Nuevas Leyendas: Los 3 Grandes

Cap. 9 Motivos

Diez días después de la resurrección

Los días habían pasado, después del ataque al pueblo donde había nacido Akane y también del ataque a la pequeña comunidad de Tsubaki donde Hide salió gravemente herido.
Las criaturas de Destino habían aumentado en número y los prisioneros con los que habían llegado a Tsubaki, ya no estaban, ahora eran otros humanos adyacentes a sus comunidades atacadas por Destino quienes eran los únicos sobrevivientes.
Ahora el grupo se dirigía más al centro de la tierra antigua llegando a un río que era famoso por dividir la tierra antigua, pues entre cascadas y el río su recorrido casi partía todo el territorio de no ser porque casi llegando a la orilla Este se formaba un lago donde terminaba el recorrido del río y también algo curioso pasaba en la flora que había entre ambas orillas del río, del lado norte la vegetación era de árboles verdes con un pasto verde claro y arbusto con pequeñas flores blancas y del lado sur su flora constaba de grandes pinos que oscurecían en su interior por la gran cantidad que había de ellos, su tierra era humedad y uno que otro hongo salían de entre los troncos de árboles o de aún lado de la rocas.
Destino camino la orilla del rio hasta encontrar una vieja cabaña que estaba del lado norte al  cauce del río; la cabaña deteriorada por el tiempo y con un gran hoyo en su lado derecho entre la parte de atrás y su pared derecha se mantenía aún de pie frente a Destino y su grupo -detengamonos aquí- dijo Destino -padre tenemos que seguir o ¿acaso se siente cansado?- pregunto Unico preocupado, no se habían detenido desde que Destino resucitó y ver que su padre decidía detenerse tenía algún motivo, tal vez aún no se recuperaba del todo después de su resurrección, pensaba Único -no pienses tanto las cosas- dijo Destino interrumpiendo los pensamientos de Único -perdon padre, me preocupa haber hecho mal el ritual de inresurrecion- dijo Único -tengo algo en mente y a decir verdad  a veces es bueno regresar a casa- dijo Destino mirando la cabaña -¿usted vivía aquí?- pregunto Único sorprendido por la respuesta de su padre -un tiempo lo hice y bueno, parte de mi trabajo se quedo aquí, así que quiero experimentar algunas cosas con Aurum, por favor dile que venga conmigo, luego habrá tiempo para contarte mi primera vida- dijo Destino y Único se inclinó ante su padre para después salir en busca de Aurum quien se mantenía hasta atrás del grupo.

El pesar de estar con ellos no había atacado a nadie más que a un viejo mago que lo atacó primero en una aldea hace dos días, aunque el anciano peleo ferozmente Aurum podía anular los hechizos del hombre fácilmente y al final Único le cortó la cabeza matando al anciano a pesar de que le había perdonado la vida al anciano.
Único se acercó al rey -mi padre te llama creo que tiene algo importante que decirte- dijo Único y Aurum sin decir ninguna palabra camino hasta donde estaba Destino, el rey cada que veía a Único le daba asco la crueldad del demonio y últimamente intentaba tener el menor contacto con él. Destino esperaba al rey en la entrada de la cabaña cuya puerta estaba hecha pedazos en el piso dejando libre el acceso -Aurum te llamé porque intentaré realizar sellados para ir mermando tu maldición y así quitarla de ti- dijo Destino -tu prometiste ayudarme después de conseguir lo que buscas en Swordland ¿porque quieres hacerlo ahora?- dijo Aurum dudoso de las palabras de Destino -bueno,necesito empezar a alterar tu maldición eso me dará información de como funciona y así cuando llegue el día, eliminar tal maleficio- dijo Destino seguro de sí -suena lógico- contesto Aurum -esta bien, entremos- dijo Destino y ambos entraron a la cabaña.
Aunque por fuera parecía algo pequeña por dentro daba una impresión muy distinta y se veía a simple vista que contaba con diversas habitaciones, hasta que entraron donde estaba el hoyo en la pared; en esa habitación aparte de los pedazos de madera regados entre los muebles se podían ver distintos artefactos hechos de cristal con distintas formas que Aurum desconocía algunos estaban incompletos y otros estaban quebrados casi por completo, había polvo por todas parte y cristales en el piso al parecer de una ventana ahora ausente. Destino golpeaba el piso de madera hasta que escuchó un lugar hueco donde después jalo una pequeña puerta, ahí se encontraban tres frascos con una especie de mermeladas de colores rojo, azul y negro, Destino los saco y miro a Aurum -acompañame- dijo Destino y el rey se sentía curioso ante lo que Destino le mostraría y decidió seguirlo hasta un sótano que estaba debajo de unas escaleras que llevaban al segundo piso de la cabaña, ambos descendieron y ahí solo habían paredes, solo eso y nada más -¿que hacemos aquí Destino?- pregunto Aurum -colocate en la parte de en medio de la habitación, voy a intentar sellar tu maldición, pero primero tendremos que hacer pruebas; como pudiste ver a tu amada, le quité por un momento la maldición por falta de poder pero ahora intentaremos sellarla para evitar que mates personal tocarlas, necesito que no intentes alterar o reclamar si algo no te gusta, recuerda rey, de mi depende tu felicidad- dijo Destino mientras habría los francos con esa cosa viscosa y las revolvía unas con otras combinando cierta cantidad de mezcla en los frascos.

