Durante toda la mañana hemos recorrido el parque de juegos, mi hija se ha divertido como loca con su nueva amiga, mi hijo no para de observar a la nueva amiga y ella le ha regalado suficientes sonrisitas para que yo tenga claro que él le atráe mucho. -Ya basta Aydee, deja de estarte amargando la vida, aún son unos niños; no seas celosa-. -Precisamente por eso te lo digo, aún son unos niños, debo estar atenta-. Me golpea el hombro y me apremia a caminar detrás de los chicos. Finalmente deciden que entrarán a ver una presentación de magia y Waleska y yo tenemos una hora para poder conversar tranquilamente afuera del teatro.
Le relato todo lo sucedido con Tony y ella se emociona al escuchar mis palabras -Te lo mereces amiga, siempre hay una segunda oportunidad y él y tú tienen derecho a rehacer sus vidas-. -Tengo miedo Wale, ambos tenemos hijos y ésto podría ser muy dificil-. -No te voy a negar que puede ser complicado, pero juntos podrán luchar por sobrepasar los obstáculos-. De repente empiezo a sentirme mareada y necesito sentarme. Waleska se asusta al ver el cambio en mi rostro. -¿Estás bien?-. -Me siento mareada, pero tranquila, ya me sentiré mejor, puede ser porque no he dormido lo suficiente-. Waleska duda unos segundos y luego sonríe. -Puede ser amiga mía-.
Al llegar el mediodía comemos en una pizzería elegida por los chicos y le platico a Wale de la propuesta de Tony de poder vernos por la noche, ella rapidamente se ofrece a cuidar de los chicos, pero yo me siento bastante nerviosa, nunca les he mentido y tampoco les he dejado mucho tiempo para salir de paseo. -Tranquila, si quieres vete de una vez, yo los llevaré al cine y luego a casa-. -¿Estás segura?-. -Claro, no te preocupes-. Waleska ejerce sus dotes para convencer a los chicos y ellos muy felices aceptan la nueva invitación.
-¿Que haces?-Envío un mensaje a Tony. La respuesta llega inmediatamente -Extrañandote-. Sonrío para mi misma.
Tony se encuentra en casa, sus suegros fueron por su hija hace una hora para llevarla a una fiesta infantil y se ha quedado solo; me propone varias opciones, pero finalmente decidimos quedarnos tranquilamente en su casa. Desciendo de mi vehículo y mi chico favorito se encuentra esperandome en la puerta, vestido con un jeans azúl, una polo blanca y un suéter gris. Me recibe con una hermosa sonrisa y un tierno beso. Llegamos a la sala y él se acerca con un paquete en la mano -He comprado este obsequio para tí-. -¿De verdad?- -Si, una rosa que te encantará-. Tomo el paquete que tiene en sus manos y lo abro con delicadeza. -¿El Nombre de la Rosa de Humberto Eco?-. -Si, nunca he olvidado que no eres mujer de rosas y chocolates, y que prefieres la literatura, por tanto, sé que disfrutarás leyendo este libro-. -Eres un bombón, ¿lo sabías?-. -Claro que lo sé, pero gracias por recordármelo-. Me guiña un ojo y yo le doy un pequeño pellizco. Conversamos largo rato, recostados en su cama, nuestra costumbre de contarnos nuestras cosas no se ha perdido, Tony acaricia mi cabello y empieza a fabricar una trenza. -¿Que haces?- Lo observo extrañada -Disculpa, pero siempre deseé hacer ésto con tu cabello y acariciarlo con las puntas de mis dedos-. Dejo que continúe con la tarea de trenzarme el cabello y seguimos poniéndonos al día con nuestras vidas.
-Te amo tanto y aún no puedo creeerlo que estemos juntos-. -Pues créelo cariño y no nos separaremos nunca; estaremos juntos incluso cuando tú ya no escuches mis regañinas porque te has puesto cada día mas sordo, te quedes pelón y sin dientes, y pases escuchando las noticias todo el día sentado en tu butaca-. Se coloca sobre mí y acaricia mis mejillas. -¿Me lo prometes?-. -Te lo prometo-.
Nos acariciamos sin prisa, nos besamos con profundo sentimiento y nos hacemos el amor como si fueramos una pareja que ha vivido tanto tiempo juntos que conoce el cuerpo del otro a perfección y sabe como tocarlo, acariciarlo y trasmitirle sin palabras, todo el sentimiento que se desborda dentro de él.