No te metas con Zoé

Cap. 3 - Estamos a mano

—¿Tu intención era dejar calvo a Derek?

Me encojo de hombros con indiferencia. Para ser sincera no pensé que la caída de cabello sería un efecto secundario de ese producto, tengo que leer las instrucciones, otra vez.

—Vamos Zoé —insiste Bianca mientras caminamos de regreso a nuestros respectivos hogares —. Yo se que planeaste esto con antelación, es mas, sino te conociera diría que se te salió de las manos.

—Tienes razón, no pensé que se le caería el cabello.

—¿Me dirás por que hiciste eso?

—¿Te acuerdas que llamaste a Adam preguntando por mi, ya que querías saber sobre esos rumores —Bianca asiente con la cabeza —. Todo es cierto.

Se detiene un momento, luego su rostro muestra una cara de completo asombro.

—Entonces, ¿es cierto que sedujiste a Derek y él no quería y como te sentiste humillada le lanzaste tu bebida y encima de eso lo arrojaste a la piscina...

—Espera, ¡¿Qué?! — la interrumpo —¿Acaso creíste esa tontería?

—Bueno... —muerde su labio, evitando contacto visual conmigo —. Lo de la bebida lo creo, pero eso de que tuviste la suficiente fuerza para tirarlo a la piscina, eso lo dudo.

—Me preocupa la manera en la que circulan los rumores —niego con la cabeza —. Derek me llamó zorra por usar ese vestido —aclaré.

—Es un imbécil —concuerda conmigo —, pero a pesar de eso no debiste dejarlo pelón.

—Te lo juro que leí la caja dos veces antes de usarla —aclaro con inocencia —. Jamás pensé que quedaría así, solo quería cambiar su cabello color castaño por uno que revelara su verdadera personalidad.

—Créeme Zoé, lo lograste. 

Suspiro con pesadez, ahora esto tendrá serias consecuencias. Retomamos el camino, mi ceño se frunce con dudas

—¿Dónde estuviste tú? —le pregunto —. Te busque, a ti y a Cassie para que me ayudaran, y en verdad me sorprendió no encontrarte.

Bianca agacha la mirada, sus mejillas están rojas, y como su tono de piel es muy claro, se nota fácilmente el sonrojo de sus mejillas. 

—¿Por qué quieres saber eso? Es obvio que a ti te fue mucho mejor que a mi.

—¿Mejor? ¿Eso crees? 

—Solo piénsalo —hace una pausa dramática —, el chico más deseado del instituto, te hablo. 

—Creo que estas distorsionando los hechos con tal de cambiar de tema. Vamos Bianca, dime lo que pasó. 

Suspira rendida, sabe que no me rendiré tan fácil. En verdad quiero saber lo que paso

—De acuerdo, ¿tu casa o la mía? —preguntó.

—Definitivamente la tuya —sentencio —, a esta hora mamá está haciendo yoga y créeme no es algo que deberías ver.

La casa de Bianca está a dos cuadras de la mía, y al ser vecinas se nos fue mucho más fácil entablar nuestra amistad, con Cassie fue diferente, ambas la conocimos poco después en clases. 

—¿Estarán tus padres? —le pregunto.

—Hoy tienen turno doble, así que estaré sola hasta tarde.

—¿Quieres que te acompañe? Ya sabes, hace mucho que no hacemos una pijamada.

Los ojos de Bianca se iluminan y asiente con la cabeza con emoción.

Abre la puerta, el aroma a galletas horneadas quedo plasmado en el aire, cruzamos un pequeño pasillo, donde las paredes están decoradas por diversas fotos de Bianca y su familia. Su hogar siempre lo consideré mas hogareño que el mío, ya que se siente en el aire la comodidad y el amor de su familia.

En cuanto llegamos a la sala me lazo a uno de los sillones, dejando a medio camino mi bolso.

—¿Quieres comer algo? —pregunta mientras recoge mi bolso y los acomoda en una pequeña mesa diseñada para dejar las maletas.

—Pizza —respondo con rapidez.

—Pero, no tene...

—Quiero pizza —ordeno.

Bianca niega con la cabeza mientras sonríe, sabe muy bien como soy. Toma el teléfono y hace el pedido respectivo.

—Cuéntame lo que sucedió—le digo en cuanto termina la llamada—. Y no omitas ningún detalle.

Suspira rendida, sus mejillas vuelven a sonrojarse, juega con sus manos mientras observa un punto fijo en el suelo.

La última vez que la vi así de nerviosa fue cuando nos confeso su relación con Josh, estaba tan apenada que rubor se extendió hasta sus orejas, eso me recordaba a los personajes de algunos mangas que había leído. 

—Después de que entramos a la fiesta de Derek, Cassie tomó mi mano y me llevó al patio trasero, la verdad no entiendo con que intención lo hizo— dijo con el ceño fruncido—, el asunto es que allí estaba Josh. Y no pude evitar sorprenderme, y a pesar de eso, lo ignore y él también hizo lo mismo —se queda en silencio unos segundos —. Después de ese incómodo encuentro Josh entró a la casa y Cassie le siguió —aclara su garganta —. Luego decidí divertirme, así que tomé uno de los tragos y coincidí con un chico muy atractivo y una cosa llevó a la otra —termina con velocidad.

—¿Sabes su nombre? —cuestiono ya que omitió esa parte.

—E-es Thomas —susurra.

—¡¿Thomas?! —grito levantándome de la impresión.

Asiente con la cabeza apenada mientras se hunde en el sillón. Inhalo aire para controlarme, ya que no puedo juzgarla, lo mejor que puedo hacer es controlar mi temperamento para que no dude en confiar en mi.

—¿Ligaste con el mejor amigo de Derek? No te has puesto a pensar que... —me quedo en silencio.

Y una idea llega a mi mente.

—¿Qué ocurre Zoé? —pregunta.

—Quiero hacerle otra broma a Derek.

—¿No te basta que se quedara pelón por no leer bien las instrucciones? 

—Ese fue error de novata —aseguro —. La cuestión es que sé que tarde o temprano me buscara para regresarme la broma, así que prefiero estar preparada.

—Esto va a salir muy mal —susurra mientras niega con la cabeza —. Así que dime que es lo que planeas hacer.

—¿Me ayudarás?

—Claro que si, porque aunque quiera negarme sé que me acosaras hasta que acepte.

—Tú serás un señuelo perfecto —sonrío. 




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