Conforme paso el tiempo, crearon un lazo de confianza, enamorándose y enfrentando diversos problemas, siendo ya uno, sabiendo que eran tan distintos.
Llegando así, a un punto en el que bebieron de sus lágrimas y sangre, haciendo un pacto juntos. Sin dudar ser el amor de su vida.
Aquel hermoso sentimiento el cual Tenebris no tenía contemplado experimentar: Amar. Así como no planeaba darle luz a una estrella siendo el un demonio.
Pero, ¿Por qué su amor no era "correcto"?
Porque "lo correcto" no existe, como tal.
Los demonios saben que su deber es castigar y si alguien llega al infierno no es casualidad, por eso es lo correcto para ellos. Pero para los humanos, es más libre.
Ese amor "no era correcto" porque aquel sentimiento rompía cualquier frontera entre el infierno y el universo, porque aquel amor le daba alas y piernas mientras el la hacia la más feliz. Aquel amor era genuino, ese amor hacia que todo lo malo se desvaneciera con un solo abrazo, ese amor era demasiado bueno como para durar toda la eternidad...
Ese fue el error más precioso que Tenebris cometió: Amar y ser amado.
Tarionte creía que tener un demonio era algo lindo, era fascinante mirar sus acciones y aunque asusta, ella jamás dejo de verlo con gran fascinación y amor, cada cosa de el era maravillosa.
Era mutuo, eran felices, estaban cautivados el uno por el otro, tanto, que parecía que nunca acabaría, ¿O si...?
El tiempo y el destino no habrían mantenido aquella hermosa relación y pese a que ambos se amaron y fueron felices, no fue suficiente para evitar el fin de aquel lado, pues se verían al recordar lo que eran. Aún sobre la felicidad que se tenían.
“Fuiste, eres y serás lo más lindo que me pudo suceder”. Tarionte.
Eran dos seres alejados por el "bienestar" de los mismos, dejando atrás la felicidad, dejando atrás las miradas cariñosas, dejando atrás los besos apasionados, dejando atrás las caricias, dejando atrás al amor de su vida...