Danny

Creo que lo mejor y lo peor de la vida, es el enamorarte. Pues, al principio te puedes sentir bien, y tienes las típicas mariposas en el estómago, pero, cuando todo termina te sientes inútil, como si todo hubiera sido un rato juego para la otra persona. Por eso digo que lo mejor y peor en la vida, es el enamorarte.

Desde la secundaria tenía a mi mejor amigo, que era como mi hermano, siempre me protegía, ante cualquier cosa, no importaba que fuera, ahí estaba el para mi, y es lo que más aprecio de el. Cuando entré a la preparatoria, encontré a mis mejores amigas, o eso era lo que creía, al principio nos llevábamos muy bien, hasta habíamos formado un grupo de baile, el grupo era muy popular, pero, como dije, lo peor en el mundo es el enamorarte.

Un día conocí a la persona que creí que era el indicado para mí, estaba muy embobada con el, que si, no pensé, que todo iba a terminar tan rápido.

—No creo que el sea el mejor para ti— me dijo mi mejor amigo, sentándose frente a mi lo que hizo que lo mirara.

—¿Por qué no?— pregunté un tanto molesta ante la reacción de mi amigo.

—No sé, siento que te va a hacer mucho daño y no quiero verte llorar— me contestó, su tono sonaba sincero, pero, aún así, no le hice caso.

—No lo creo, el es un chico lindo— le respondí, tratando de sonreír.

—Bueno… ¿No vas a ir a tu práctica con las demás?— me preguntó, a lo que lo miré en shock.

—Se me había olvidado, vamos— dije mientras empezaba a levantarme y empezaba a correr.

Me gusta bailar, es mi vida, entre mis amigas y yo creamos nuestro grupo de baile, hacíamos covers y/o creamos toda la coreografía de toda la canción, pero, siendo sincera, lo que más me gustaba era un chico, no sé, unos tres años mayor que yo.

En menos del tiempo que creí, era mi novio, lo quería tanto, estaba para mí en cualquier momento, pero, al igual me empecé a alejar de mi mejor amigo, pero el me decía que pasara más tiempo con el.

Pero, después de unos meses, dejé de sonreír, todo había acabado para mí. El inicio de una relación es lo más lindo, pero, el termino es lo peor, si todavía sientes algo por la otra persona.

Ya no quería hacer nada, todo había acabado para mí, pero, aún así iba a bailar con las demás chicas.

—Mira, ese chico es el que nos gusta a Lawan, a Mei Ring y a mi— me dijo Akali mientras señalaba al chico. —Dijimos que no íbamos a pelear por el, pero, el debía escoger—

—¿Y sino escoge a ninguna?— le dije con duda mientras la miraba.

—No lo creo, le debemos de gustar al menos a una, siempre nos ve en los ensayos y en las presentaciones, pero, no sabemos a quién ve— me dijo con una sonrisa lo que me hizo sonreír.

—Vamos al ensayo, ¿Si?— le dije mientras me levantaba y le extendía mi mano. —¿O no vas a ir?

—Si... si voy...— dijo tomando mi mano.

Empezamos a caminar, hasta que recordé algo. —Akali, adenlantate, voy por algo que se me olvidó—.

—¿Segura? Te puedo acompañar...— dijo mientras cambiaba la dirección de su caminar.

—Segura Akali, ve... te alcanzo luego— dije mientras giraba su cabeza para que volviera a cambiar su dirección.

—Bien, pero, no me vuelvas a tocar así— alegó y empezó a caminar.

Regresé por lo que necesitaba, y cuando iba de vuelta me encontré con el chico que dijo Akali que le gustaba.

—Eh... hola...— saludó tímido.

—Hola— respondí. —Eh... vas a ir a ver a Akali a Lawan o a Mei R...— no terminé de decir el nombre de Mei Ring, ya que el me interrumpió.

—No... realmente, venía a verte a ti y a darte esto— volvió a decir tímido y casi en un hilo de voz, y me dió una caja de chocolates. —Bueno, realmente, me gustas... mu~ mucho~— dijo con la voz entrecortada y salió corriendo.

—Pero, ¿Qué?— me costó mucho asimilar lo que me había dicho, pero, lo dejé pasar, guarde la caja y seguí caminando al lugar donde me encontraría con mis amigas.

Después de ese encuentro con el chico, trataba de evitar hablar con Akali, Lawan y Mei Ring, porque, realmente no sabía que decirles, ¿Y si al final me terminaban odiando? No sabía que hacer.

Paso lo mismo con el chico que le gustaba a las otras cuatro, el mismo chico, iban hacer lo mismo que hacían Akali, Lawan y Mei Ring. Pero, cuando me dejan sola, pasan un millón de cosas, en tan solo cinco minutos, y ahora me costaba mucho más hablar con todas, porque, siento que en cualquier momento se me puede salvar lo que he tratado de guardar por un mes y medio.

Pero, todo empeoró el día que los dos me pidieron que saliera con ellos, enfrente de todas y del que alguna vez fue mi novio. No supe que contestar, y gracias a Dios, que ahí estaba mi mejor amigo y me sacó de ese lío. Pero, el verdadero lío apenas estaba empezando.