Palacio Topkapi (1546)
Narra Bayezid
Terminé de escribir:
Necesito verla, sultana. No rechacé mi pedido, le prometo que será la última vez que la moleste. La estaré esperando, hoy por la tarde en el lago.
Enrollé la carta y la guardé. Estaba jugando con fuego, pero realmente necesitaba hablar con la sultana Nurbanu. La última vez que salimos a cabalgar, estuvimos a poco de besarnos. No pude dejar de pensar en ese momento. Se repetía la escena una y otra vez en mi mente. Ahora que me marcharía a Amasya, quería despedirme de ella. Luego ya no estaría en el palacio, anhelaría nuestros paseos y la anhelaría a ella.
Me acerqué a uno de los guardias.
-Necesito que hagas algo por mí-Le dije.
El joven asintió.
-¿Conoces a las criadas de la sultana Nurbanu? ¿Sabes quiénes son?
Asintió con la cabeza.
-Bien-Saqué la carta- Quiero que des esta carta a una de ellas, y que le digas que se le entregue a la sultana de inmediato.
El guardia tomó la carta.
-No le digas que soy yo quien la envía, debes ser muy discreto ¿Me has entendido?
-Sí, príncipe.
-Muy bien, ahora ve.
El guardia inclinó la cabeza e hizo una reverencia, luego se marchó. Lo vi alejarse con mi carta y pensé en lo que estaba haciendo, era grave. Estaba poniendo en peligro mi propia vida ¿Aceptaría Nurbanu encontrarse a solas conmigo una última vez…?
Narra Fatma
Me dirigía a los aposentos de la sultana Mihrimah, había mandado a llamarme con una de sus criadas. Estaba segura de que quería verme para planear algo en contra de Nurbanu. La sultana la odiaba casi tanto como yo, pero casi. Yo la odiaba más. Tenía mis razones para hacerlo. Si ella no estuviera, si Nurbanu nunca hubiese llegado al palacio, sería yo la sultana de este imperio. Sería yo, Fatma sultán, la futura Valide. Pero ella apareció y lo arruinó todo. El sultán la vio, y como si se tratara de un hechizo quedó prendido de ella, incapaz de mirar a otra mujer. Como si Nurbanu fuera la gran cosa. Ni siquiera tenía carácter, era tonta y no sabía defenderse. Aunque debo reconocer que ha logrado sobrevivir bastante, pero eso sólo se debe a la protección del sultán y de la Valide Sultán.
Al doblar en uno de los pasillos me encontré con Aurora, una de las criadas personales de Nurbanu. Nos miramos con recelo, pero cada una siguió su camino.
Seguí adelante unos pasos, pero por alguna razón me detuve y la seguí.
Aurora no lo notó. Vi a un guardia acercarse a ella. Me escondí detrás de una columna y observé atentamente tratando también de escuchar.
-¿Tú le sirves a la sultana Nurbanu?-Preguntó.
Ella asintió.
-Así es ¿Por qué lo preguntas?
El guardia sacó un rollo de papel y se lo dio.
-Entrégale esta carta a la sultana-Le dijo.
Aurora tomó la carta mirando al guardia con desconfianza.
-¿Qué es esto? ¿Quién se lo envía?
-No lo sé, sólo sé que es para la sultana.
El guardia se fue, yo rápidamente me marché de allí para que no notaran que había estado espiando.
Fui a los aposentos de la sultana Mihrimah. Esperé a que Serafín, la criada de la sultana me diera la orden y entré.
Ella estaba allí de brazos cruzados, sentada en su diván.
-Sultana-Dije haciendo una reverencia.
-Fatma ¿Dónde estabas? Te he llamado hace un buen rato.
-Lo siento sultana-Dije disculpándome.
Ella hizo una mueca.
-Te he llamado porque tengo algo importante que decirte.
La miré con el ceño fruncido.
-Como perteneces al harem del príncipe Bayezid, tu estadía aquí es temporal- Abrí mis ojos con sorpresa- El príncipe partirá a Amasya, y se llevará a su harem. Así que tú te irás con él. Es una buena noticia para ti, pero no para mí. No tendré ninguna aliada en contra de Nurbanu.
Me sentía con deseos de saltar de felicidad, me iría con el príncipe. En el palacio de Amasya las cosas serían muy distintas para mí. Allí podría llevar a cabo mi plan. Me convertiría en la madre del primer hijo del príncipe, costara lo que costara.
-Sé que podrá acabar con el sultanato de Nurbanu, además ella no tiene la fortaleza para luchar contra usted. Siempre será débil a su lado, sultana.
La sultana Mihrimah se puso de pie.
-No debemos subestimarla Fatma, Nurbanu esconde a una serpiente venenosa dentro de sí, sé que tarde o temprano mostrará su verdadera piel. Esa muchacha sólo está fingiendo ser una blanca palomita. Ella sabe que el sultán le da todo lo que quiere.
-Pero eso se acabará pronto sultana. Ahora el sultán tiene una nueva favorita y la chica parece gustarle mucho.
-Es cierto. Has tenido una gran idea Fatma. Enviarle a la señorita Hazal a sus aposentos ha resultado tal como queríamos-La sultana me sonrío con complicidad- Ahora sólo queda esperar que la muchacha se embarace.
También sonreí.
-¿Te has estado encargando de eso?
-Claro sultana. Le he estado dando a escondidas un brebaje especial para aumentar la fertilidad-Le respondí con orgullo.
-Bien-Suspiró- Allah mediante la señorita Hazal logrará que el sultán olvide de una vez su amor por Nurbanu.
Ojalá eso sucediera. Quería ver a Nurbanu sufrir, quería que perdiera todo lo que me había arrebatado. Todo lo que yo debía haber sido, ella lo era ahora. Pero eso algún día cambiaría. Decidí decirle a la sultana lo que había visto. Nos podía servir en su contra porque ¿Quién enviaría una carta para Nurbanu de manera tan secreta?
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Editado: 16.01.2024