Número 12

Capitulo 1

—Una entrada extra para ver a los Trenders.

—Mierda.

Mi abuelo siempre insiste que lo acompañe a ver uno de los partidos de béisbol que siempre hacen en el estadio mas nunca quiero acompañarle, ¿porqué? Por que ese juego nunca a llamado mi atención y no supera a mi equipo de fútbol, los Fringers. 
Pero como esta vez estoy castigada no tengo nada con que distraerme, mamá me quitó mi celular, mi computadora... En pocas palabras me quitó todo lo que termina con eléctrico. 
Lo único que queda es aceptar el boleto y ver como se hace mi funeral en solo la primera entrada del juego.

El me mira esperando otra respuesta que no fuera esa, su entrecejo estaba levemente fruncido por la palabrota que dije y en mi defensa se me salió sin querer; suelto un leve suspiro y tomo el boleto que está en su mano derecha, inmediatamente una gran sonrisa aparece en su rostro arrugado y delgado, donde una pequeña barba y bigote destaca sus canas con su color natural café.

—¡Mer!— hay no... Ya va a decirle a la abuela— ¡Lina aceptó ir!

Mi abuela sale con un delantal de color celeste y un plato con espuma que recientemente está lavando; una gran sonrisa aparece en su rostro con sus facciones arrugadas y su cabello corto hasta por sus hombros de color café castaño. Se apresura a hablar.

—¿De verdad?— voltea a mirarme sorprendida— que novedad, si irá contigo será mejor que se ponga la camisa de los Trenders.

No por favor. Abuelo no me hagas esto.

—Buena idea.

(...) 
—Mala idea.

—Vamos hija, te queda bien la camisa.— estaciona el auto para mirarme sonriendo.

Me da miedo, el esta vestido con una camisa de color negra con rojo y el nombre de los Trenders en medio de esta, tiene dos rayas del mismo color que la camisa en su cara—parece un jugador de fútbol americano—me limitó a suspirar, me veo horrible.

Me miro por el espejo del carro, y la camisa que mi abuelo mandó hacer para mi me queda a mi figura, un poco ajustada pero es soportable. El color hace que mi piel blanca resalte y los jeans hacen que igual mi figura se note un poco más; dos rayas del mismo color que la camisa están sobre mis dos pómulos esto hace que me de más vergüenza, debería de dar pena ajena. Mi cabello está recogido en una cebolla desordenada con mechones callendo por los lados de mi cabeza, intento que estos no se llenen de lápiz labial. Así es, esto que tengo en la cara es labial y mi abuelo también lo tiene, y los labiales no son de la abuela sino de el, ¡sorpresa!

—Me voy a arrepentir de esto— murmuro para mi misma, pero esto es en vano mi abuelo logra escucharme.

—Ya veremos.

Su última palabra antes de bajar del auto y seguirle de igual manera pero con un bufido. 
Comenzamos a caminar hacia la taquilla donde están recibiendo los boletos para entrar al gran estadio, una vez que mi abuelo las dio me hizo una seña para que le siguiera hacia las gradas donde podríamos sentarnos y tener buena vista. Lo último es mentira, lo que quiere es cuando salga una pelota y no la atrapen los jugadores, el la quiere atrapar por esa razón trajo su guante que fue firmado por uno de los mejores jugadores conocido como Hillary, recientemente retirado de los Jonker.

Nuevamente digo y no reitero, este juego no tiene nada de sentido, solo golpean la pelota con una bate y corren hacia la primera base. Así hasta lograr las tres bases y hacer carrera en la última base que queda—donde iniciaron—el juego solamente es así. 
El estadio es gigante, tiene unas grandes estructuras que hacen que a nosotros los que estamos en las gradas estemos al menos protegidos por la pelota que sale disparada hacia ningún rumbo, pero el abuelo eligió el asiento donde siempre caen la pelota y esta no tiene red que pueda protegernos.

El juego sigue sin iniciar, solo veo como una persona acomoda bien la tierra y pinta con lo que sea, que sea esa cosa para marcar por donde ir de un color blanco, cruzo mis piernas y mis brazos por sobre mi pecho y saco la gorra que tenia enganchada a mi pantalón ¿y adivinen que? Sip, la gorra es de los Trenders, genial ¿no?

—¿Tardarán mucho en empezar?— miro al abuelo que al hablarle dirige su mirada hacia mi y se encoge de hombros.

—No lo sé Lina, ya se me hace extraño que no inicien... — se queda corto cuando la típica música del juego suena.

Diablos, ¿de verdad tiene que ser esa música?

—Damas y caballeros, sean bienvenidos al juego de los Warfold contra nuestra visita, los—alarga la penúltima letra, queriendo darle emoción al momento— ¡Trenders!

La gente comienza a gritar y a pisotear fuertemente en las gradas para hacer más escándalo, miro a toda la multitud que está en el estadio y me sorprendo al ver cuanta gente es... ¿En serio los Trenders son los mejores?

—Oye pa— al llamarle el gira su cabeza hacia mi.— ¿Hace cuanto esta este equipo?

El comienza a pensar y tarda al menos unos segundos en responder mi pregunta.

—Uno o dos años eso creo— asiente levemente.

¡Tan poco tiempo y ya son grandes jugadores! Ni de broma voy a creer eso.

—¡Y con ustedes presentamos al primer bat a Dalton Mercury jardinero izquierdo!



#48481 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romance, beisbol

Editado: 21.08.2018

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