Número 12

Capitulo 4

Muchas personas dicen (o al menos en los libros): me despertó ese hermoso sol que se asoma por mi ventana, donde sus rayos dieron en mi cara y hace que me levante rápidamente con los mejores ánimos.
Pero soy Lina, y Lina Smith no es de levantarse con ánimos. El sol me despierta de una manera de la más molesta ¡Voy a quedar ciega! Pero hace que me levante; mi cuerpo de siente pesado, mis ojos siguen cerrados haciendo que me lleve una de mis manos a mi ojo derecho para restregarlo al menos para tratar de despertarme, suelto un gran bostezo (y a gran me refiero a que alguien puede caber por ahí) para después estirar mis brazos y por último rascar mi espalda y cabeza que por cierto parece un nido de pájaros. Nota mental comprar una crema para los nudos.
Tomo las toallas de baño para tomar una ducha.

Recuerdo lo que dijo Ness "Los nervios son los únicos enemigos en una persona" y eso va directamente para mi vaya lastima.

Salgo de la ducha para mirar mi habitación y ver mi uniforme de West School en la silla de mi escritorio; un uniforme azul oscuro de falda un dedo arriba de la rodilla, una blusa de manga larga con un moño en frente del cuello a botones, un chaleco del mismo color que la falda pero al lado derecho sobre el pecho había un logo, un escudo para ser más precisa; las calcetas blancas descansan sobre el escritorio al igual que mis zapatos negros cerrados de cintas (esa escuela si que nos quiere hacer sufrir con solo el uniforme). Al menos el próximo uniforme de CTS será más veraniego y menos caluroso.

Cada prenda me la coloco como si el tiempo fuera mi amigo, debería de apurarme no se que hora es y estoy segura que ya es algo tarde. 
>>¡Bravo Lina! Deberían de darte una medalla por siempre llegar tarde<<
¿Qué si me dan ganas de golpearme? Si, muchas.

Solo falta que me coloque los listones de color azul oscuro y blanco en la cola de caballo que recientemente estaba batallando en hacer y estaba lista, más bien estoy lista. Tomo mi celular para revisar la hora y me percato de que ya son las seis cuarenta y cinco de la mañana, no tendré tiempo para desayunar, pero está bien, saliendo de CTS puedo desayunar algo ya que no iré sola mi madre vendrá conmigo.

—¡Lina apurate! ¡Que West School cierra el portón en solo diez minutos!— grita mi madre desde la planta baja. Si... olvidaba ese detalle.

—¡Ya voy!

Bajo las escaleras, no sin antes tomar la mochila que se encuentra en la salida de mi habitación. Ya a bajo veo a mi madre vestida casual, con un maquillaje que hace resaltar su tez aperlada; al verme sonríe y asiente para tomar las llaves del auto y tomar su bolso, abro la puerta principal y salgo primero seguida de mi madre que cierra la puerta detrás de ella no sin antes colocar el seguro.

—Sube al auto Lina, ya está abierto.— señala con las llaves y los focos del auto se iluminan, asiento para dirigirme a este y subir.

Mamá antes de dejarme en el portón de West, me dio el horario en el que vendría por mi y tenía que tener listo mi celular, pero por mera coincidencia los celulares fueron recogidos en la entrada de la escuela, así que ya no tenía por donde comunicarme con ella, al menos sabía la hora en la que vendría por mi y no me preocupaba ya que algunas de las maestras se encargaría de hablarme y darme pase de salida.

Las clases han estado aburridas, ya estábamos por terminar el ciclo escolar y los maestros no faltaban pero si nos dejaban hacer lo que quisiéramos. Veía como amigos míos se retiraban por la misma manera en la que yo iba a irme o era por ver reglas y eso o por presentar el examen de admisión, no todas las preparatorias son en las mismas fechas y meses, algunas son diferentes y apenas las hacen.

—Jackson Duchman.

La voz de la maestra entrando por la puerta hace que mi mejor amigo levante la mirada del juego que recién habíamos empezado, olvidaba que el también va hacia CTS el mismo día que yo. Lo miro y el me sonríe mientras se prepara, guardando sus cosas sin llevarse su mochila, obviamente tenía que regresar.

—Suerte.— las únicas leves palabras que salieron de mi boca, el las medita y asiente para tocar mi hombro y así se retira.

Madison, Nicolás, Nathanel y Frédéric, jugaban cartas sin que la maestra de química los viera ya que está prohibido jugar aquí con eso y pues... que nos la devolvieran sería un problema. Aunque tanto Jack como yo estábamos jugando cartas en una esquina donde se supone que nadie nos nota, pero aunque tratara de distraerme no podía dejar de pensar lo que Ness anteriormente me había dicho, se que al menos es para tranquilizarme, pero lo mio no es estar rodeada de tanta gente siendo honesta no se si pueda soportar tanto.

—Lina Smith.

¿Porqué tan rápido? Quería ir pero a la vez no. La maestra me mira esperando en la puerta, miro mi mochila y me apresuro a guardar las cosas que tengo sobre el pupitre para que nadie las tome (que sea un disque colegio, aquí hay personas muy ladronas) así que... mejor prevenir que lamentar, por dios no soy un comercial de anticonceptivos.

—Lina...— la maestra vuelve a decir mi nombre y la corto. Lo siento, pero no me gusta que me hablen dos veces.

—Ya voy— me paro del asiento y gano miradas de mis compañeros, no es de mi contestarle a una maestra.



#48481 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romance, beisbol

Editado: 21.08.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.