¿Porque?

CAPÍTULO 3
ADVERTENCIA
algunas descripciones, pueden afectar, causar conflicto, daño o desagradó para algunos lectores, se recomienda discreción.
 

Leviathan.

Estoy viendo la habitación de mis papás, exacta a como la recuerdo, a excepción de su cama que está girada en diagonal en medio de la habitación, dando la espalda a la puerta, su cabecera es más grande que yo, no puedo ver su colchón, el cuarto es amplio, su recámara es antigua, todos los muebles tienen muchos detalles, dos paredes esquinas son libreros repletos de ellos, La ventana está perfectamente cubierta por una cortina negra al igual de su espejo, es tétrica la manera que se ve la habitación tan oscura. Tengo miedo de tan solo dar un paso más adentro, No me explico cómo es que la habitación esté igual que en la casa de Vancouver. Dónde vivíamos en mi infancia, el lugar donde fallecieron mis padres.

una mano toma mi muñeca, me regresa al pasillo, rápido y fuerte, muy fuerte, estrellando mi cuerpo contra la pared

¡Es Adelina!.
Sus ojos se oscurecen pero no dejan de ser grises. Estoy asustada, está vez si me va a matar.

-¡¿Qué diablos hacías?!- No me grita, su voz es autoritaria e intimidante. Me quedo muda y me concentró para no llorar,  no aguanto más, todas las lágrimas salen a chorros. Adelina me suelta, se gira y cierra la habitación de mis padres. Me deslizó sobre la pared haciéndome bolita en el piso

-¡Todo lo complicas!, ¿Cómo se te ocurre abrirla a tan solo minutos del amanecer?, jamás has intentado abrirla, ¿Qué pasó ahora?. - Adelina camina de un lado a otro. Todo lo que le quería preguntar ya se me olvidó, de pronto un miedo se apodera de mí, comienzo a temblar, mi corazón late muy rápido. Quiero gritar o moverme pero no puedo -¿Qué sucede?- Parece que estas sensaciones las está provocando mi hermana; Sin aliento y con esfuerzo logró decir.

-Adelina - Se escucha como una súplica. Me mira, luego me da la espalda y respira profundamente. Cuando termina de respirar siento como si me hubieran echado agua fría, otra vez recupere el control de mi cuerpo, el aire entra a mis pulmones, toco mi pecho que me duele por la falta de oxigeno.

-¿Qué es lo que quieres?- Me dice con irritación. Quería pedirle una explicación sobre la habitación, preguntarle por todo lo que me pasaba, tenía muchas dudas, me sentía diferente.

-Quiero un carro- Espontáneamente le digo, se que si le hubiera preguntado, de cualquier forma no hubiera obtenido respuesta, soy una cobarde, quisiera poder apoyarme en ella.

-Mañana vamos a la agencia, como a las 5 que bajé un poco el sol.  Solo recuerda que esa habitación jamás se debe abrir.- Me lo dice alegre y hasta me sonríe antes de irse a su habitación.

Logré levantarme y entrar a mi cueva, mi cuerpo sigue temblando, estoy en shock, toda mi semana ha sido de lo más confusa y complicada. No comprendo a Adelina, ella también es fuerte lo pude notar, actúa cómo si no hubiera sucedido nada, ahora hasta me compra un auto, después de que me lo compre tengo que armarme de valor para preguntarle, ahora tengo más dudas.

mi alarma suena para indicarme que tengo que irme a la universidad, No sé en qué momento pasó la noche ni siquiera he dormido bien los últimos días, no estoy cansada respecto al sueño, estoy cansada de todo lo que no comprendo y de lo que no se, de mi mente y las preguntas que formula. Salgo de mi casa por primera vez a buena hora para llegar temprano a la universidad.

Veo a Meisson, nuestra miradas se encuentran, mueve su mano lentamente en forma de saludó, sé que tengo que disculparme, también levanto mi mano para saludarla y me dirijo a ella, está rodeada de muchas personas, en estas situaciones la evitó pero está vez no puedo.

-¿Podemos hablar?- Digo cuando estoy lo suficiente cerca para que pueda oírme.

-Claro Levia- dice con su gran sonrisa, se aparta de sus amigos, sabe que no me gusta estar cerca de tantas personas, aunque últimamente quiero acercarme a ellas. -¿Cómo estás? ayer me preocupaste mucho, te marqué pero nunca respondiste.

-Lo siento, se que fui grosera contigo y tu amigo, la verdad no se que me pasa en los últimos días, me suceden cosas muy raras y me la paso llorando, explotó sin ninguna razón.- Me disculpó.

-No te preocupes, somos amigas, no siempre tenemos que estar de buen humor o en tu caso sin emisiones. Me sorprendió, porque fue la primera vez que exprésate algo que en realidad sentías, quiero aclararte que mi intención no es criticarte, te respeto tal cual eres, solo que me gustaría que busques la forma de verte mejor, solo te pido que cepilles tu cabello y hago de cuenta que lo de ayer nunca sucedió. - Me lanza su sonrisa suplicante mientras junta sus manos como si estuviera rezando, si que es dramática.

-Está bien- Me rindo encogiendo mis hombros.

-¡Qué!, ¡¿Es enserio?!- Da brinquitos y busca algo en su mochila.

-Si a partir de maña... 
- No te preocupes aquí traigo crema de peinar y un cepillo- Me interrumpe. 
-Ayúdame porque es tu idea -Me doy la vuelta para que pueda cepillarme.
-Mi sueño hecho realidad- Me dice alegre. Ambas nos ponemos a reír, guarda el cepillo de su mochila.

Por esperar a que Meisson me desenreda mi cabello llegué otra vez tarde a mi clase de diseño, está vez la profesora solo me mira. Creo que ya se rindió conmigo, me siento en mi divina mesa, sacó mi cuaderno de diseño y mi imaginación comienza a volar. Con mi lápiz Favorito comienzo a dibujar el hada tatuada que tiene Daniell, detalló sus hermosas alas y acentuó más su cintura, me concentro tanto que termino el dibujo, lo observó, es fabuloso, me pierdo en las alas, se ven tan real y hermosas.

Unas chicas de mi clase se ríen escandalosamente, me recuerdan que sigo en clase.

¡Que molesto!
Decidió tomar una pausa e ir a rellenar las botellas de agua, todo el día he tenido mucha sed que no quedó satisfecha. Al volver al salón veo que mi profesora está hojeando mi cuaderno de diseño, entró en pánico, me acercó con la intención de quitarle el cuaderno pero cuando se lo iba a arrebatar... se da cuenta de mi presencia.