SPOILER

La mayoría muere a los 16 pero, son enterrados a los 75. Ella extraña como solía ser.

 Se puede tolerar un mundo de demonios por conocer un ángel. Todos tenemos un secreto escondido bajo llave en el sótano de nuestra alma, que mal que para SeokJin no. Sus verdades han entrado a lo profundo de las almas ajenas que con su sangre fueron sacrificadas para saciarse de sus cuerpos y así, vivir más. Que bien se siente ser una persona libre, buscando cuerpos para alimentarse, lleno de lujuria y con una mirada de ángel... Punto a su favor. ¿Quién culparía al famoso hijo central de los Kim? Tan rico y poderoso, tan famoso y atractivo. Quien lo haría, sería un completo héroe recordado como el villano humillado.   

 El infierno deja de ser un lugar para convertirse en personas. SeokJin se llevó todo el terreno al nacer, sus padres lo habían vendido a Lucifer para tener el control de toda Corea. Jin ya lo sabe, sus padres y hermanos igual.

 A SeokJin no le importaba tener que vivir así, siempre luciendo joven y fingiendo simpatía con los demás. Era tan divertido y placentero ver como todos creían que Kim SeokJin no sería capaz de ninguna desgracia. Él tiene su propia ucronía, él era dueño de su inframundo, él era dueño de todo al ser el príncipe de las tinieblas; sin embargo, no todo le fue fácil. Aprendió que por más buenos que seamos, la vida nos pondrá pruebas, le tocó ser réprobo a sus cinco años. Sus padres lo llevaban al parque para demostrarle a Lucifer que él era digno de gobernar las tinieblas, que la sangre Kim era de ganadores y que era digno. Éste lo notó e inmediatamente a sus nueve años se convirtió en el príncipe, con su corona de oro bañada en sangre de almas puras y con su collar de la última victima, que demostró la lealtad de los Kim al antiguo Ñuzco.