No te sueltes de mí

Prólogo

|L e a h|

     Los cristales de vidrios destrozados estaban marcados en mis recuerdos, ese día por más que quisiera y lo intentara, no podría olvidarlo jamás...

Fue tan impactante que no pude siquiera soltar un grito ahogado, me destrozó por completo...

Su mirada de odio quedaría plasmada en mi mente para siempre, para él todo eran celos, para mí era destrucción, dolor y decepción ...

Yo nunca sentí amor por él, él por mí no sentía nada más que una obsesión que no nos llevaría a ningún lado, yo estaba obligada a estar con él...

Miedo... Esa es la única emoción que podía sentir hacie él...

Muchas chicas quieren en su vida alguien que se interese por ellas, que sea posesivo y celoso, porque creen que alguien sí las pude proteger, pero es todo lo contrario... Alguien así te destroza la vida...

Mi vida estaba en juego y todo por que Yashel había tenido una escena de celos…

Flash Back

—¡Le estabas coqueteando! —me grita y me toma de la muñeca, estaba maltratándome como siempre lo hacía

—¡Déjame! ¡No le estaba coqueteando a nadie! ¡Entiende que no te amo! —grito, ya no puedo seguir tolerando su comportamiento, y sus maltratos

Me ignora completamente y me empuja dentro de su auto

—¡Déjame ir! ¡Entiende que nunca te he amado ni lo haré! ¡No siento nada más que asco hacia ti! —le grito, pero en ves de dejarme ir, me da una bofetada, dejando la marca de su mano en mi rostro, no pude contener las lágrimas, cada uno de sus abusos, sus maltratos verbales y físicos, todas las marcas que tengo son por culpa suya

—Deja de llorar como la cobarde que eres, no eres nada más que una inútil —dice mirándome a los ojos

—Si soy tan inútil como tú me dices, ¿por qué no me dejas ir? —le pregunto

—Por más que huyas, siempre te voy a encontrar, y siempre serás mía —me dice y bruscamente toma mi mentón y me besa, alejo mi rostro del suyo, jamás he sentido otra cosa hacia él que no sea miedo…

Tomé mi celular a escondidas para intentar lo que nunca me ha funcionado… llamar a la policía…

El auto comenzó a moverse y él no se había percatado que estaba llamando, sólo pude escuchar dos tonos, el celular estaba en altavoz, él se percató y finalizó la llamada, me intentó quitar el celular, mientras yo luchaba

—¡Yashel, entiende que no te amo! —le grité

—¡Tú entiende que me perteneces! —exclama él

—¡Yo no soy ningún objeto para que me reclames de tu propiedad! —grito

—¡Cállate! —me grita y me quita el celular

Miro hacia el frente y el auto se había desviado de la carretera, él me mira a los ojos, su mirada estaba llena de odio, yo sólo cerré los ojos, sentí miles de golpes y muchos pedazos de cristales de vidrios, cayendo sobre mí…

Fin del Flash Back

Los párpados de mis ojos pesaban como toneladas, tomé fuerzas y desperté en un lugar que no reconocí, mi respiración era débil y cortada, observé como pude mi alrededor y me percaté que estaba conectada a muchas máquinas, en ese momento me di cuenta que me encontraba en un hospital…

La puerta se abre dejando ver a la auxiliar de limpieza, ella se percata de mi presencia

—¡Enfermera! ¡La paciente de la habitación 400 despertó!

Al instante la habitación se llenó de doctores y enfermeros, me controlaron y supuse que estaba todo bien…

—Hola Leah, tuviste un accidente automovilístico y estuviste en coma por dos meses, sufriste muchas lesiones, tuvimos que operarte, ahora te haremos unos exámenes físicos —dijo el doctor, asentí

 Luego de hacerme los exámenes físicos, podía ver a mis padres

—Hija, no te mereces estar en esta condición —dice mi madre entre sollozos y tomándome de la mano

—Mamá, está bien, voy a salir adelante

—De Yashel no se sabe nada —dijo mi padre

—Yo no quiero saber nada de él —admití

—¿Qué fue lo que sucedió entre ustedes? —pregunta mi madre

—Mamá, no es momento de hablar sobre eso —admití

—Tus hermanas están esperando afuera para verte —dice mi padre

—Hacía mucho tiempo que no las veo, las extraño —admito

La puerta se abre y puedo ver a mis dos hermanas menores

—¡Leah, no sabes cuanto te extrañé! —dijo Danae, mi hermana menor que tiene 16 años, y se acerca a mí

—También te extrañé mucho, Campanita —le dije y la abracé

—Espero que te recuperes pronto, Leah —Dice Afrodita y se une a nuestro abrazo

Pero nos tuvimos que separar, porque la puerta de la habitación se abre dejando ver al doctor, me mira preocupado y se dirige hacia nosotros

—Tenemos los resultados de los exámenes de Leah, esto que les voy a decir no va a ser nada fácil, pero ante todo es un milagro que Leah esté viva después de un accidente tan grave cómo este —dice el doctor y lo miro fijamente —Leah, perdiste la movilidad de tus piernas , quedaste en estado de invalidez…

 




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