Nochebuena (2)

CAPÍTULO 3

OLIVER GRANT

 

La veo darse la vuelta y ese vestido le queda hermoso a ese desastre andante. Pero muy hermoso desastre andante.

 

Siempre he creído que cuando alguien es hermoso hay que hacérselo saber, decirlo no te restará nada y si lo callas tampoco.

 

—¿En serio Emma? ¿Estás bromeando? —La tomo de la muñeca impidiendo que se marche.

 

—No, no estoy bromeando, prefiero quedarme trabajando que salir contigo —dice pero se que está mintiendo. Se nota en su rostro.

 

—¿Si? ¿Estás segura? —Le cuestiono.

 

—Si, si lo estoy —dice con la mirada gacha.

 

—Eres una pésima mentirosa ¿Por qué no me miras a los ojos? —pregunto.

 

—Por qué no quiero. Soy  adulta y puedo decidir a quien mirar y a quien no y no, no te quiero mirar a ti —dice.

 

—Sabes, pasaré por ti a las siete y media —declaro y se cruza de brazos.

 

—Primero que todo, no sabes dónde trabajo y mucho menos donde vivo y no te lo diré —habla tal cual una pequeña niña. Definitivamente es la hermana menos de Sophie.

 

—Will y Audrey me lo dirán —sonrío mostrando todos mis dientes.

 

—Hermosa sonrisa —dice.

 

—Gracias, pero no estamos hablando de mi hermosa y cautivadora sonrisa —comento y al ver su rostro de vergüenza, vuelvo a reír—, estamos hablando sobre nuestra cena del lunes —le recuerdo.

 

—Lo dije en voz alta ¿Cierto? —Se da con la palma de la mano en su frente— Oliver tengo mucho trabajo el lunes y debo terminarlo si o sí, así que no puedo y ya me voy —miente una vez más y no pienso discutir. No con la que podría ser mi futura esposa.

 

—Está bien, como tú digas. — Le digo para que crea que me rendí, pero yo nunca le aceptaré un no por respuesta. — ¿Puedo llevarte? —ofrezco en un intento algo desesperado de tratar de convencerla e el camino.

 

—Gracias, pero no gracias, traje mi auto —responde rápidamente.

 

—Ok… —murmuro un poco desanimado.

 

—¿Puedes soltarme? —pregunta señalando y agitando su mano. 

 

—Si, claro —respondo. No había notado que todavía la tenía sujeta. 

 

Su muñeca es pequeña y muy suave, le suelto la mano y la veo marcharse.

 

(…)

 

—¿Seguro que no sospechó nada y vendrá? —pregunto.

—Si, irá —asegura mi hermano—. Cree que nos encontraremos en el restaurante y cenaremos con ella y con Sophie —Me dice Will pero aún así no quedó muy tranquilo.

 

—Confió en ti hermano, gracias. Hablamos más tarde —digo.

 

—Lo único que te pido es que no lo arruines, es como una hermana para Audrey y es parte de la familia. Nosotros somos lo único que tiene —me recuerda parte de la pequeña charla que tuvimos hace poco.

 

—No te preocupes, no haré nada que la hiera —me comprometo.

 

—Si se enoja y pregunta quién te ayudó no le digas que yo lo hice —dice y suelto una gran carcajada.

 

—Si, así será —prometo. Cuelgo el teléfono y llamo a Brittany por el intercomunicador.

 

—Britt te necesito, puedes venir rápido —le pido.

 

—Si Oliver voy para allá —responde.

 

No pasan ni medio minuto de haber llamado a Britt cuando escucho que llaman a la puerta.

 

—Pasa —la invito.

 

—Dime ¿Qué necesitas? —pregunta apenas cruza por la puerta.

 

—Necesito que verifiques la reservación y que les des todas mis recomendaciones y que por favor las sigan al pie de la letra.

 

 —hago una pausa— Necesito que me compres un ramo de rosas, el más hermoso que encuentres, una caja de chocolates y un oso enorme—pido mientras ella toma notas en la libreta digital.

 

—¿Esta si es? —Me pregunta con curiosidad.

 

—Voy a averiguarlo —Le respondo.

 

—Haré todo lo que esté a mi alcance para que la noche sea perfecta —promete con una gran sonrisa.



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En el texto hay: amor en navidad, humor

Editado: 14.09.2021

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