Hace 1 año:
Chrissy:
Es viernes, Chrissy se encuentra en su habitación alistándose para su fiesta de promoción.
Será la última fiesta donde estará con sus amigos. Aquellos con los que ha pasado por tantas cosas juntos.
—Madre, no me coloques mucho maquillaje—dijo Chrissy, tenía los ojos cerrados.
—No te preocupes hija—.
Chrissy horas antes ya se había cambiado, con un vestido corto de seda coral muy elegante, que contrasta con su piel blanca, tacos perla, que resalta su recién pedicura, y un collar plateado y demás accesorios del mismo color.
Su peinado no es tan exagerado, una coleta alta y bien ajustada, su madre, hizo ondas para que no esté del todo liso.
—Listo, termine—dijo Roxana, le alcanza un espejo a su hija para que se pueda apreciar.
Chrissy se sorprende al verse, el maquillaje que lleva es suave.
—Woah , que hermosa estoy—dijo, aún mirándose en el espejo.
—Tu ya eres hermosa Chrissy—dijo Roxana, su madre, sonriendo.
Era la primera vez en su vida que la habían maquillado.
Después de verse un rato mas, le da el espejo a su madre y coge un bolso plateado que se encuentra en su tocador, coloca su celular, y otros accesorios.
Al estar lista se levanta de la silla, y camina hasta la puerta de su habitación pero antes de coger la perilla, su madre le habla.
—Divierte, eso es lo importante de este día— dijo
—Claro mamá, eso haré.
Coge la perilla de la puerta y sale de su habitación, su madre la sigue. Sus tacos truenan cuando está bajando las escaleras.
Su padre y hermano se encuentran en el sofá viendo televisión.
Al llegar a la sala su padre quita la mirada del televisor para ver a su hija, al verla pronuncia en un susurro «¿Ella es mi pequeña?». Chrissy al ver su expresión sólo sonríe.
—¿Cómo me veo padre?—dijo, dando una vuelta delante de él.
—Me quedó sin palabras—dijo, aún no podía creer que ella es su pequeña Chrissy.
—No es para tanto padre—.
Su hermano había notado la presencia de su hermana.
—Hermanita que hermosa te ves—.
—Gracias pequeño terremoto—así es como le dice Chrissy.
—Vas a deslumbrar está noche—habla esta vez su padre, ya no se encontraba en el estado de shock.
—Lo se— dijo.
Suena el claxon de un auto, interrumpiendo el momento. Chrissy al escuchar el sonido se dirige a una de las ventanas, y se da cuenta que es Yadhira, su amiga, con la que ha pasado bellos momentos que quedaran en el recuerdo.
—Yadhira ya vino a recogerme—le dice a sus padres.
—Claro…anda a disfrutar de esa fiesta—le dijo su padre con entusiasmo.
Smith, padre de Chrissy, es una persona muy divertida, en su familia nunca falta una broma por parte de él.
—Claro padre, así se dice—ambos chocan puños. Su madre sólo rueda los ojos ante la acción.
—Yo nomás te deseo lo mejor… y que no llegues tarde—dice Roxana, su madre, abrazándola.
—De eso no te preocupes.
Se despide de sus padres y hermano. Se dirige a la puerta y coge las llaves, que se encuentran a un lado de esta. Sale de su casa y cierra la puerta detrás de ella.
Al estar afuera de casa una gélida noche la recibe, haciendo que los vellos de todo el cuerpo se le ericen, fue mala idea no llevar cazadora.
Ve a su amiga salir del auto y se acerca a ella.
Yadhira lleva un vestido corto que llega al muslo, entalla bien a su cuerpo, es del mismo color de vestido que lleva Chrissy, los tacos son de color perla, lleva el cabello suelto que cae en ondas.
Para Chrissy, Yadhira tiene un cuerpo espectacular que le entalla todo, pero a pesar de eso, se quiere tal como es.
—Disculpa la tardanza, mis padres me estaban hablando—dijo Chrissy— ya sabes como son.
—No te preocupes, amiga. Y, por cierto estas muy guapa—guiña un ojo.
—Gracias y tu no te quedas atrás Yadhira.
No hablaron más y ambas subieron a la parte trasera del auto. Durante el camino ambas amigas empezaron a recordar los momentos que pasaron juntas.
Chrissy sentía un nudo en la garganta al recordar aquello, pero se prometió que no iba a estar triste y disfrutaría la fiesta como si fuera el último día que le quedará de vida.
El camino no fue demasiado largo, llegaron al lugar donde sería la fiesta, EL MONARCA, es un lugar extravagante, muy lujoso, pero hicieron esfuerzos para poder hacerlo allí.
Ambas amigas salieron del auto e ingresaron al salón de lujo. En la entrada habían flores tanto a la izquierda como en la derecha, eran de color coral y blancas.
Dentro del local, las mesas estaban decoradas, en medio, tenían un florero y las sillas estaban arregladas con tu tela blanca y un lazo coral, las mesas estaban formando una U, dejando libre la pista de baile.
En la parte de al fondo, está una mesa decorada con una tela dorada, encima se puede observar una variedad de bocaditos, y varias tortas con los nombres de compañeras y compañeros de Chrissy. Las luces de colores también estaban presentes.
—Esto está realmente hermoso—dijo Chrissy.
—Claro, es la última fiesta donde estaremos todos reunidos— dijo Yadhira.
Chrissy y Yadhira, se encaminan a una de las mesas de la parte derecha, en la que están sus amigos, Anthony y Leonardo.
Chrissy conoce a Anthony desde que estaban en el kínder. Ella lo considera como un hermano y el igual.
Anthony viste un terno azul noche, una camisa coral, su cabello está bien arreglado. Leonardo no se queda atrás, el terno que lleva es negro, camisa coral y el cabello lo tiene hacia un lado.
—Pensé que no vendrían—dijo Anthony.
—Y… ¿Perderme de esta fiesta?... Estas loco— dijo Chrissy.
—¡Así se habla!—dijo Leonardo con entusiasmo.
Toman asiento y esperan a que lleguen sus demás compañeros y compañeras, mientras tanto hablan de cosas triviales.
Luego de un rato, la profesora de Chrissy, se hace presente, se encuentra en la parte de al fondo donde está la variedad de bocaditos.
Toma un micrófono y empieza a dar las palabra de bienvenida, todos los presentes, muestran sentimientos encontrados, debido que aquella profesora se ganó el cariño de todos.