Novios por conveniencia

XVIII. Silencio

Capítulo 18. Silencio

 

El cuarto estaba en completo silencio y para una chica que tena algunos minutos de haber despertado el silencio la hacía sentirse bien, no quería pensar en las mil y un preocupaciones que tenía, cuando despertó en ese horrible lugar no quería más que desaparecer, el sonido de la puerta a hizo voltearse hacia allí y ver a Kail que entraba y le ofrecía una hermosa sonrisa que intento responder.

―Hola, ¿puedo entrar?―asintió porque no tenía ánimos de responder.

Se sentó junto a ella y la abrazo mucho mientras la escuchaba sollozar, sabía que en ese instante desahogarse le haría bien, podría encontrar el porqué de su tristeza y sería más fácil ayudarla, no quería pasar otra vez por la misma situación como con su hermana, cuando se enteró de lo que había intentado Grace fue como si reviviera en ese momento y quiso morirse por no poder hacer nada, no se imaginó que la situación llegara  tal extremo.

Sintió como si hubiera llorado por horas aunque en realidad solo fueron unos treinta minutos, cando se calmó aun abrazado a ella, la vio a los ojos y limpio sus mejillas cubiertas de lagrima, era solo una niña ¿Qué la estaba haciendo sufrir tanto?, esa tristeza parecía no tener fin y le dolió en el alma verla de esa manera.

― ¿Me quieres contar?―espero que negara, pero se sorprendió cuando la vio asentir débilmente., le sonrió y se acomodó esperando que hablara ella porque eso era lo único que le quedaba por hacer.

Fueron minutos en los que solamente las respiraciones de ambos se podían escuchar, nada más que eso porque ninguno de los dos estaba hablando hasta que por fin hablo y sabía que la historia no sería tan fácil de decir como de escuchar.

 

― ¿Quieres saber todo verdad?―Kail solo asintió ― está bien, pero no es una linda historia… bueno todo comenzó cuando mis padres se fueron por primera vez al extranjero, Leo y yo solo quedamos con Marie y su esposo teníamos solo como ocho años recuerdo que siempre le pregunte a Marie porque se iban y ella me dijo que estaban trabajando para comprarme todo lo que quisiera, al principio me puse feliz por eso pero con el tiempo solo estaba sola y descargaba mi tristeza portándome mal para que ellos vinieran a casa, así que cada día me portaba más y más mal y ellos venían solo para “controlarme” como los escuchaba cada vez que hablaban―algunas lágrimas aparecieron pero no dejaría de hablar ahora que había decidido hacerlo.

La forma en la que estaba no era ni seña de la Grace fuerte que todos pensaran que era, esa persona sin sentimiento estaba lejos de parecer a la que en este momento estaba contando cosa de su vida que pensó nunca diría.

―Así que cuando fue más difícil fingían que me llevaban de paseo porque era otra forma de que cambiara, en realidad visitaban un psicólogo porque estaba loca, eso fue lo que muchas veces me dijeron que si no cambiaba me encerrarían, me creí cada una de sus palabras por eso intentaba no molestarlos pero quería que me quisieran, ¿Por qué estaba mal?, solo era un estorbo que arruinaba la reputación de la familia Wilson―su voz cada vez era más angustiada pero aun así no se detuvo, Kail tenía un nudo en la garganta que no lo dejaba respirar― así que como tenían que ser la familia perfecta yo no era la hija perfecta y jamás lo seria, sabes que fue lo peor ―pregunto y casi al instante respondió a la pregunta― que cuando paso eso siempre fui la responsable y el hospital…

 

Esa parte fue la más dolorosa que pensó que quedaría en su pasado, quera que así fuera pero debía sacar todo para poder vivir mejor para no sentirse tan miserable como en este preciso instante, Kail estuvo a punto de desistir porque en los casi cinco años de ser psicólogo era la primera vez que no quería escuchar algo como esto, porque era tan parecida a su hermanita que le dolía el pensar que si hubieran sabido lo que estaba pasando en ese momento estaría junto el.

 

―Cuando tenía doce años salí con mis amigos al parque porque queríamos conocer el parque marino y como éramos varios nos dejaron que fuéramos, mama y papa me lo permitieron así que allí estábamos maravillados de que al fin lo pudiéramos ver no era tan tarde y decidimos buscar un lugar en donde comprar dulces, me senté en el pasto y el aire me hizo reír por lo fuerte que estaba, nos separamos una vez que cada uno tenía que ir a su casa, cuando sentí que fui jalada hacia una parte oscura no supe quien lo hizo y hasta hoy pienso que probablemente si hubiera tenido cuidad nada tendría que haber pasado―aún queda mucho por explicar pero todo era más difícil.

 

―Si quieres detenerte lo puedes hacer linda, no tienes que seguir si eso te hace mal―realmente no solo lo decía por ella, sino por la impotencia de poder ayudarla en ese instante, ella negó y continuó aun con lágrimas en sus ojos.

 

―Me llevo a un hospital abandonado, por eso es que cada vez que veo uno siento que estoy en ese horrible lugar y no lo soporto, a principio solo me dejó en  cuarto abandonado lleno de suciedad y por más que luche y grite no conseguí más que me tirara contra el suelo y golpeara mi estómago, el tomo mi celular y llamo a mi papa pidiendo rescate, escuche porque puso el altavoz para que oyera todo― tapo su rostro y sollozo aún más fuerte, no quería oírla pero detenerla no era la mejor opción. ― yo lo escuche claramente “No quiero que nadie se entere, eso no me conviene si quieres el dinero te lo doy pero no se te ocurra hacer que la gente se entere” esa fueron las palabras de papa, las tengo grabadas aquí―toco su cabeza para afirmar que estaba en su mente y no las olvidaría― pero no lo hicieron , no me rescataron y pase una semana en ese lugar y lo peor fue que él se ponía furioso porque nunca tenía su dinero y se desquitaba conmigo.

 

Se detuvo y ya Kail no lo soporto y la abrazo y lloro junto a ella, aun terminaba lo noto y saber más le tenía el alma en un hilo, que más le hicieron.



#37706 en Novela romántica

En el texto hay: cliche, romance

Editado: 03.06.2020

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