Jueves 16 de marzo del 2017 (Antes de prisión)
Como todos los días, desperté a las seis de la mañana para ir a estudiar. Antes de irme, comí mi desayuno de todos los días, dos huevos y una salchicha.
—Cada día lo preparas más delicioso —dije a mi madre cuando terminé de comer.
—Y tú cada día estás más bella —dijo ella y me besó en la frente.
Tomé mi bolso y subí al auto de mi hermano. Siempre me lleva a la universidad, le queda de camino.
—Siempre puntual —dijo él con una sonrisa cuando vió que yo ya estaba en el auto lista para irme.
—Una vez desperté cinco minutos tarde y te fuiste sin mí —le recordé.
—Mmm —dijo sarcásticamente—, no lo recuerdo.
—Fue hace dos meses.
Él solo sonrió y empezó a conducir.
La relación que tengo con mi hermano es realmente buena, somos como mejores amigos. Mamá dice que cuando yo nací el acababa de entrar a preescolar y le decía a todos sus amigos que tenía una hermanita con cabello de color chocolate, parecido al suyo.
De camino, pasamos por la casa de la novia de mi hermano, también la lleva todos los días, por suerte me cae bien, aunque creo que no es un sentimiento mutuo.
Mi hermano bajó del auto, le abrió la puerta como un caballero, la saludó con un largo beso y le dijo—: Hola preciosa.
—Hola Joyce —dije cuando subió al auto.
—Hola Ale —respondió.
Como la mayoría de veces, no había casi nadie cuando llegué a la primera clase. Fue hasta diez minutos después que llegó Shannon, mi mejor amiga desde noveno año.
—¡Oh Dios mío! —dijo cuando me vio—. Deberías de venir un poco más tarde para que el profe no note tanto mis tardías.
—Uno hace cosas por las amigas, pero no ese tipo de cosas —dije.
Entramos y cada una fue a su escritorio. Estudio criminalística, siempre me ha encantado esto y me gusta ayudar a la gente, creo que si alguien es asesinado y el culpable está tras las rejas la familia se sentirá más tranquila.
—El viernes fui a una fiesta fabulosa —dijo Shannon—, no te imaginas lo ebria que terminé.
—Shay, sabes que no me gusta escucharte contar cuanto te gusta embriagarte —interrumpí.
—Lo siento Alessia, a veces olvido que nunca te diviertes —dijo enfadada.
—No voy a fiestas, pero tampoco me paso el día deprimida y encerrada en mi habitación. —Seguí trabajando y me reserve todo lo que le quería decir.
—Quiero compartir mis experiencias contigo Ale, eres mi mejor amiga y solo dices que no te gusta escucharme.
—Lo siento Shannon, pero sabes que aunque seamos mejores amigas no significa que esté de acuerdo con tus noches de diversión cada fin de semana.
Shannon siempre va a una fiesta diferente cada fin de semana, la mayoría de veces me dice que vaya con ella, pero no me gustan las fiestas; siempre he sido más de quedarme en casa viendo televisión.
—Alessia Cook —dijo el director que se asomaba por la puerta—, ¿puedes venir a mi oficina? Por favor.
—Claro señor. —Traté que no se escucharan los nervios en mi voz, si algo me pone nerviosa es que el director me llame a la oficina.
Caminé hasta su oficina y entré.
—Cierra la puerta —dijo él y me puse más nerviosa.
—¿Sucede algo malo? —pregunté.
—Para nada, siéntate —dijo, sentí alivio al saber que no era algo malo—. En estos tres meses que han pasado del año has sido la mejor estudiante de toda la universidad, y no solo este año, te mereces un reconocimiento.
—Gracias. Siempre trato de hacer lo mejor que puedo —dije orgullosa.
—Quiero que lo sepas porque cuando salgas de aquí, me aseguraré de que consigas un buen empleo.
—Se lo agradezco muchísimo. —Esteché su mano.
—Gracias a usted por su excelente trabajo, Srta. Cook.
Abrí la puerta y encontré a más de la mitad de los estudiantes viendo hacia la oficina. Sentí rabia de que fueran tan entrometidos, así que dije—: No amigos, no me expulsaron.
Todos volvieron a sus cosas cuando escucharon mi frase.
—Creí que aquí se acababa mi trabajo —dije a Shannon.
—Créeme, estaba más nerviosa yo que tú —respondió.
—No lo creo, pero no importa —le dije.
—¿Sabes una cosa Alessia Cook? —dijo Shannon—. En estos cinco años de amistad, todo lo que has hecho es llevarme la contraria en todo.
—Lo sé, Shannon Thompson, gracias por recordármelo.
—Eres tan odiosa -dijo y puso los ojos en blanco.
—Pero así me amas y soy tu mejor amiga —le respondí.
A las 3:00 pm ya estaba de camino a casa. Cuando llegué, fui a mi dormitorio, deje el bolso y me cambié de ropa. Fui a la cocina, donde mamá estaba preparando la cena para más tarde.
—Hola mamá —dije.
—¡Santo cielo! —exclamó—. Me asustaste Lessy, no te escuché entrar.
—Es que tienes esa música muy alta. —Bajé un poco el volumen de la radio.
—Sabes que me gusta cocinar así. —Ella subió el volumen como estaba antes.
—Tengo una noticia, pero quiero esperar a que llegue Spencer —dije.
Al instante, mi hermano entró y mi madre dijo—: Ya puedes decirlo.
—¡No! Esperaré a que esa deliciosa cena esté lista —dije.
—¿Qué estás tramando? —preguntó Spencer.
—Solamente tengo una buena noticia —respondí.
Cuando llegó la hora de cenar, le ayudamos a mamá a servirla y nos sentamos a comer.
—Ahora sí Lessy, puedes decirlo —dijo mamá.
—No es la gran cosa —dije—, el director me dijo que cuando salga de la universidad me conseguirá un buen trabajo por ser la mejor estudiante en estos tres meses que han pasado del año.
—¡Oh por Dios! —dijo mamá emocionada.
—¡Felicidades! —dijo mi hermano—. Aunque deberías dejarme ser el exitoso de la familia.
—¡Spencer! Eres exitoso —exclamó mamá.
—Eres uno de los mejores abogados de Filadelfia —le dije—, no digas esas cosas Spence.