Se miraron otra vez con las manos entrelazadas. Faltaban menos de 3 meses para el matrimonio de ambas. Amelia había acudido a casa de su amiga con la esperanza de ofrecerle su solidaridad en ese difícil trance que tendría que atravesar, mientras que Nicolás sería enviado a Europa sin fecha próxima de retorno.
Amelia conocía a León sabía que era un hombre de buen corazón, pero dudaba que permitiera aquella locura, en el fondo de su corazón los envidiaba un poco ya que su futuro matrimonio había sido pactado sin preguntarle ni una vez si la idea le agradaba, se pondría de su lado, pero dudaba que salieran airosos de aquella aventura. Luis interrumpió sus pensamientos al decir:
Unos pasos poderosos se acercaban con furia a las inmediaciones de la salita. La charla entre ambas se interrumpió inmediatamente después de que la fornida figura trigueña de León Rangel apareciera el umbral de la puerta con una de sus poderosas y fuertes manos cogiendo por el cuello de las ropas a Nicolás, quien tenía un hilo rojizo de sangre brotándole de la nariz y la comisura del labio, su mirada hosca traspasaba a su padre con chispas de furia. Las mandíbulas de ambos lucían tensas y temblaban. Al ver aquellos rostros tan similares con la misma expresión nadie podía dudar de que eran padre e hijo.
En dos zancadas León cruzó la sala y le sacudió. Luisa superó la sorpresa inicial para cerrar los puños, Nicolás se interpuso entre su padre y Luisa. Y Amelia al ver todo el caos y la violencia sollozo un poco y aquellas lagrimas hicieron que los otros tres se olvidaran de su pelea, ya que a ninguno les gustaba ver a aquel noble corazón llorar, logro controlarse a fuerza de voluntad para decirles trabajosamente:
Nicolás estaba taciturno, con una la tristeza y el dolor reflejados en el rostro; la misma expresión tenía Luisa... ambos sabían de sobra que no tenían opción alguna...Los problemas alrededor de la disminuida fortuna de los Rangel y el cambio de las familias que rodeaban al virrey, la pérdida de contactos comerciales al haberse casado con la madre de Luisa... todo confabulaba en contra de los cuatro seres que simplemente deseaban poseer la libertad para quererse sin sacrificar a los otros.
MAIA Y ESMERALDA
Nada más entrar y mirar a su amiga, Esmeralda estuvo segura de que algo había sucedido. Maia le sonrió y la abrazo con fuerza mientras se disculpaba torpemente:
Maia asintió con aire culpable y la soltó, en completo silencio levantó la mochila y su bolso para dirigirse a su habitación sin decir nada más cerrando la puerta suavemente. Extrañada Esmeralda la siguió con la vista, pero no dijo nada, sabía que algo había pasado, pero no imaginaba si se trataba de algo bueno o malo, su amiga simplemente parecía estar completamente fuera de sí, así que lo que hubiera pasado seguro era algo importante.
Se levantó con la intención de tocar la puerta de su habitación para charlar con ella cuando el interfon interrumpió sus buenas intenciones. Caminó hasta el aparato con el entrecejo fruncido, era raro no esperaban a nadie, era domingo por la noche así que no había amistades que solieran visitarlas a esa hora... aunque por otro lado tal vez era Ámon... una sonrisa instantánea se formó en sus labios mientras respondía: