Cada estudiante recibió una carta de bienvenida del cuerpo administrativo y director del colegio, darán inicio a uno de los eventos más importantes. Os leo un poco al respecto;
“Carta de bienvenida, new school, 3 de agosto 2023.
Es de nuestro agrado comunicarles y a la vez felicitarlos por el ingreso a vuestra escuela. Todos los que formamos parte de esta familia se siente contenta de tenerlos en su nueva casa, recibirán educación única, haremos explotar al máximo todo el potencial que tiene cada uno de ustedes.
Espero poder conocerlos en persona y deseo que sea de su agrado nuestra bienvenida.”
Leyendo lo que me habían enviado a mi portátil, sentí muchas sensaciones y emociones juntas, estaba más que feliz, parecía que había ganado la lotería y lo estaba celebrando sola en mi cuarto, sabía que era mi puerta hacia una mejor vida, tampoco me estoy quejando de lo que me ofrecen mis padres, ellos se han esforzado mucho por mí y mis hermanos, tenemos un pequeño negocio de productos de primera necesidad, en un barrio medio de los Ángeles (Estados Unidos). Pase quince años hermosos en este lugar, tenía muy buenos amigos y toda la familia que conozco vivía aquí.
Me cambio por completo la expresión del rostro al recordar que no le había dicho nada a mis padres sobre mi postulación, confiaba en mis habilidades y sabía que solo era cuestión de esfuerzo para ingresar, pero siempre fui cobarde para hablar con ellos, me dolía dejarlos, son mi familia, y al ser su primera hija, desconfiaba un poco de sí me dejarían ir hacia lo desconocido.
—Ingrid. ¿Está todo bien? Parece que escuche ruidos.
—Si mamá está todo bien, me acaban de dar una bonita noticia es todo.
—Y… ¿No me vas a declarar cuál es esa buena noticia?
—En la cena te lo cuento vale, me gustaría que estén todos juntos.
—Me comienzas a emocionar hija, bueno te esperamos abajo para cenar.
De alguna u otra manera se lo tenía que mencionar a todos, así que la cena es una gran oportunidad para poder decirles todo en lo que he venido trabajando duro. Muchas fantasías recorren mi mente en ese momento, si me aceptaban estaré en la cumbre de mi vida, si es posible no me permitiría ninguna distracción. Eso significaba cero, chicos y cero adicciones.
—¡Ingrid! Mamá dice que bajes a cenar.
—Voy en un rato Mirko.
Para mi familia era algo muy sagrado la hora de la cena, todos estamos ocupados todo el día, Papá junto a mamá están en la tienda todo el tiempo y solo se dan dos horas de descanso, mi hermano Kean pasa la mañana en la escuela y las tardes patina en un parque cerca de la casa y llega siempre a la hora de la cena, por otro lado, yo me encargo de cuidar a mi hermano Mirko que es el más menor, la pasamos bien solos en casa, y cuando llegaba mi mejor amigo solíamos dar una vuelta por la ciudad los tres. Aunque estos últimos meses nos distanciamos demasiado, yo he estado estudiando mucho para el examen y casi no lo e visto.
—¡Ingrid acaba de llegar Kean, te estamos esperando! —
—¡Ya voy Mirko!
Estaba tratando un poco de planificar como iba a decir las cosas, y de la manera en la que sonara una buena idea. Solamente espero que salga bien.
Baje y estaban todos listos para comer, mamá me echa una mirada y luego se mira con papá, Kean me mira como sospechando de que algo estaba pasando.
—Bueno ya podemos comer. — Menciona Kean que no se nota muy feliz por la espera.
—Disculpen el pequeño retraso. — Me senté en la silla vacía que estaba al costado de papá y tomé un sorbo de la taza de té que estaba en la mesa.
—Y bien, ¿Qué es esa sorpresa que nos tienes Ingrid?
—Más que sorpresa, es una confesión mamá.
—¿Confesarnos qué?— Pregunta papá uniendo sus dos manos y subiéndolas a la mesa.
—No te preocupes papá, estoy seguro de que no tiene novio. — Dice Kean seguro de su afirmación. Era mi hermano, pero estaba segura de que si llegara a tener novio él ni se enteraría.
—No tengo novio Kean y eso no te importa y tampoco era lo que quería mencionarles.
—No molestes a tu hermana Kean. Hija puedes decirnos lo que quieras, sin embargo no nos hagas esperar más, ya di lo que nos quieres decir.
—Postule a una escuela mamá.
—¿La universidad? No es demasiado pronto. —Pregunta papá mucho más interesado por el tema.
—No es la universidad papá, es la escuela secundaria más grande de todo el país y del mundo, muchos medios estuvieron hablando de ella estos últimos meses.
—¿Ingresaste?
—Si mamá, estuve trabajando muy duro para eso.
—Pero esas cosas no se pueden realizar sin el consentimiento de tus padres.
—Lo sé mamá, pero es que tenía el miedo de que les pareciera una mala idea.
—Hija me siento muy orgullosa de que ingresaras y de todos los logros que has tenido desde pequeña, esa escuela suena muy interesante, sin embargo tu padre y yo no podemos mandarte.
—Lo siento mucho Íngrid, pero sola no te vamos a dejar ir.
—Estoy de acuerdo con tu padre hija, no puedes ir sola a otra ciudad—
Me quede muda, no sabía que decirles, todos los argumentos que tenía para esa respuesta se fueron de mi cabeza y ahora estaba vacía, aunque ya me esperaba esa respuesta de ellos, era tan cruel… mi sueño se hizo mierda. Quería llorar, pero no me salían las lágrimas, no me atreví a mirarlos, estaba entre triste, enojada y confundida. Me pare de la mesa y en un acto de desesperación salí corriendo a mi cuarto y las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas. Son una m…
—Buenas noches, señor y señora Brown. — ¡Esa voz es de quien creo que es!
—Hola, Xan, menuda sorpresa tu visita.
—Estaba cerca y quise venir a saludar a Íngrid. ¿Se encuentra en casa?
—Acaba de subir, está un poco triste.
—¿Vine en un mal momento?
—No Xan, puedes subir a verla, le alegrará tu visita.