Tocamos la puerta.
Esta se abrió levemente y se nos dejó ver un ojo en la oscuridad.
—¿Quiénes son?—
Dijo una voz al otro lado de la puerta, por su tono, deduje que era una señora algo mayor de edad.
—Sólo somos dos chicas...em....buscando a David Ferrer..— Dije algo intimidada.
—Ay, abra la maldita puerta anciana— Dijo Cony.
La miré de reojo algo impactada.
La puerta se abrió, y por fin pudimos ver quién era.
Una pequeña viejita, con sus cabellos plateados y piel arrugada, lo normal. No era lenta ni inmóvil, era bastante sana para su edad. (Qué supongo yo que sería entre los 80-90 años, no lo sé)
También supuse que era la esposa de David Ferrer.
—Pasen.— Dijo la señora Ferrer.
Nosotras entramos lentamente, observando cada detalle de la casa.
Era de madera, y desprendía un olor extraño. Todo era bastante rústico, y lleno de cuadros antiguos de otras personas. La tecnología no era muy amada en esta vivienda, ya que lo más moderno, era una televisión cuadrada y grande.
La señora nos ofreció una taza de té, yo amablemente acepté, pero Cony pidió simplemente una bebida.
También nos pidió que nos sentaramos a esperar a David.
—Supongo que su esposo debe estar ocupado escribiendo, ¿no?— Dije yo, para dar un poco de conversación en lo que esperábamos al escritor.
—¿Esposo? ¡Mi esposo murió hace 2 años! El que escribe, David, es mi hijo.—
Esa sí que no me la esperaba.
Cony por su parte, quedó terriblemente en shook.
—David no ha salido de esta casa, es un flojo que solo escribe, escribe, escribe, y no trabaja ni consigue esposa, nada. Aaaay, qué haré yo con este niño.—
Cony se aguantó la risa, y sinceramente, yo también.
Todo esto era de muy antaño.
Luego de todo esto, escuchamos unos pasos por el pasillo, y ahí apareció, el famoso David Ferrer.
Era un señor entre 40-50 años diría yo. Soy mala para deducir edades. Pero aún así, ya era todo un adulto, e incluso tenía sus canas por ahí, pero un "anciano" como tal, no era.
Tenía barba y unos ojos más cafés que el café mismo.
Y era tan blanco, con su cabello negro, diría que es hasta guapo para su edad. Ya entiendo por qué su mamá reclama tanto de que no tenga esposa.
Su mamá le explicó que nosotras queríamos verle, él estaba confundido (y normal que lo esté) pero aún así, amablemente se sentó cerca de nosotras para poder escucharnos.
En ese momento, yo y Cony le explicamos todo lo que sabíamos hasta el momento, y mientras más hablabamos sobre esto, al parecer más le interesaba a David.
—¿Y no se sabe quién fundó Neullén? ¿No será alguien de mi familia? Porque es la única explicación que se me da a la mente de porque hay tantos planos y libros antiguos sobre esta ciudad debajo de la casa de mi bisabuela.—
Él se rió, él sabía la respuesta.
—Hice una investigación cuando era joven sobre la historia de este pueblo, y encontré muchas cosas, especialmente sobre la familia Moore y la O'Sullivan.—
Cony y yo sabíamos lo que eso significaba, entonces sí había una relación, eso podría explicar porque en el libro de todos los habitantes que estaba en el sótano de la casa, toda la familia Moore estaba subrayada.
—Pero no toda, el libro que escribí sobre la historia de Neullén, está incompleta. Cuando era joven, investigué todo lo que decían los habitantes, libros, museos, en todas partes para crear un libro sobre la historia de Neullén, incluso le pregunté a la familia Moore, pero ellos me cerraron la puerta en la cara, y también a tus bisabuelos, pero me contestaban muy poco o se negaban a contestar, en ese tiempo pensé que simplemente era gente amargada, o maleducada. Pero el tiempo me aclaró tal dilema. Unos años más tarde, cuando desapareció tu bisabuelo, fui a visitar a tu bisabuela, para poder ver como estaba, y ella, en lágrimas, me entregó un libro extraño, me dijo que era para que supiera la verdad, pero que nunca lo hiciera público, para no manchar el apellido O'Sullivan, o el apellido Moore. Se lo prometí y aquí lo tengo, si quieres te lo muestro enseguida.—