El fin de la etapa escolar, es sin duda el momento más ansiado por todo estudiante donde al fin se ven los resultados de varios años de estudio y esfuerzo, el momento de descansar de los estrictos profesores, tareas, exámenes e incluso de notas que hacen que te encasillen y definan que tan capaz puedes ser en la vida; pero en realidad, no todo termina ahí, pasas a una nueva etapa aún más difícil, donde te enfrentas a la vida real, como un adulto que está obligado a resolver sus problemas por cuenta propia y a tomar decisiones que guiaran su camino a un futuro incierto, que puede ser exitoso y privilegiado o miserable y tormentoso.
La transición de una etapa a otra es frustrante, no tan sencilla de afrontar; pero tampoco imposible. Las relaciones que hayas formado en tu etapa escolar se perderán o se conservaran, y solo ahí te habrás dado cuenta de que tipo de personas has estado rodeada por años, y si valió realmente la pena el esfuerzo que pusiste para dar lo mejor de ti.
Me encuentro en esa transición, a menos de un año de concluir el ciclo escolar y empezar mi vida como adulta, pero eso no me asusta; tengo planes, una boda que organizar, sé cómo será mi vida, así que no tengo de que preocuparme, he tomado las decisiones correctas y he elegido a la persona con la que compartiré el resto de mi vida.
Estoy segura de que seré plenamente feliz a su lado…
Aunque en realidad, mi destino, ya estaba escrito desde antes de conocerte, y nada saldría como lo planeado.
Editado: 16.11.2024