—¿Quién es el responsable de la pintura azul que quedo derramada en uno de los pasillos? —pregunta con paciencia el Director Collins.
Es la segunda vez que hace la misma pregunta, y ambos, nos volvemos a quedar en silencio.
—Tendré que llamar a sus padres sino contestan mi pregunta...
—¡No! —gritamos al unisonó.
—Entonces si pueden hablar —sonríe con ironía —, bien, hablen —ordena.
—En realidad...
—Fue mi culpa —me interrumpe Derek, ambos volteemos a verlo —. Por accidente derrame un bote completo en el pasillo, era pintura para pintar mi habitación.
El señor Collins entrecierra sus ojos inspeccionándolo, sabe muy bien que miente, pero su silencio solo me asegura que le cree.
—No mienta joven Black.
Mierda.
—No miento...
—Entonces, ¿Por qué le cayo ese bote de pintura a la señorita Miller?
Mas mierda.
—Bueno...
—Dije sin mentiras —su tono es mas severo.
—En realidad —interrumpo —, la pintura estaba encima de su casillero y por accidente me cayo a mi.
El director Collins se recuesta en su asiento y nos estudia minuciosamente con la mirada.
—Detención, dos semanas —dicta.
—Pero... —volvemos a hablar al unisonó.
—¿Quieren que sea un mes?
Ambos negamos con la cabeza.
—Y limpiaran el desastre que dejaron en el pasillo. La detención comienza hoy después de clases...
—¿No puede comenzar mañana? —pregunto tímidamente.
Siento la mirada de Derek penetrándome, y su mirada es tan fuerte que me eriza la piel.
—¿Por que haría eso? —cuestiona el Director Collins.
—Porque tengo una cita —susurro.
—¡¿Qué?! Hable mas alto.
Siento mis mejillas arder por el rubor y la vergüenza, tendré que volver a repetirlo para que pueda librarme de la detención, al menos por hoy
—Tengo una cita —digo con mas fuerza.
El director Collins alza la ceja de forma divertida y por el rabillo veo a Derek apretar los puños.
—Puede posponer esa cita, señorita Miller —dicta una vez mas —. Pero si se apresura, puede que llegue a tiempo.
Sonrió sin poder evitarlo.
—El día de hoy se encargaran de la limpieza del gimnasio. Pueden retirarse.
Salgo disparada de la oficina, el ambiente se volvía cada vez mas pesado. Supongo que eran las malas vibras que emanaban de Derek.
¿Qué le pasa?
—¿A donde crees que vas? —cuestiona el diablo deteniéndose frente a mi
—A clases, ¿A donde mas? —pregunto con ironía y molestia.
Rueda los ojos cansado y suspira pesadamente antes de volver a hablar.
—No puedes salir con Adam.
Bufo divertida, esto es peor de lo que pensé.
—¿No puedo salir con el, pero contigo si?
Se queda en silencio, y antes de que pueda decir algo mas, lo rodeo y sigo mi camino hacia las clases, no quiero mas detenciones.
Por suerte el resto del día transcurre con completa normalidad, tuve que notificarle a Adam que teníamos que posponer la cita un par de horas, lo cual accedió sin cuestionar.
Después de nuestro encuentro en la mañana, Derek no volvió a dirigirme la palabra y menos cuando ambos estábamos limpiando el desastre que habíamos dejado en el pasillo, la pintura se había secado por completo, por lo que nos tomo mas tiempo del previsto.
Pero al terminar de dejar todo impecable salí corriendo, ya que no quería hacer esperar a mi cita.
....
Observo mi reflejo a través del espejo. Para la cita con Adam opté por un vestido floreado que me regalo mamá hace un par de meses.
Tengo un debate interno en si llevarlo o no. La complejidad de mi cuerpo es una constante lucha, no me gusta la manera en la que los vestido se amoldan a mi figura. Exasperada por mi mala apariencia, tomo asiento en la cama, aún viendo mi reflejo por el espejo.
Saldré con Adam, pero no es lo que esperaba. Pensé que estaría más emocionada, ilusionada ante la sola idea de la cita, pero por el contrario, estoy acomplejada, de mal humor y por si fuera poco, no tengo ánimos de salir.
—¡Te pusiste el vestido que te regalé!
El grito inesperado de mamá me sacó de mi trance mental.
—Sí, mamá —intento sonreír para disimular, pero solo consigo hacer una mueca.
Toma asiento al lado mío, y a través del espejo logro ver una gran sonrisa de su parte, pero al ver mi seriedad su expresión cambia.
—¿Qué sucede? —cuestiona preocupada.
—Saldré con Adam.
Sonríe aliviada.
—¿Y cuál es el problema? Hace poco me comentaste que él te gusta. ¿Ya no sientes lo mismo? —niego con la cabeza —. ¿Qué o quién fue el que te hizo cambiar de parecer?
《Derek》
Quise responderle. Pero omití los detalles.
—No lo se mamá —evado la pregunta —, talvez son nervios..
—¿Estas segura?
《No》
—Solo no me siento del todo segura al estar usando este vestido.
Mi vista viaja hacia ella, tiene una gran sonrisa en los labios y sus ojos brillan más de lo normal.
—¿Qué es tan gracioso? —cuestiono.
—Zoé — dice poniéndose de pie y tomando con sus cálidas manos mi rostro —. Te ves hermosa, y si Adam no se da cuenta, es por que es un completo tonto.
Besa mi frente para luego salir de mi habitación.
Doy un último vistazo en el espejo y salgo detrás de ella. Bajo las gradas con velocidad y al mismo tiempo suena el timbre de la puerta, debe de ser Adam.
Respiro profundamente antes de abrir la puerta, pero la persona detrás de ella no es la que esperaba.
—¿Qué haces aquí?— digo cruzándome de brazos.
—Hola preciosa.
—¿Acaso no escuchaste lo que te pregunté? —cuestiono.
—Vine a invitarte a salir.
—Pierdes tu tiempo —aclaro —. Si lo que quieres es otro golpe allí abajo, solo dilo —sonrío con sarcasmo.
—Créeme que ese tipo de dolor es difícil de olvidar, pero recuerdo tus labios carnosos uniéndose a los míos y es una sensación que estoy dispuesto a repetir, aunque me golpees.