Notas A Tessa

La maldición de Tessa Woods

 

Tessa Woods, era lo primero que podía ver en aquel sobre blanco y liso. Adentro se encontraba mi informe escolar, de aquel papel dependía mi trilogía, el trato con mamá decía eso. Pasaba este año y tenía mis tres preciados libros para las fiestas.

Mis pasos contra la cerámica del pasillo escolar eran mi mayor desesperación, hacían eco ya que este se encontraba vacío y sin estudiantes transitando por el como todas las mañanas, exactamente a las 8:35 cuando suena aquel timbre. Dándonos la orden de entrar por esas puertas grandes ya que de esto depende nuestro futuro.

No podía esperar a abrir aquel esperado sobre, pero le prometí a mamá que lo leería con ella. Comienzo a creer que esto es más importante para ella que para mi, cada año, a 2 meses de terminar el ciclo escolar ya está preguntando sobre mis calificaciones o si saqué el primer lugar de la clase, como ella siempre espera.

Salí corriendo de aquella institución creyendo que si lo hacía el trayecto hacia casa sería más corto, pero eso no dependía de mis piernas ni de mi actividad física, bueno, en parte sí. Y hablando de actividad física, creo que tengo la peor, con solo correr 20 metros ya estoy en el suelo tirada desmayándome y probablemente muriendo de un infarto.

En este momento mi tiempo dependía del bus, espero no me falle esta vez. Lo tomo desde los 9 años, pasa a las 8:43 de la mañana para después volver a las 14:35 de la tarde, pero para mi mala suerte la cual siempre está conmigo y somos inseparables, mis transporte aún no llegaba.

Ahora solo falta que caigan truenos y llueva ¡Oh vamos! ¡Ya salgan!

Mala idea.

La maldición de Tessa se hizo presente, mala idea haberle gritado al cielo diciendo que rematara este día con una asombrosa tormenta en el mes navideño. Creo que me han escuchado y se ha cumplido lo que he dicho, ahora solo falta que un pájaro defeque en mi cabeza y este día podría ser bautizado como "El día más horrible y terrible en la vida miserable de Tessa Woods". Cambien el título de este libro, tengo un nuevo nombre.

Vamos a ponerte en contexto querida personita, viajemos al pasado y vayamos 4 horas atrás para que entendamos porque este día es digno de ese nombre...al igual que este libro.


 

-Tessa, Tessa. Mi querida y amada amiga Tessa ¿Encontraste el cepillo esta mañana? Porque creo que no, pareciera que unos gatos se hubieran peleado en tu cabello-dijo Margot con un tono de burla y con claras intenciones de tocar mi cabellera despeinada-

Margot Duch, mi amiga desde hace 3 años. Típico de ella estar riendo y molestando, aún así la quiero. No tenemos que entenderla, solo quererla.

-Cierra la boca, no tuve tiempo de hacerlo, mamá me dió la misma charla de todos los años. Ya sabes, sobre el informe escolar y las calificaciones.

-Eso es clásico de tu mamá, pero por lo menos debes invitarme a cenar esta noche, preparará el famosísimo pastel de chocolate y vainilla, sabes que no me lo perdería por nada-soltó con la clara emoción en sus palabras-.

-Pensaba hacer algo distinto este año, ha hecho el mismo pastel por 11 años. La azúcar y su sabor me está empezando a empalagar.

-¿Cambio de planes?-miró el techo del corredor pensativa-Me gusta. ¿Cuáles el panorama?

-Leer.

Dije esto para después entrar al salón de clases, un -Sabía que dirías eso- salió de ella para luego entrar detrás de mi.

-Mira Tess, hay una heladería a la vuelta, podemos celebrar el fin del año escolar ahí. También en la hamburguesería o la pizzería, vamos ahí todos lo cumpleaños de Dylan, es genial.

-¿Por qué mejor no me haces una lista y después me dices todas la opciones? Estaría de lujo-mis malas ganas se hicieron presentes y mi sarcasmo igual-

-Eres una genia, no por nada eres la primera de clase.

Otra persona más que me lo recordaba, aparte de mamá. Gracias, no hacía falta.

De acuerdo enumeremos las cosas malas de este día:

-Charla con señora mamá

-Cabello tela de arañas

Llevamos dos, espero que esta lista no siga creciendo. Sin más arranqué aquella hoja en donde había escrito mis desgracias para guardarla en mi mochila, el basurero estaba demasiado lejos. Lo sé, aparte de despeinada soy una latosa.





 

-Yo creo que le pondría un 7/10, cuando era pequeño se sacaba los mocos ¿Y sabes lo peor? Los pegaba en mi asiento.

-Margot, no puedes estar calificando chicos como si fueran un objeto.

Desdr hace unos 6 meses comenzó a hacerlo, pero este último tiempo intensificó brutalmente, de hecho, estaba comenzando a asustarme.

-Pienso que sí puedo, osea míralo, da tanta lástima-sus ojos estaban puestos en la mesa del otro extremo del comedor, mientras que negaba y miraba lastimosamente al pobre chico come mocos- Qué piensas...¡De él!-ahora su vista estaba puesta en otra pobre víctima de pelo castaño oscuro el cual estaba sentado junto a otros estudiantes, pero se veía que él estaba perdido en sus pensamientos-

-Nah-hice un ademán con la mano restándole importancia al chico pensativo-Me quedo con mi gato, está más guapo-recibí una papita frita en mi cara al decir eso-

-No seas ridícula, por lo menos este ser vivo habla. Tu gato solo hace meow-dijo haciendo un intento fallido de expresión tierna, eso fue una ofensa para mi pobre felino-.

-Señor Patitas cortas es hermoso, es un ser angelical y divino, es supremo. Algo que tú y yo jamás podremos ser.

-Por lo menos yo no me atoro con bolas de pelos cada vez que puedo, los perros son mejores.

-Solo lo dices porque eres alérgica-solté una risita volviendo la vista a mi comida-

-Y porque uno se me tiro encima, no olvides ese día en el parque, es mi mayor trauma. Por lo menos tu gato ya está viejo y obeso para hacer esa clase de cosas, porque si fuera por mi no iría a tu casa solo porque es bestia peluda está ahí con sed de comerme.



#30803 en Novela romántica

En el texto hay: adolescente, romance, escuela

Editado: 11.11.2020

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