Nunca digas jamás.

Capitulo 7º Distancia entre la niebla

Había salido un día lluvioso y gris, igual que tenía el corazón Dark, su madre había fallecido la noche anterior, Victoria no pudo soportar, y su enfermedad pudo más que ella, lucho hasta su último aliento.

Dark se encontraba triste y vacío, se había ido una de las personas más maravillosas, y más importantes de su vida, que había conocido nunca, que había creído siempre en él, y lo había apoyado incondicionalmente, cuando le dijo que quería casarse....

El funeral era a las once por la mañana, y Dark llevaba toda la noche sin poder dormir, se levantó a las siete de la mañana, y salió de la habitación sin hacer ruido, necesitaba tomar el aire, se estaba ahogando allí dentro, bajo las escaleras, abrió la puerta de la calle, y salió fuera, estaba lloviendo fuerte y los truenos alumbraban el jardín dejándolo muy iluminado, se quedó mirando al cielo ¡Porque, te la has llevado! Contéstame, no te entiendo, ella no se lo merecía...

Sus lágrimas corrían por su rostro, caminó un poco más hacia fuera, el agua le caía encima, calló de rodillas en el jardín mirando hacia el cielo alumbrado, esperando una respuesta, que no parecía llegar, con tanto dolor que sentía dentro de su pecho, no podía sentir el agua fría, caer en su cuerpo que ya estaba todo mojado.

Margarita al oír los fuertes truenos, y la fuerte cantidad de agua que estaba cayendo, se asomó por la ventana, y vio a Dark en el jardín de rodillas, mojándose, se puso la bata bajo las escaleras, y salió al jardín, y se acercó a Dark.

—Pero ¿qué haces aquí? Dark, ven aquí hijo, no puedes estar aquí, estas empapado te vas a costipar,y te puedes enfermar, te ayudaré a levantarte, ven conmigo.

—Porque Margarita, porque se la llevado, tengo un dolor tan grande en mi pecho, que no quiero vivir.

—Ven conmigo, aquí está lloviendo mucho.

Lo agarró del brazo con todas sus fuerzas, Dark es alto y fuerte, lo metió para dentro, lo sentó en el sillón, cogió unas toallas para secarlo, le cogió la cara con las dos manos.

—Te tienes que quitarte la ropa hijo, ¡por favor! En mi habitación tengo algo de ropa de mi difunto marido, te valdrá.

Fueron a la habitación y Margarita saco de un baúl, ropa de su marido, le ayudo a quitarse la chaqueta del pijama.

—Toma ponte este pantalón, estarás mejor con él.

Margarita salió fuera de la habitación, mientras él se ponía el pantalón, al cabo de un rato entró, Dark estaba sentado encima de la cama, mirando para la ventana, Margarita se sentó a su lado, y cogió su mano.

—Dios se la ha llevado con ella, a su lado, pero eso no quiere decir que no esté aquí contigo, tu madre siempre estará a tu lado, yo no la conocía mucho, pero sí sé que era una mujer fuerte y buena, por nada en este mundo le gustaría verte así, sufriendo por ella, ¡Mira! Ella está aquí dentro de tu corazón, y nada ni nadie, podrá sacarla nunca.

Margarita lo abrazó como si sería un niño, necesitaba que alguien le daría apoyo y calor emocional, y con el tiempo que lo conocía sabía que es un hombre fuerte, pero ahora se veía un hombre débil y frágil, con su corazón herido de dolor.

—Metete en mi cama, entrarás en calor, este helado hijo.

—¡Y tú, Margarita es tu cama, ¡Le dijo como un niño!

—Yo dormiré a tu lado, pero fuera, para darte calor, yo ya soy vieja hijo, y estoy hecha a dormir donde sea.

—Puedes entran dentro conmigo, como si fueras mi madre.

—Está bien hijo, entraré dentro.

Margarita entró dentro de la cama, Dark puso la cabeza al lado de su hombro, cerro los ojos y al cabo de un rato se quedó dormido, Margarita se quedó, sin dormir mirándolo velándole el sueño, pensando se le cayeron unas lágrimas por sus mejillas, sin moverse para que no se despertaría, sabía que había estado toda la noche sin dormir, y necesitaba descansar, dentro de unas horas tendría que ir al entierro de su madre, y tenía que estar fuerte, para apoyar a su padre.

Dos horas más tarde, Margarita se levantó, y despertó a Dark.

—¡Hijo despiértate! Es hora de levantarse, se va hacer tarde.

—Lo se Margarita, pensé que todo era un mal sueño, pero no...

Se levanto y fue a la habitación a ducharse.

—Se puede saber ¿dónde has estado? —dice Scarlett.

—No tengo ganas de discutir, hoy no es el día, vístete hay que ir al entierro de mi madre.

Lo que me faltaba ahora ir al entierro, con lo temprano que es pensó Scarlett.

Dark se puso un traje con la corbata negra, y un brazalete negro en el brazo, tenía los ojos con ojeras e hinchados de no dormir, y cogió unas gafas negras, no quería que su padre le viera los ojos así.

Scarlett se puso un vestido negro, y una pamela del mismo color.

En el funeral había mucha gente, Victoria había sido una mujer muy querida por todos, los padres de Scarlett también estaban allí

Dark se puso al lado de su padre, agarrándolo por el brazo, el cura al termino dijo unas bellas palabras sobre Victoria en el funeral.

Todo el mundo se fue, Scarlett se fue a casa con la excusa de los mareos y allí quedaron Dark y su padre mirando la tumba de Victoria.

—Nos ha dejados solos hijo, tu madre...

—No papa, mama está en nuestros corazones, y allí estará siempre nunca nos abandonará, lo siento así....

—Lo sé, la amo tanto ….

 




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