Obertura

Capítulo 11

Complicado 
 

 

Mason la sostenía es sus brazos, mientras ella sentía toda su piel arden en un cosquilleo por donde él tenia sus manos, la sangre en sus venas corría tan rápido que sentía el corazón con un ritmo cardíaco fuera de lo común, sus palmas sudaban y ella misma era un temblor.

Quería correr lejos de Mason, o poder gritar que se detuviera pero no podía hacerlo, su garganta está seca y la sentía áspera al tragar.

No podía hacerlo, no ella no podía dejar que él la besara.

Pero porque sentía esa necesidad de hacerlo, porque sentía todo eso por él, por sus labios, ella lo desea, lo sabía, quería ese beso.

Se inclino así adelante, buscando el rose de los labios de él, sus alientos chocaron y un aroma familiar llego a ella, era un olor conocido, parpadeo un par de veces para enfocar sus ojos en el rostro de Mason mientras el rostro de él se desvanecía. Las manos que las sostenían se iban escurriendo de su piel como agua.

―Mason. ―Gritó mientras sentía que todo a su alrededor desaparecía.

Abrió los ojos agitada y descubrió que estaba en su cuarto, había sido un sueño, se incorporo en sus codos y miro a su madre sentada a los pies de su cama, de espaldas a ella.

―Mamá. ―dijo aun agitada por el sueño.

―¡Oh Azul me has asustado!― dijo y se puso de pie. ―la verdad no quería despertarte, yo solo quería unos zapatos que fueran con este atuendo y tome unos tuyos, espero no te moleste.

Azul negó con la cabeza y miro la hora. ―¿Ya te vas a trabajar? ¿No quieres que desayunemos juntas? es temprano podemos...

―No, la verdad es que tengo una junta temprano y debo irme. ―Dijo y tomo la bolsa sobre la cama.

Azul se puso de pie, quiso ir y darle un abrazo a su madre y desearle un lindo día.

Pero su madre se puso la cartera sobre el hombro y salió tan rápido que Azul solo suspiro y se sentó sobre la cama.

Aun no lograba entender como a pesar de tanto tiempo a un tenía la ilusión de que su madre la quisiera un poco, el poder tener un momento madre e hija, poder contarle a ella sus problemas, o sentarse en la sala y ver un programa de cocina con su madre, hablar del día de ambas en la cena, o desearle un lindo día cuando se iba. Pero lo sabia en el fondo de su ser, sabía que su madre no era la madre que deseaba.

Se quedo sentada pensando sobre su madre, sus ojos comenzaron a arder y sintió las lagrimas querer salir, pero no lloraría. Se puso de pie y fue al baño a darse una ducha y alistarse para la escuela.

Se baño, peino y vistió pero algo lleno su cabeza durante un instante, su sueño.

No sabía por qué había soñado con Mason, y menos por que quiso bésarlo, dejó el pensamiento de lado, pero nuevas preguntas llegaban y decidió ignorar todo y bajar a comer.

Dio gracias de que el "Novio" de su madre fuera un flojo y no se levantara hasta medio día, así podía evitar esa miradas incomodas que le daba, al menos en el desayuno.

Luego de comer, subió por sus cosas lista para irse a les escuela.

El camino a la escuela, le dejo pensando mucho en la tarde pasada cuando dejar a Summer con Mason.

En las calles hacia frió, como una mañana otoñal, se abrazo a sí misma y bajo la cabeza y camino ignorando al resto de las personas que pasaban.

Llego a la escuela, pocos alumnos estaban en los pasillos, lo cual la dejaba con tiempo para pensar, lo cual era malo, ya que lo que menos quería era seguir pensado. Ya que cada vez que lo hacia su mente llegaba a un punto de completa confusión con lo que había pasado con Damián y su sueño, ya no estaba muy segura de que su mente funcionara muy bien hoy.

Estaba sentada en el piso de uno de los pasillos, escuchando pasos y murmullos de los alumnos que llegan, varias chicas se detenían frente a ella para preguntarle por su nuevo corte, a lo que ella solo respondía sin mucho ánimo.

Luego de un momento que para Azul parecieron años, llego Summer, al instante noto que algo sucedía con su amiga, no era algo malo, lo sabía por esa medio sonrisa en los labios que tenia, además el nuevo corte le da un aire relajado.

Se puso de pie y camino para que a la mitad del pasillo se encontrara, le dio una sonrisa a que ella respondió.

―Hola, veo que estas feliz esta mañana. ¿Sucedió algo que deba saber?― rápidamente se culpo por ser tan curiosa, pero para ella eso pequeños momentos en que su amiga sonreía era especiales y se sentía agradecida siempre con quien tuviera que ver con esa felicidad.

―Bueno, se debe a que ayer fue un día muy peculiar.

―¿El día fue peculiar? o ¿alguien lo fue?

Summer comenzó a caminar para ponerse junto a Azul y hacer el camino a la clase.

―Sí te refieres a Mason, pues si es alguien peculiar... yo creo que él está muy interesado en mi.

―¡Oh! ―Azul quería decir algo más pero sintió una punzada de celos antes eso, quiso golpearse por sentir celos de su amiga.

―Sí, pero tú debes decirme que pasa contigo y Damián, no pienses que olvide el modo en que se saludaron ayer y esa forma rara de verse el uno al otro, luego se fueron como almas que lleva el diablo. ¿Dime que pasa?

Azul dudo y se paro en el marco de la puerta del salón, miro a otro lado, deseando que el profesor apareciera y comenzara la clase. Pero él no estaba en el pasillo, así que entro y se sentó junto a Summer y se inclino sobre su mesa para hablar bajo.

―No pasa nada, así que sea muy relevante con Damián, solo tuvimos una pelea y él no quiere disculparse conmigo sobre ello.

―¿Que clase de pelea?

―Una pelea, no es nada grave ya sabes peleas de novios.

―Azul, puedes decirme lo que quieras.

―Ok, no te lo  comente antes por qué no era nada serio, pero Damián aplico para una beca en el extranjero, pensaba que no iba a entrar, pero recibió su carta de aceptación y pues esta algo inseguro sobre eso de irse.

―¿Por qué lo estaría? Es una gran oportunidad, no cualquiera logra esas  cosas.




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