CAPITULO 2
Otra noche difícil, son las 5 de la mañana, no me ha dejado de dar vueltas mi cabeza, pensando la fuerza sobrehumana que tuve hace tan sólo unas horas, es inexplicable, hice añicos el buró de mi cuarto con solo el puño de mi mano.
No puedo dejar de pensar en las palabras de Adelina, vienen a mi una y otra vez, ¿A esto se refería con que era una simple humana y sin ningún poder? ¿Todo esto se relaciona de algún modo?
En mi cabeza resuenan las palabras: Ignorancia, Humana, Poder; Las palabras de Meisson -"En realidad parece que no vives, ósea tienes la piel de fantasma".
-¿Qué rayos me pasa?-
Sólo fue un accidente, seguro el buró estaba roto, de lo enojada golpee fuerte y termine de romperlo por mis tonterías. ¡No puedo creer que pase toda la noche pensando en algo tan estúpido!.
No es la primera vez que se me pasa el tiempo pensando, así que dejaré de darle importancia, Bajo a la cocina, al acercarme a la barra donde se encuentra mi desayuno, me empiezo a sentir mal, así que abro el refrigerador me quedo unos minutos sintiendo lo frio , me hace sentir mejor, es raro porque yo odio el frío los días calurosos me gustan más.
-¿Ayer a qué hora llegaste?- Adelina dice de pronto, me asusta, volteó a verla, estaba tan perfecta, traía una blusa de tirantes color azul metálico, unos shorts negros y sus botas de piel favoritas. Sus ojos grises me miran fijamente pero no puedo dejar de ver lo bien que se ve, es delgada con caderas anchas, así que no importa lo que use siempre se ve bien.
-¿Qué te pasa? Estás más pálida de lo normal.- Cruza sus delgados brazos y espera a que responda.
-Nada, estoy bien, solo no pude dormir anoche, llegue a las ocho creo- le contesto algo casada no somos la clase de hermanas que nos contamos todo.
-Es mejor dormir en el día, por eso yo adoro trabajar en los clubs. Todas las noches son una fiesta para mí y me permiten dormir en el día.- Me comenta alegre dejando su bolso en la barra y tomando asiento a un lado de mí.
Es la primera conversación que tenemos sin que se empeñara a insultarme. No sé qué responder a eso.
-¿Por eso es que vienes llegando a las 6 de la mañana?- preguntó. Se recoge su cabello negro se le caen algunos mechones por lo corto que lo tiene.
-No me voy a molestar por responder eso, vivimos juntas y solas por más de 6 años y no sabes a qué me dedico. Eres Fea e Ignorante. -dice con pereza y desprecio; Ya va a empezar otra vez, mejor me voy.
-Se me hace tarde, me voy a la universidad. - le informo, salgo a toda prisa de la cocina, no quiero darle tiempo para que suelte más insultos, subo a mi habitación para terminar de ordenar mis cosas.
Quince minutos después ya estoy de camino a la universidad, estoy pensando que debo conseguir un trabajo para poder comprarme un carro, la velocidad me gusta, la universidad no está muy lejos pero ahora que ya puedo salir y llegar más tarde a casa, sería bueno conocer," vivir un poco más" como dice Mei, seria genial ir a la playa o a un bosque. Las casas de mi vecindario son grandes.
Choco con algo duro y suave.
-¡aush!-Me quejo, debo dejar de ser tan distraída.
-No me voy a disculpar, fuiste tú la que chocó conmigo- dice una voz gruesa e intimidante, levantó lentamente la mirada y me doy cuenta que choque con el pecho de un hombre. Así menos me voy a concentrar, estoy con la boca abierta y babeando.
-Sí que te afecto- Me dice el hombre más guapo que he visto en mi corta vida, sus ojos parecen color negro, su cara cuadrada y sus labios anchos, son motivos suficientes para distraerse.
-¿Si me estás escuchando?- Me pregunta ladea su cuerpo para llamar mi atención.
-Ah... sí lo siento- Me obligó a irme mientras le respondo, doy unos cuantos pasos, se gira mi dirección pero no se mueve de su lugar, no puedo evitar girar para verlo una última vez, fue en el momento indicado porque decide levantar un poco su sudadera gris para limpiarse el sudor de la frente con ella, puedo ver parte de su abdomen marcado hasta que su sudadera vuelve a tomar el lugar que le corresponde.
-¡Demonios!.
¿Quién puede verse tan sensual solo con una sudadera y un pans? El sexy hombre vuelve a mirarme. Me siento avergonzada así que caminó lo más rápido que puedo hacia la universidad.
-Levia ¿ayer llegaste bien a casa?, Hoy al menos traes la ropa limpia.- Meisson siempre llega en los momentos oportunos, me distrae de los bellos pensamientos que tengo por culpa del sujetó sensual que vi esta mañana.
Jamás había tenido esta clase de pensamiento y reacciones hacia los hombres, hasta creí que era inmune, además que por como me veo no se me acerca nadie.
-Mei- le llamó en un tono suave para que deje de intentar peinar mi cabello con sus dedos. -llegue bien, nada extraño sucedió al llegar a mi casa, aunque hoy cuando llegó Adelina fue un poco amable- Le miento, si sucedió algo extraño y no llegue bien, pero no soy capaz de contárselo.
-Eso es nuevo, se ve que es muy intimidante y por lo que me dices hay que tenerle miedo. Bueno... eso lo tienen en común, a ti también las personas te tienen miedo-. Mueve su cuerpo como si estuviera temblando, ella es una dramática.
-Pensé que sería buena idea cambiar mi forma de ser, voy a intentar socializar un poco con las personas.-le digo a Mei.
-Apoyo ese pensamiento, hoy vamos a tomar un helado, paso por ti a las siete ¿está bien?- dice Mei.
-¡¿Tan tarde?!. - Meisson me levanta una ceja recordándome que ya puedo llegar tarde.
-¡Cierto! Está bien a las siete.- tengo que acostumbrarme a mi nuevo estilo de vida, sé que no es la gran cosa pero me entusiasma tener un poco de libertad.