico la guio hasta la sala donde está un gran televisor en la pared.
Nico se hizo a un lado acomodando los cojines en el sofá para que ella tomara asiento lo cual hizo sin derramar el café de su tasa o soltar el pan que cómicamente sostenía con la boca.
No quería ser cuidadosa ni gentil, no quería que Nico se creara una imagen extraña de ella y así tal vez evitaría que se enamorara de ella.
Ahora son “amigos” y no quería cruzar la línea, pero es obvio que el beso en su casa podía volver a pasar y esta vez su herida ya había sanado.
Nico le entrego el control de la Tv una vez encendida cambiando de película en película hasta detenerse en una y subir los pies descalzos en el sofá.
—algo me dice que ya la has visto —Nico la imito subiendo los pies acomodándose en el otro extremo del sofá largo.
—sip, pero no en este idioma —Nico asintió mirando como apenas los logos de inicio comenzaban.
—¿vas a juzgar? —dijo levantando una ceja con una sonrisa coqueta.
—y soy muy ruda —sonrió con orgullo mientras la película iniciaba.
Nico volteaba a mirar a la mujer que no despegaba la vista de la pantalla a menos que sintiera la mirada sobre ella de Nico, lo vio levantarse un par de veces a por pastel y mantas para el frio que noto en Layla cada vez que se abrazaba a un cojín.
Temió que mirar una película vieja le afectara la percepción de como había visto la película tantas veces en el pasado, pero se sorprendió al comprender mejor de lo que esperaba.
Una vez que esta termino Nico soltó un fuerte suspiro.
—bueno, puedo decirte que nadie me había torturado tanto —dijo con malestar sentándose erguido en el sofá.
—oye, eso es cruel ¿no la habías visto? —Layla lo miro estirando los pies hacia el suelo agitándolos un poco de arriba-abajo.
—¿con sinceridad? —Layla asintió —realmente no. —Layla abrió la boca por la sorpresa
—¿como? ¿A las mujeres con las que has salido no te enseñaron orgullo y prejuicio? —ella aún no se lo puede creer.
—no eran amantes de las películas, supongo —se encogió de hombros.
—¿sabes? que por un momento olvide que edad tenías —Nico la observo sin querer ofenderse por ello pero en el fondo le toco una fibra.
—¿gracias? —Layla le lanzo un cojín —pero que quieres que diga —ambos se rieron y Nico le regreso el cojín sin tanta fuerza.
—es que no me lo creo Señor D’Angelo —la sonrisa de Nico se desvaneció un momento y Layla se quedó estática.
—jamás te he escuchado decir apellido —dijo simple sintiendo su corazón latir un poco más rápido que lo habitual al lado de la mujer.
—siempre hay una primera vez. —el hombre se mordió el labio inferior antes de negar levemente cuando ella simplemente sonreía. —necesito usar el baño.
—ya estaba preocupado —ella arrugo la nariz y salió huyendo al baño, tardando unos minutos en él.
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Editado: 20.08.2024