Destino comenzó dibujando con sus dedos en el piso una especie de sellos con la mezcla, adentro de ellos Aurum se quedó parado mientras Destino hablaba en una lengua muerta que incluso Aurum en toda su vida que a dedicado a investigar antiguos escritos y libros de magia desconocía, con cada sello dibujado luces rodeaban al rey y cuando estas se apagaban Destino lo hacía tocar a aldeanos capturados, que le pedía a Único que llevara. Aunque Aurum dudaba de tocar a aquellas personas termino obedeciendo a Destino pues si quería quitarse la maldición no le quedaba otra más que seguir y obedecer al hechicero.
Aun así las dudas de si debía hacerlo invadían al rey -¿se puede saber porque haces esto?- pregunto el rey -te diré algo, así como tú, yo también soy un investigador y tengo que experimentar para saber como funciona tu maldición, si los sellos funcionan podrías tocar a las personas sin convertirlas y eso significa que bloquee exitosamente la maldición y serías libre- contesto Destino mientras dibujaba ahora un nuevo sello -¿pero porque no probamos con esas criaturas que creaste?- pregunto Aurum -bueno, ellos tiene un hechizo que impediría el paso de nueva magia, si quieres vivir con tu amada, debes sacrificar algunas cosas, todo tiene un precio y si no lo paga alguien, bueno... el mismo tiempo te vendrá a cobrar- contesto Destino -pero son inocentes y ya he matado bastantes al no hacer nada por detenerte a ti y a tu hijo- dijo el rey -si lo se, me he dado cuenta que no te gusta mucho lo que hacemos pero como te dije si quiero recuperar lo que me arrebataron tengo que cobrarme de alguien, estabas conciente que algo así pasaría cuando aceptaste ¿o no es así?- dijo Destino -si... pero no creí que harías tales crímenes contra inocentes ajenos a Swordland- dijo Aurum -¿y que tienen de diferente? todas las vidas que se pierdan son ajenas a tu lucha o a la mía y aún así van a pagar, yo alguna vez pague por ambiciones de alguien más, solo estamos aquí para servir y créeme que aunque el final sea trágico siempre servimos a un cometido- dijo Destino y el rey quedó mudo. 
Aurum reflexionando por un momento y se dio cuenta que Destino tenía razón, desde que era rey las personas le servían quisieran o no y las personas que mató servían para alguien más, incluso el ahora servía para Destino y después Destino le serviría a él, todo era un ciclo de dar y recibir, un pago y una deuda que todos teníamos de alguna manera -hijo trae al siguiente- dijo Destino y Único entro jalando de los cabellos a una mujer -por favor no me maten, por favor- grito la mujer con desesperación, tendida en el piso con las manos encadenadas y con lágrimas en los ojos.
Todas las personas que entraban a aquella habitación ya no volvían a salir y todos los prisioneros lo sabían, entrar en la cabaña significaba muerte, los gritos después de que cada prisionero entrara eran de sufrimiento y desesperación; adentro donde estaba Aurum, Destino y Único se podían ver cuerpos apilados, algunos deformes pero convertidos en oro y con un rostro de dolor otros simplemente quemados por el calor que recibían de golpe al ser tocados por Aurum, otros se habían convertido en criaturas multadas con partes de oro que Único terminaba matando y los que no estaban ahí es porque estallaron debido a que después de tocarlos se hincharon hasta que su piel no pudo resistir el golpe magico haciéndolos que  expulsabaran entrañas y huesos por toda la habitación.




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