CAPÍTULO IV: Tiempo.

Otra de las cosas que suele perturbar a los humanos suele ser el tiempo y cuestionarlo, ¿Existe?, ¿Es correcto? Pero de eso no se trata este capítulo, cumpliendo once otoños, Tenebris y Tarionte se conocieron por chat, iniciando una amistad incómodamente divertida, pero de forma rara: Especial. Sin saber que el era un demonio u ella una estrella, se formó un lindo lazo. 

Fue dos otoños después que pudieron verse en persona y ambas partes se cautivaron, desde aquel día comenzaron a acercarse un poco más y fue un 7 de febrero, en donde iniciaron una relación más fuerte, y cinco días más tarde conocieron la verdad de ambos. 

Tarionte no se asusto, sino que se fascinó, ¿Un nuevo reto?, Sí, es correcto, pero ese reto era uno que cuidaría y por supuesto; Amaría. 

Tenebris y Tarionte pasaron mucho tiempo juntos, era amor de verdad, llenos de momentos fascinantes, divertidos, lo mejor de ello sería que Tarionte no le temía, y Tenebris no se quemaba ante el calor de ella. Al contrario, los dos se daban el más hermoso calor, aquel que te hace sentir en donde debes estar. 

Para Tenebris era algo complicado entender que un ser de luz amaría de manera genuina a un demonio, a el. 

¿Que estaba pasando?, ¿Por qué?, Bueno... Estaba ocurriendo, y..., Y era precioso.