No, simplemente no puedo creer que esto este pasando. No, no. Grito, si es lo que hago mientras corro descalza por la carretera, con altas probabilidades de parecer locas para las pocas personas que siguen despiertas, pero debo llegar simplemente debo llegar. Corro y en el proceso lagrimas resbalan mis mejillas. Siento miedo, desesperación; se supone que las cosas estaban mejorando, las estábamos contralando. ¿Por qué me mintió? Se supone que estamos en estos juntos.
Sigo corriendo y muchas cosas pasan por mi cabeza su sonrisa, sus abrazos, su rostro con ojeras y cansado. —No, no. No, prometiste intentarlo, prometiste hacerlo por mí, por ti. —Grito y se que talvez me debo estar viendo como una loca, pero qué más da. Sigo corriendo, sé que sería mejor a ver tratado de agarrar un auto de mi madre, pero son las tres de la madrugada y acabo escaparme de mi casa, por él, simplemente por él y debe merecer la maldita pena.
Paso dos calles, tres, cuatro...seis; incluso diez más y sé que estoy cerca de lugar y corro con mas fuerzas, corro como si de esto dependiera mi vida, mis pulmones exigen aire, mis piernas me piden parar, pero no puedo hacerlo, debo llegar. —No, no. Todavía no es hora. JODEEEER NOOO. —Grito y siento como si mi garganta estuviera siendo desgarrada por el grito que he hecho.
Veo la construcción de casi cinco pisos que hace unos meses los padres querían quitar, aquella misma construcción que se ha convertido en nuestro lugar, aquella que separa mi barriada de la barriada en donde vive Jade, cada vez corro más rápido y va apareciendo en mi campo de visión. —Ya estoy aquí, ya llegué. No lo hagas, estoy aquí cariño. —Grito con esperanzas de que se encuentre aquí y me escuche.
Llego al lugar mis pies arden tal vez pise algo que me lastimo, pero es lo que menos me importa en estos momentos, paso rápidamente la cerca que rodea para supuestamente alejar a los niños de este lugar; una parte de la cerca me raspa el hombro y siento la sangre caliente salir. Trato de pararme para subir el edificio, pero en el proceso algo se enreda en mis pies y caigo de cara al suelo y siento mi mentón arder, pero ignoro el dolor y trato de volver a levantarme lo logro, subo la escalera de afuera que me lleva al segundo piso y en esta girando a la derecha hay unas viejas escaleras de madera, las empiezo a subir a paso apresurado, pero con sumo cuidado.
Llego al ultimo escalón y termino de subir mi cuerpo al ultimo piso, y lo veo, lo veo. Se encuentra al borde y es en ese momento que siento el frio de la madrugada. —Ya llegué estoy aquí, mírame, cariño, mírame, ya llegué, me encuentro aquí. —Le digo mientras doy unos pequeños pasos a donde él. Me mira sobre su hombro y veo en aquella mirada miedo, miedo puro.
—Lo siento, enserio lo siento. —Dice y no duda ni un segundo y se tira en mis brazos yo simplemente lo agarro, lo abrazo lo más fuerte que puedo y lo escucho sollozar, veo sus manos y están llenas de sangre, las veo temblar al igual que todo su cuerpo y sé que está sucediendo...
—Ssh, ya estoy aquí cariño. Ya no te preocupes. —Le digo para tranquilizarlo.
—Lo siento, te juro que no, no, no... enserio yo no... —Balbucea y agarro sus manos para que dejen de temblar. —Te juro que no pensé hacerlo, enserio. Lo juro. —Me dice mientras me mira directamente a los ojos.
—Ya no te preocupes esto no es tu culpa. Saldremos juntos de esto, lo prometo. Saldremos juntos. —Le digo y agarro sus manos mas fuertes para transmitirle mi confianza, mis fuerzas, para transmitirle que siempre estaré aquí.
—No quiero hacerles caso de verdad, pero simplemente pasa. No quiero lastimarte, no quiero dañarte más, sé que te estoy lastimando y no, no, no... no quiero tener que cargar con eso. Melissa no puedo, enserio. —Lo escucho decir tan apresuradamente.
—Ya no te preocupes, ya, ya... Lo solucionaremos, saldremos adelante. Lo recuerdas porque tenemos que escribir nuestra historia, recuérdalo. —Le digo.
Simplemente le abrazo, trato de sostener todas sus piezas rotas, trato de sostener su mundo, trato de ser fuerte, por él, simplemente por él.
"Venga Melissa tienes que ser fuerte"
Esa noche la luna fue testigo del terror, del miedo que sentimos; pero también de que aquellos demonios que se escondían dentro de nosotros salieran, salieran he hicieran de las suyas. Que aquella situación superaba a dos adolescentes con problemas en sus casas que juntaban sus partes rotas y simplemente se complementaban como la noche y el día, como el ying y el yang, pero también como la luz y la oscuridad. Esa noche la luna sello su amistad en medio del caos y el dolor, en un escenario poco agradable, en una situación inolvidable, con simplemente dos adolescentes que se cruzaron en el camino. La luna presencio todos sucesos después de este y no fueron para nada lindos, todo fue de mal en peor, lo puedo asegurar.