Noches de Neruda

Capitulo II

¡Hora de levantarse!, ¡es hora de levantarse!-uyish…!!! La bendita alarma…!!!.

¡Ya sé…, ya sé…! Hora de ir a trabajar…

Como cada mañana, prendo la notebook, reviso los pendientes del día y empiezo las tareas antes de que llegue el jefe con su esposa la Sra. Cecilia y su hija Samantha, ya que nunca puedo hacer nada mientras recibo órdenes a la par.

En un breve instante, reviso el celular por si alguno de ellos me ordena algo por mensaje, aprovecho para preguntarle a Manuel como se encuentra él y su mamá. Coloco mi celular encima del escritorio y continúo mis deberes de recepcionista.-Suena el timbre- Toco el interruptor para dejar pasar a la persona que acaba de llegar. Se me caen algunos papeles, en eso escucho una voz masculina.

“¡Buen día! vengo junto al Dr. Silvera.”

-¡Buen día!, sí un momento por favor… Levanto la mirada directamente al rostro de esa persona, es un joven muy apuesto, bien vestido, traía una corbata azul, me pasa la mano: “Soy Alfredo Aseretto, ¿su nombre cuál es señorita?”

Me llamo Ana, soy la secretaria del Dr. Silvera, mucho gusto!. Sonriendo le paso la mano en un gesto cordial. Él lo sujeta fijando su mirada en mis ojos como si estuviera maravillado.

-Usted, viene a dejarle algo? Pregunto para saber porque vino junto al jefe mientras suelto la mano.

“Más bien, he quedado en una reunión con él a esta hora.”

-Sí, en unos minutos llegará, ¿desearía esperarlo?

“Sí, ¿Habría algún inconveniente si me siento aquí?”

-No, para nada.

“¡Perfecto!, ¿hace cuántos años que trabaja aquí?”

-Hace 3 años y medio.

“Bastante tiempo, se nota que ya no he venido en años… Siempre trabajé con el Dr. Silvera en su candidatura por la presidencia de la Asociación de ganaderos, imagino que la reunión de hoy será extensa. Pero… ¿cómo llegó a esta ganadera?”

-Debe ser mucho tiempo, no recuerdo haberlo visto antes por aquí. La Srta. Chary es muy amiga mía, cuando el puesto estuvo vacante, recordó que necesitaba trabajo y me recomendó con los jefes.

“Aaah…interesante... la Srta. Chary sigue siempre en el dpto.. de recursos humanos?”

-Sí, siempre.

Suena de nuevo el timbre de la entrada.

-Justamente aquí llegó el Dr. Silvera.

"¡oh! qué bien..."

Entra el Dr. Silvera con su presencia tan imponente, deteniéndose a saludar solamente al joven Alfredo, lo invita a acompañarlo a la sala de reuniones. En eso llega detrás la Sra. Cecilia y su hija Samantha.

Respiro profundo...

Sra. Cecilia: Buenos días Ana! que tenemos de novedad por aquí?

Samantha: Ana! necesito los informes del nivel de nitrogeno urgente! súbete a mi oficina con los biblioratos de los animales, también llama al Dr. Aquino pídele que me llame pero ahora! (chasquea los dedos).

-Sí Srta. Samantha se lo acerco enseguida, respondo conteniendo las ganas de arrancarle los dedos, Sra. Cecilia llegaron unos sobres para usted, los deje sobre su escritorio.

Sra. Cecilia: Muchas Gracias! no te preocupes tú sigue con lo que te pidió Samantha.

Samantha:¡¡¡Ana!!! ¡¡¡ya tráeme esos informes, apresúrate!!! ¡¡¡ya llamaste al Dr. Aquino?!!!.

Dr. Silvera: ¡¡¡ Ana!!!, ¡¡¡Ana!!! ¡¡¡Prepara un café para mí y Alfredo!!!.

Se escuchan los gritos por toda la oficina, me está por estallar la cabeza. Inmediatamente subo con todo lo que me pidió la Srta. Samantha cuidando de no tropezar por las escaleras. Al mismo tiempo, marco el número del Dr. Aquino en el celular corporativo de la oficina y voy a la cocina a preparar el café.

Dr. Aquino: ¡Buenos días!

-¡Buen día Dr. Aquino! Disculpe pero la Srta. Samantha quiere que la llame por favor.

Dr. Aquino: ¡Ah…! pensé que diría que me extrañaba.

El Dr. Aquino es el médico veterinario encargado de la sanitación del ganado, y por si fuera poco un eterno admirador.

-Mmm… mejor déjese de sandeces y llame a la jefecita.

Dr. Aquino: Ok, Ok, la llamaré descuide. Hasta luego bella dama…

-Hasta luego Dr. Aquino.

Dr. Silvera: ¡¡¡Ana!!! ¡¡¡El café!!!

Me apresuro a llevar el “tan…ansiado café”, claro recordando de ir con cuidado por esas traicioneras escaleras espiraladas. Entro a la sala de reuniones y empiezo a servir las tazas, noto que el joven Alfredo me observa todo el tiempo, empezaba a ruborizarme.

Con los nervios de punta, trato de terminar ese protocolo para salir lo antes posible de la sala. Al cerrar la puerta, voy junto a la Sra. Cecilia para ayudarla con el control del listado de las chequeras.

Son las 13:00hs. la Sra. Cecilia se retira para ir a almorzar a su casa, espero a que ella baje primero con el Dr. Silvera, vuelvo a ir a la oficina de la Sra. para apagar las luces.

Chary: ¡Ana! ¡ven a comer!.

-¡Ya voy!



#48772 en Novela romántica

En el texto hay: nostalgia, drama, amor

Editado: 12.06.2018

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