Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: Nyc N° 3

Capítulo 59

— ¡¿Que está ocurriendo aquí?!— Era la voz de Ehan acercándose al grupo. El y Hanna acababan de llegar a la empresa cuando se enteraron del pequeño problema que estaba ocurriendo.

—Nada señor Hilton. Era un mal entendido, pero ya está todo solucionado— dijo el gerente con rapidez.

— ¿Solucionado? Aquí no hay nada solucionado. — Dijo Sarah con evidente enojo — algunas de tus empleadas me están ofendiendo y no me dejan guardar mis cosas para largarme de una vez por todas de esta ¡puta empresa!

—Intenta calmarte Sarah...— intervino Hanna

— ¡No me quiero calmar! Simplemente quiero tomar mis cosas y largarme de aquí. No quiero estar en este lugar más tiempo. No quiero ver a ninguno de estos hipócritas de mierda por más tiempo y ustedes dos— los señalo— son a los que menos quiero ver.

Pero como siempre, toda la bola de chismosos que conforman la plantilla de empleados de BiTec, se encontraban atentos al nuevo espectáculo que les brindaría Sarah.

—Señorita James. Le pido con respeto que no ofenda a la institución, ni a ninguno de los trabajadores...— trato de mediar el gerente, pero solo logro hacer reír a Sarah.

— ¡¿Respeto?! ¿Quieres que yo los respete cuando a mí no se me permitió ese privilegio?— se cruzó de brazos frente a Ehan y Hanna— desde el baile, he estado analizando muchas cosas que no entendía...— explico mirándolos con resentimiento— Como ¿porque durante la cena de presentación, yo fui la única en obtener tu atención? Pero tú fuiste claro ¿No? Compraste esta empresa por Hanna. Has hecho todo por ella, y como yo era la mujer que estaba más cerca de ella esa noche... ¿Por qué no utilizarme para darle celos? ¿O acaso me equivoco? Niégame que no fue ese el motivo por el cual mostraste interés por mí.

—No quiero seguir discutiendo contigo Sarah. No te negare que en un comienzo si vi en ti una oportunidad de poner celosa a Hanna. Pero al ver el amor que le tenía Sebas a ella. Me aleje, no me quería interponer en su matrimonio...

—No te creo...no te creo...— comenzó a decir como una niña.

—Esto es suficiente— dijo Hanna molesta por ver arruinado así ese día tan importante— ¡regresen todos a trabajar!— ordeno molesta a sus compañeros— y tu— señalo a Sarah— acompáñame. Tenemos muchas cosas que aclarar.

—No tengo nada que hablar contigo...

—Pero yo si tengo mucho que decirte—miro a Ehan— espérame en tu oficina, no tardare— le dio un rápido beso antes de comenzar a caminar hacia la sala de juntas segura que Sarah la seguiría.

Al llegar a la puerta, abrió esta y segundos después, ella y Sarah se encontraban adentro de la habitación cerrada.

—No tenemos nada que hablar Hanna. ¿O qué? ¿Me quieres restregar en la cara tu compromiso con Ehan? No es necesario que lo hagas...hasta un ciego podría ver el diamante en tu dedo.

Hanna se llevó la mano hacia el entrecejo un poco irritada.

—Deja el ataque Sarah. No es sobre eso lo que quiero hablar contigo— rodeo la mesa y tomo asiento en un extremo— siéntate.

Sarah la observo con los brazos cruzados, dudando sobre si hacerlo o no, pero sabía que de una forma u otra terminaría haciéndolo; así que tomo asiento molesta.

—Quiero terminar esto Sarah. Estoy cansada, de esta... pelea absurda que existe entre nosotras. Sé que nuestra amistad...está muy dañada y reconozco que ha sido culpa de ambas.

— ¿Disculpa? ¿Quién le quito el novio a quién?...

— ¿Quién fue la primera en ofender a la otra? Comenzaste a creer tanto tus mentiras y a sentirte tan poderosa que comenzaste a tratar de menos a todos a tu alrededor. Incluyéndome.

— ¿Y tú qué? Fingiendo ser la triste mujer que acababa de perder a su esposo mientras te revolcabas con el jefe...

—Te equivocas. Entre Ehan y yo, no pasó nada hasta un tiempo después. Los dos respetamos la memoria de Sebas. Cuando...—Hanna se tragó su tristeza al hablar de él— cuando me entere de la enfermedad de Sebas...ya era tarde. Él nunca me lo dijo. No quería que estuviera triste los últimos días a su lado— sus ojos se colocaron cristalinos— él fue un gran hombre. Fue por eso que le confeso todo a Ehan. Ellos sabían de todo lo que estaba ocurriendo. Fue por eso que entre nosotros no ocurrió nada. Ehan nos ayudó a disfrutar nuestros últimos días juntos. Mientras estábamos en el hospital...fue Sebas el que hizo prometer a Ehan ser un apoyo para los niños y para mí. No puedes culparnos por eso...



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En el texto hay: hijos, celos, amor

Editado: 07.02.2019

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