No te perderé de nuevo

SIN FUERZAS PARA SEGUIR....

Escucho vagamente la voz de Mario, pero no puedo mantener los ojos abiertos ni captar lo que quiere decirme; finalmente siento que me lleva en brazos hacía lo que podría ser mi habitación; me siento muy débil para abrir los ojos, mi estómago me duele a causa del vómito y el dolor de cabeza es cada vez mas fuerte. -Descansa Haydee, yo me quedaré contigo, si necesitas algo, solo pídelo-. Escucho en lo lejano la voz de Mario. Mis parpados me pesan y finalmente me dejo llevar por el cansancio y cierro completamente los ojos.

Logro despertarme y observo que me encuentro en mi habitación, Mario duerme a mi lado con la ropa que vestía cuando fuimos al hospital; a diferencia mía que tengo puesta la pijama; con el movimiento que realizo al levantarme de la cama Mario despierta. -¿Te sientes mejor?-. -Si, si lo estoy. ¿pero que sucedió?-. Mario se sienta en la cama y empieza a colocarse los zapatos. -Ayer estábas muy débil cuando salimos del hospital, después de la quimioterapia, tuviste fuertes vómitos y ensuciaste tu ropa, te traje a tu habitación y te ayudé a colocarte la pijama. Le agradezco el gesto y él lo devuelve con una dulce sonrisa. -Descansa Haydee un poco más, iré a preparar el desayuno-. Mario se aleja hacía la cocina y me quedo recostada sobre la cama pensando en lo dificil que se ha vuelto cada vez más mi situación, dependo cada día más de su ayuda y eso me llena de preocupación y frustración.  Se me dificulta cada vez más mantenerme en movimiento, cada sencilla actividad que antes realizaba, hoy es una verdadera odisea; observo hacía la ventana y desearía estar sentada sobre la hierba, leyendo un buen libro y observándo a mis hijos jugar y correr a mi alrededor; pero eso ahora  no es posible y no sé si en el futuro podré volver a realizarlo. Corren lagrimas por mis mejillas y yo trato de tranquilizarme, estoy consciente que parte de este proceso es superar mis crisis emocionales y ésta debe ser una de ellas, debo mantener el optimismo, debo sentirme apoyada desde la distancia por las personas que amo y esperan que yo regrese a su lado.

Duermo un par de horas más, hasta que Mario me indica que ya es hora de comer. Me ayuda a ponerme de pie y llegar hasta el comedor. Observo lo delicadamente colocada que está la mesa, la comida se ve muy bien, aunque mi estómago no desea recibir ningún tipo de alimento. Felicito a Mario por su buena labor y el añade: -Alguien lo hacía por mí hace unos años y yo no fui agradecido y no supe valorarlo, por eso ahora quiero devolverle el gesto-. Le sonrío timidamente. Pruebo un poco de comida para no ofender a Mario, pero ahora mismo lo único que deseo es estar nuevamente en la cama, dormir y recuperar mis energías. Él se sienta a mi lado y me anima a ingerir alimentos. -Debes estar fuerte, hazlo por favor-.

-Sabes!!! he estado pensando que ya no hemos ido a caminar por el parque ¿te gustaría?-. -No creo que sea posible Mario, no tengo fuerzas para caminar, me siento muy débil-. -Si tú me lo permites, yo podría llevarte en brazos y podríamos sentarnos en algún lugar para que tú disfrutes el paisaje-. -Vamos, anímate-. Después de insistir varias veces, finalmente acepto; nos abrigamos, debido a que la temperatura ha bajado y se puede sentir un poco de frio. Mario se estaciona frente a un jardín natural al que solía venir cuando aún podía trasladarme sola. -¿Te gusta el lugar?-. -Me gusta mucho-. Me toma en brazos y camina hacía una pequeña banca que se encuentra frente a una laguna en la que se sumergen varios patos blancos. -Voy a hacer una llamada y luego regreso ¿está bien?- Mario camina hacía su vehículo, ha olvidado el celular en él; yo observo a mi alrededor y todo me parece mágico, cuando estás sano, no siempre le das valor a todos estos hermosos detalles, pero cuando sabes que tu vida corre un alto riesgo, aprendes a amar cualquier detalle, cualquier palabra, cualquier gesto y finalmente valoras que la naturaleza es un maravilloso regalo del creador.

Comienzo a sentir un fuerte dolor en el pecho y luego serios problemas para respirar. Trato de ingresar oxigeno a mis pulmones pero es inútil cualquier esfuerzo, intento ponerme de pie y pedir ayuda, la vista se vuelve un poco borrosa, sin embargo observo 2 hombres corriendo hacía mí, estoy realmente desesperada y pienso que también me estoy volviendo loca; porque me parece que es Mario y Tony que corren hacía mí con gesto de desesperación, luego todo se vuelve una completa oscuridad.

 

 




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