Capítulo 2

Iba caminando por los pasillos de la universidad decepcionada de mi mala suerte en la vida, es que ¿acaso era tan mala? Bueno si, pero no tanto. La verdad daba tristeza, sí que dramática soy, lo sé, pero qué puedo hacer. No hay nada peor que te vuelvan a mandar a hacer un trabajo solo por un estúpido error que no es mí culpa, pero sisé de quién. 
Alan.

Ese nombre rondaba mi cabeza y vaya que tenía ganas de golpear a alguien pero debía contenerme antes de acabar mal y sí podrían pesar que no es culpa de él, pero si lo es si no se hubiera pasado por mi camino ahora estaría feliz y con una buena y hermosas nota.

Pero me las iba a cobrar, lo sé soy muy mala bueno no tanto, las cosas pasan por algo. Hasta el momento tenía que solucionar el problema del mágico y extraño intercambió de trabajos como si eso pasará en la vida real.

Estúpido Alan, maldije mentalmente.

Querrás decir estúpido y guapo Alan, A mí no me mientes, dijo mi conciencia.

Genial, ahora tenía una patética pelea mental, por el momento ya sabía quién sí o sí me iba a tener que hacer mi trabajo sin reproches y no le iba a dar opción de refutar, estaba pensando muy bien qué hacer. En realidad nunca lo había visto a él por aquí o tal vez sea porque es muy tímido y nerd, bueno eso es lo que aparenta ser.

Nunca lo sabré o quizás sí.

Mientras me iba encaminando hacía la cafetería para el almuerzo, vaya que tenía hambre, siempre lo he dicho sin comida no trabajo ni estudio, muy exagerado, pero no como dicen por ahí barriga llena corazón contento y es que la comida era mi amor. Yo y mis imaginaciones.

Cuando llegue a mi lugar, estaba sola porque mi querido mejor amigo me había dejado en el salón de clases aguantando el reproche del profesor acerca de mí trabajo. Entré a la cafetería y busqué con la mirada a Ethan entre la tantas mesas del lugar y lo encontré sentado, también cabe decir que recibe algunas miradas de odio y envidia de parte de algunas chicas y les diré porque.

Primero pensaban que yo era novia o algo de capitán del equipo, el cuál es mí mejor amigo y como mi hermano, no sé qué tenían en su cabeza, eso parecería incesto ¿No?

Y lo segundo es que era catalogada como una perra o zorra por estar con algunos chicos según los rumores y pues que hacía yo, me valía todo, sólo no me interesaba lo que pensaran de mí porque no vivo de lo que la gente habla, así que no me importaba. 
Por favor, estamos en pleno siglo XXI cada quién sabe qué hacer con su vida sin tener que meterse en la de los demás.

Me dirigí a buscar mí almuerzo.

Mmmm ese olor a comida, se me hace agua la boca, era un estofado de carne con puré y ensalada.

Le sonreí a la señora para que me echara más, porque sí comía como si no hubiera mañana, así era yo, había que aprovechar.

Me lleve mi almuerzo y un jugo para después acercarme a la mesa donde estaba Ethan.

-Hola – dije de mal humor sentándome frente a Ethan.

-Hola, Frozen – dijo el, yo solo me permití rodar los ojos y quedarme pensando acerca del asunto del trabajo, no sé porque me preocupaba tanto.

-Te he dicho que no me digas así o te partiré la cara y sabes que hablo en serio – le contesté señalándolo acusatoriamente con la cuchara, el solo levanto las manos en modo de rendición.

- Sabes que me quieres y que soy tu mejor y querido amigo – dijo con arrogancia y una sonrisa en sus labios.

- Fíjate que ese amigo me dejo sola en el salón de clases con el amargado del profesor, que por cierto me dejo el doble de trabajo – hablé mientras me llevaba una cuchara de comida a la boca y me permitía disfrutar de esta delicia.

- No me juzgues tenía hambre y mi estómago me necesitaba más que tu – me dijo mientras seguía comiendo tranquilamente. Ethan tenía razón nosotros nos desvivíamos por la comida.

- A ver, ¿qué es lo que realmente te tiene de mal humor? – me pregunto cuando se dirigía a mí con cara fingida de seriedad y de que sea un asunto grave.

- sabes que el ogro del profesor me dejo el doble de trabajo solo por un error que no fue mío – dije indignada porque aún no me creía que fuera así de cruel, no era mí culpa que su vida no fuera un cuento de hadas.

- ¿Entonces de quién es la culpa? – preguntó el mientras se devoraba el plato. Vaya sí que tenía hambre. Yo no podía decir nada tenía estaba igual.

- Del chico ese que se me cruzó en mí camino y vaya que le va ir mal si no me ayudo con ese problema – contesté de mala gana al cabo que seguía comiendo de mal humor. Me preguntaba si eso era malo. No sé.

- Oye, tranquilízate, no es su culpa lo que pasó, solo fue un incidente – dijo el de buena manera. La verdad no me interesaba, solo necesitaba mi trabajo. 
Admite que tienes cierta curiosidad de conocerlo, dijo mi subconsciente.

Lo que me faltaba, tener un dilema mental. Ah, esas peleas mentales en las que hablas solo y parecieras que estuvieras loco, pero no a todos nos pasa.

-Porque no mejor hablas con él y le dices que te devuelva el trabajo. Ya ves, problema solucionado – me dijo como si hubiera encontrado las preguntas a todas mis respuestas, pero no.

- Oye, sabes me parece una gran idea. Wow, Ethan eres muy inteligente – dije de forma sarcástica, pero el solo lo tomo de una forma halagadora – pero ahí está el problema, que el profesor me mandó un trabajo diferente al de todos los demás.

Todo fuera más fácil si era el mismo, pero no me tuvo que mandar uno de un tema diferente.

Bien Sky, que suerte tienes.

-Oh, - dijo el entendiendo- bueno, cambiando de tema, ¿Vas a ir donde ya tu sabes dónde?, el sábado de la siguiente semana – me hablo como si yo supiera, pero después pude entender.

Ethan y yo íbamos a las carreras ilegales por así decirlo, pero siempre salíamos ilesos de cualquier problema, éramos como grandes compañeros de pista. Correr en moto me gustaba, más si me hacía sentir esa adrenalina y libertad con un poco de rebeldía. 
Aunque, todo conllevaba a algo, en este caso a alguien, la persona que me enseñó esto y muchas cosas, de solo pensarlo se me vienen muchas cosas a la mente.