VII

San Pablo el Apóstol expresó: "Somos transformados por la renovación de nuestras mentes".

 ¿Nunca han leído el "pequeño" debate que crearon entre dos filósofos? En donde Jean-Jacques Rousseau pensaba que “el hombre es bueno por naturaleza” y que es la sociedad la que lo corrompe; en cambio, Nicolás Maquiavelo decía “El hombre es malo por naturaleza”. ¿Qué somos realmente? ¿Malos? ¿Buenos? Lo cierto es que somos ambos, solo que... Al nacer no estamos definidos en ningún aspecto.

 Cuando eres bueno, contento, optimista y feliz, todo tu entorno se manifiesta así. Pero, cuando somos malos, egoístas, malhumorados, no deberíamos extrañarnos de que todo también sea así. Crees en lo que quieres creer, ves lo que quieres ver y actúas como no quieren que actúen contigo. En serio que el ser humano es un animal incomprensible, no solo por tropezar con la misma piedra dos veces.

 Pero, bueno. Cada quien vive su propia realidad.

 Pasaron exactamente 47 minutos desde que le dieron de alta a Grace por la mañana, nada más porque la enfermera estaba cansada de verle la cara. La chica se dirigió con mi miedo a la cabaña donde le corresponde estar ¿Estarán las chicas? ¿Estará la Somi cruel o la supuesta heroína? ¿Ninguna de las dos, quizá? 

— Estoy sola —dijo al abrir la puerta. Jamás había estado tan feliz de estar así— ¡Estoy sola! —expresó alegre. Brincó a su cama y se revolcó como un perro en la tierra. Se levantó y se dirigió al baño gigante del lugar para tomar un delicioso baño de burbujas, en el cual, tardó casi una hora en salir. Buscó su mejor ropa para el frío y volvió a la cama para leer y escuchar música pero, al ver el televisor plasma cambió de opinión— Una película no me haría daño —lo encendió, buscó varios canales y encontró algo interesante—... ¿Demonios y vampiros? —giró sus ojos. Grace ya estaba harta de esos temas tan clichés. ¿Lo interesante? Que es cliché. 

— En tu vida debes llegar a un nivel de autoconocimiento y autodeterminación que te lleven a ser a tu propio Dios, si no lo haces, siempre serás tu enemigo y esclavo de todo lo que niegues de ti —aseguró uno de los demonios.

 De cierta forma, recordó a su padre "Todos somos Dios" por ser instrumentos de él. Dios creó su mundo y nosotros creamos el nuestro. Al parecer el demonio no se equivoca, debemos de tener opinión propia de nosotros mismos para no dejarnos llevar de los demás. Personas malas hay muchas, debemos ser originales. ¡Únicos!  

 El celular de Grace vibró, al notarlo brincó como si se tratara de un clavado. Su madre. La chica pensaba que era Kim Namjoon. Como antes "disgustos que dan gusto", extrañaba a su madre.

"Nos haces mucha falta.

 ¿Has hecho amigos?"

 Grace no sabía que responder a eso ¿Debía de decir que sí o que no? ¿Un "Casi"? Que difícil. Desbloqueó su móvil y empezó a teclear para decirle que no. Y en cierta parte, era verdad. Aún ella y Nam no se conocían del todo, solo lo básico de una persona: Nombres, apellidos, números de teléfono, gustos (musicales, de comida, ...), nacionalidad. Ese tipo de cosas. Su madre le contestó rápidamente con un stiker de carita triste y luego otra que decía "Ánimo"... Sí, Grace ya estaba comenzando a animarse respecto a las personas pero, nada más por Nam. Porque con la actitud de sus compañeras de cabaña, no. 

 Por cierto, ellas aún no llegaban. Ya eran las cuatro de la tarde y nada de nada sobre las chicas. Tampoco eran la excepción en la mente de Grace, Hwasa también. ¿Quién era esa chica? ¿Por qué desparecía tanto? ¿Qué tenía que ver Namjoon con la reputación de SeokJin? ¿Había algo que ella debía saber? ¿Qué era eso? ¿Por qué? ¿Cuál es el misterio? Simplemente, no sabía. Ella desaparece cuando alguien más aparece, como si de magia se tratase. 

 Cambió el canal al sentirse incomoda. Grace tendía a creer que alguien más estaba con ella y la observaba después de ver cosas con temas perturbadores. Los demonios y vampiros por más que aburran, siempre dejarán aquella intriga de consciencia. 

 No había comido nada y tampoco tenía intensiones, solamente quería dormir para ver al chico a la hora pautada. Si le llega a preguntar otra vez por algo de comer, ésta diría que sí. Su segunda comida juntos, que tierno.

 Veamos que sucede.