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La prueba era concreta, visual y desgarradora. No fue sólo un mensaje lo que habían mandado, no una confirmación escrita y nada más. Habían obtenido, de una manera u otra, poder infiltrarse en los archivos de cámaras de dicho centro. Habían obtenido una prueba visual donde pude ver el estado del lugar, del maltrato ahí dentro.

Y de Noah Parker siendo arrastrado por uno de los pasillos oscuros.

Débil, con más peso perdido del que podría calcular, una suciedad y descuido en él que me terminó de quebrar toda lógica en mi mente. Era tratado como un saco de boxeo, lanzado de lado a lado, sus muñecas sujetas por las esposas que ya tanto conocía. Sólo se las sacaban para que pudiera descansar en su celda, y en su pobre estado, no podía moverse del piso por horas.

El Doc y Troy tuvieron que cederme una de sus sillas en lo que miraba lo enviado, las largas horas de documentación que habían sido enviadas, y cada segundo que pasaba, cada fotograma que cambiaba o escena que me apretaba el corazón, más me endurecía la postura. Más se fruncía mi ceño. Más mi energía fluía con fuerza por mis venas.

No escuché cuando Julia y los demás empezaron a llegar, Doc habiendo avisado del mensaje, y el laboratorio empezó a llenarse de gente. Troy se había asegurado de que todo el suero quedara en mi sistema, el Doc siendo el cuidadoso en sacar la intravenosa, y para cuando todos llegaron, sólo estaba sentada en la silla, mirando el proyector que Troy había armado, las luces apagadas, y las escenas reproduciéndose.

Entre todos los que llegaron, mi equipo también estaba ahí. Jacob fue el primero en entrar, sus ojos cayendo rápidamente en la visualización del proyector y cerró los ojos, comprendiendo. Anna y Luna lo siguieron, soltando ciertos jadeos al también reconocer qué era lo que estaba viendo. Julia y Enzo fueron los que más se contuvieron, yendo directamente hacia el Doc que estaba a unos metros de mí. Detrás de ellos, Claire entró y también miró, y en lugar de reaccionar de alguna manera, se giró hacia mí, analizando mi postura.

Se acercó y agachó a mi lado, tomándome la mano con fuerza. No se veía triste, ni enojada, ni nada que delatara que supiera mi estado. Se quedó aferrada en mi mano en lo que el gemelo era el último en volver a entrar en el laboratorio después de haberse ido de la manera que se había ido. Lo nuevo que vi en él, y me dolió, fueron sus ojos rojos e hinchados.

En la poca luz del proyector, noté sus manos hacerse puños, su postura rigidizándose al ver la pantalla y encontrar la silueta de su hermano hecha un ovillo en la esquina de su celda. Mis dedos se aferraron a la mano de mi amiga, mi energía fluyendo con más fuerza y tratando de contenerla lo más posible en mí. No quería dañar los guantes y quedarme sin una mínima contención.

Tom no se giró hacia mí, sino que le habló a Jacob:

—¿Jay? —lo llamó, nuestro amigo temblando ante la vista—. ¿Ese es...?

Jacob asintió, respirando temblorosamente. Fue Anna el que lo agarró los hombros desde atrás, dándole un apretón que parecía hasta amistoso.

—Sí —confirmó—. Es el campamento en las afueras de la Ciudadela.

Troy detuvo la filmación, justo en el momento que Noah levantaba su cuerpo del piso, arrastrándose, y levantó la mirada al encontrar la cámara y ahí se detuvo. La grabación se notaba de poca calidad, era de una cámara de seguridad que habían instalado para estar revisando siempre a sus neutralizados. Los mantenían al límite siempre; vistos, maltratados, cerca de la Ciudadela como para temer la idea de escapar, pero no dentro sabiendo que podrían causar estragos y destrucción.

Los querían mantener en línea, y vaya a saber qué querían de Noah Parker para querer trasladarlo adentro.

Anna frunció su boca.

—Voy a suponer que otra misión ya está en la mesa... —soltó, con un tono obvio en la punta de la lengua—. Me sorprende que estemos esperando.

No saqué mi vista de la proyección, los ojos hundidos en el rostro de Noah afectando más mi energía, mi corazón gritando por él en latidos que podía sentir por todo mi cuerpo. Doc estaba hablando, probablemente mencionando toda la parte técnica del traslado, de lo que los Benignos habían propuesto en el mensaje, y qué requerían a cambio.

El trato que nuestra líder había ofrecido había sido tomado y cumplido desde su lado. No sólo nos habían enviado evidencia y confirmación de la ubicación de Noah, sino que había hasta ofrecido su presencia para dicho día. Habían desarrollado unos cuantos párrafos donde escribían los pros y contras de dicha alianza momentánea, y por más importante que fuera, yo no la leí. Cualquier cosa que ofrecieran, cualquier cosa que exigieran, con tal de tener a Noah de vuelta, iba a darlo. Iba a ser lo que ellos pidieran.

Julia me lanzó una mirada al contestar. Yo no moví ni mi cabeza.

—¿Ofrecieron su presencia? ¿Ayudarnos? —inquirió, curiosa. Le escuché un tono dudoso, extraño—. ¿Por qué la querrían ayudar si lo que ofrecí a cambio era sólo por la confirmación de la ubicación del gemelo Parker?

Enzo también miró la pantalla y fue el que contestó.

—Porque están locos, y ante cualquier oportunidad de pelea, ellos se presentan. Es tener presencia y que sean vistos, que sean reconocidos... —explicó, parándose cerca de la mesa y apoyándose en ella—. Y ser vistos al lado de la supuesta supernova diría mucho para ellos y qué conexiones tienen con ella.

—Porque les da más fuerza, ¿no? —entendió Luna, girándose hacia los demás. Tenía una mueca triste y dolida en ella—. Si piensan que Taylin está con ellos...

—Significa que están cerca de derribarlos —siguió Anna, palmeando los hombros de Jacob al soltarlo—. Una advertencia.

En otra circunstancia, me hubiese sentido un objeto, un deseo que un grupo gigante de personas estaba peleando por obtener. Yo había visto su locura cuando había visitado su escondite, su hogar bajo las alcantarillas. Había visto la adoración y obsesión por mi alter ego, algo que me había incomodado. Daniel besándome las manos. Erik queriendo manipularme para tenerme de su lado. No a Costa Norte sólo, algo que le vendría bien. A mí.