—¿en que piensas? —Layla no paro de mirar las ecografías en sus manos, su mundo se reducia a solo esas paredes.
—nada… solo… que son dos! —y de nuevo esa mirada de regaño.
—bueno… ¿Qué quieres que te diga? —Claus se encogio de hombros a lo que Layla entrecerró sus ojos.
—tu… —resoplo, sabia que no era culpa de Claus, tuvo el mismo miedo con Davida cuando la miro por primera vez y escucho su corazón, pregunto tantas veces si solo era uno que ahora, ahora no sabría como tolerarlo.
—¿estas asustada? Sabes que no estas sola —Claus acerco su silla a la de ella dejando besos en su hombro.
—lo se… pero…
—¿no cuidaste de ambas niñas al mismo tiempo? —con esa pregunta solo pudo mirar como Davida y Tabitha jugaban a atraparse entre ellas ya que los grandes canes solo las observaban con atención.
—si, tienes razón —tal vez no habia visto nacer a Tabitha, pero habia cuidado de ella desde muy pequeña.
Davida solia ser muy tranquila hasta que escuchaba llorar a Tabitha y eso molestaba su paz, haciendo que llorara de malestar.
—y yo y Stefan estaremos allí —Layla sonrio dejando que Claus dejara un beso en sus labios.
—escuche mi nombre —ambos se giraron para mirar a Stefan quien traía una bolsa de regalo color azul.
—¿para mi? —el hombre asintió sentándose al otro lado de la mesa. —gracias —respondio apenas tomo la bolsa sacando el papel de relleno para mirar lo que habia dentro, ambos hombres se miraron con complicidad hasta que Layla jadeo por la sorpresa.
—oow, están bonitos! ¿se lo dijiste? —Claus solo miro a Stefan sentado frente a ellos.
—tenia que, me tenia el celular lleno de mensajes en la consulta —lo acuso y este se encogio de hombros.
—no es mi culpa, tambien queria saber, me tomo por sorpresa que fueran dos —recargo sus codos sobre la mesa extendiendo su mano tomando la de Layla.
—no eres el único sorprendido —Layla volvio su mirada a los ecos en sus manos y se los paso a Stefan, este los miro y sonrio de medio lado.
—vaya… este si que fue una buena puntería —bromeo haciendo que Layla tambien lo mirara con enojo.
—saben que… me voy a descansar —ambos que mantenían una sonrisa en sus rostros la ayudaron a levantarse y mirarla irse a la estancia en la planta baja, hacia unas semanas que Stefan acomodo todo el lugar para que Layla se sintiera tranquila tomando sus clases de respiración y pudiera echar la siesta tranquila en un sofá que daba masajes.
—no fueras dicho eso —dijo frustrado mirando por donde se habia ido Layla.
—¿Por qué? No crei que fuera malo —se defendió mirando a lo lejos a las niñas jugar.
Habia echo un pequeño parque e incluso una casa del árbol artifical, pero perfecta para ambas niñas.
De todas maneras, Rea y Kay se la pasaban a su alrededor cuidándolas y dejándose poner accesorios.
—Lila sigue en shock
—ella lo dijo una vez… que podía tener la capacidad de tener gemelos, pero se decepciono y alegro porque Davida fuera una sola y mira —señalo a las niñas jugar. —prácticamente crio a dos niñas y no es fácil.
Claus le dio la razón, las niñas tenían demasiada energía: clases de béisbol, clases particulares de la escuela para que no perdieran su año de clases y días yendo a terapia solo para hablar sobre lo que quisieran, además de los niños del parque con los que jugaban y las clases de aikido en un ambiente con mas niños de su edad.
Todo para que las niñas pudieran tener una vida medianamente normal, pero eso era un trabajo duro.
—tenemos que ser mas comprensivos, ya sabes como se pone. —la mirada acusatoria de Claus le valio menos a Stefan.
—no te preopcupes, ya tengo algo que la hara llorar de felicidad —Claus lo miro con duda.
Layla solo queria amigas reales con quienes socializar, pues eso le daría.
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Editado: 20.08.2024