Nuevo Mundo

Comienzo de la aventura

Cadél, Cathan, Évander y Roland queriendo salir un poco de sus rutinas diarias, decidieron ir a la ciudad prohibida en busca de algo nuevo y exitante.

Estos jóvenes aprontaron sus mochilas y salieron rumbo a su destino, mientras tanto en el camino Cadél dice –deberíamos comprar suministros , no creo que los fantasmas tengan tiendas – ,( mientras sonreía).

Évander que era el más tímido del grupo solo hizo una mueca y continuó caminando,

Llegan por la tienda y compran lo que creen suficiente para 2 días, al salir Càthan les comenta que su padre hacia unos años le había contado una historia sobre esa ciudad, que muchos fueron pero pocos regresaban, sin saber que pasaba, porque los que volvían decían no haber ido nunca a ese lugar,como que perdían ese recuerdo, pero ellos continuaban con sus vidas normalmente.

Roland sonreía por su corta historia, le parecía algo realmente inventado, algo difícil de creer.

Y así continuaron su camino, ya oscureciendo Cadél les propone armar un campamento en la orilla del monte, así lo cruzarían durante el día, Évander con su voz tímida les dice – !me parece una gran idea¡–, y Róland sonriendo – para ti si es gran idea, si le tienes miedo hasta tu sombra jajaja¡.

Arman sus carpas y prenden una fogata al medio, mientras cuentan historias de sus pasados durante unas horas, hasta que el sueño los venció y quedaron todos dormidos al costado de la fogata.

Cadél fue el primero en despertarse así que recogió sus carpa y pertenencias, luego llama a sus amigos con un grito exagerado diciendo – un oso! Un oso!, Évander casi sin abrir los ojos corrió rumbo a un árbol intentando subir, mientras que los demás se reían a carcajadas de el; al darse cuenta que era una broma se enfureció, se acercó a Cadél y lo empuja diciéndole –¡ No encuentro gracia en tu broma, no lo vuelvas hacer!–, su amigo era mucho más grande , pero no quería complicar la situación así que le pide disculpa.

Empacan sus pertenencias y continúan su camino adentrándose al monte, notan que está un poco oscuro por los árboles que solo dejan pasar un poco de luz por sus hojas.

Llegando a mitad de camino deciden frenar un poco a descansar y beber agua , a lo que Càthan dice – alguno de ustedes trajo la botella de agua?–, Évander que era el encargado de esa botella le responde – no, quedó en el lugar que acampamos–; en eso Róland se ríe a carcajadas y dice en tono burlón – yo creo que con el susto del oso hasta olvidó su nombre jaja–, y así siguió riendo , a lo que Cadél no se aguanto y soltó la risa también.

Càthan sin sonreír les dice –muchas risas, pero y ahora que tomaremos? –, en ese instante se quedan en silencio, sabiendo que tiene razón, pero en ese silencio Cadél siente algo y les dice –escuchan eso?, Proviene de aquel lado y no muy lejos–, Roland también escucha y les dice que podría ser una cascada por el ruido.

Los 4 comienzan a caminar rumbo al ruido que se oía, tras unos minutos llegan al lugar y notan una gran cascada y al pie de ella un lago con agua cristalina, tan clara que se podía ver el fondo e incluso algunos peces.

Cadél les dice – amigos! No sería agradable antes de ir a la ciudad, disfrutar de este lugar y quedarnos esta noche a la orilla del lago?–, a los demás les pareció una buena idea, así que sin dudarlo tiraron sus mochilas y brincaron al agua donde pasaron rato jugando y disfrutando, al cabo de unas horas Évander les dice – chicos, a mi el agua me dió hambre–, se miraron entre sí y estubieron de acuerdo, así que salieron del agua para poder comer algo y ver que podrían hacer antes que oscurezca.

Al terminar de llenar sus estómagos, Roland se queda viendo fijo a la cascada sin apartar la vista, ni si quiera pestañaba.

Évander al verlo así,( cosa que nunca lo había visto de tal forma ), asustado y con la voz un poco quebrada le pregunta – que es lo que estás viendo Róland? –,

Róland aún sin poder hablar levanta su mano en dirección a la cascada, en eso todos voltean a ver y no notan nada extraño, pero lo que si les llamaba la atención era el aspecto de Róland.

Cuando el alfin logra hablar les dice –chicos,( mientras temblaban sus labios). Algo ví que se movía detrás de la cascada les juro que no es broma–.

En ese instante Évander comenzó a juntar sus pertenencias y les dice con voz asustada – yo me voy, esto no es para mí, creo que me hice en los pantalones–, pero esta vez nadie se burló.

Cadél intenta tranquilizar a Évander, diciéndole que solo serían troncos o mugre que la corriente arrastra hasta la cascada.

De pronto sin decir nada Róland empieza a dirigirse a la cascada, el resto al verlo lo siguen pero a una distancia de unos 10 pasos, Róland llega a la cascada y mete su cabeza por el agua y ve algo realmente asombroso e impactante y decide entrar, y los demás al verlo entrar ellos también se asoman y quedan igual de asombrado que Róland 

 



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En el texto hay: fantasia, aventura

Editado: 26.11.2023

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