Obertura

LA ISLA SIN NOMBRE

 

«…Un hogar en la playa. Pero ¿cuál sería el lugar más propicio? En el Planeta Lu-Um de esa época, la tecnología de los memges estaba ligada principalmente al vapor y a los combustibles fósiles. Existía una red de globos aerostáticos, con precarias cámaras fotográficas análogas, que hacían capturas de la superficie a gran formato, cuatro veces por día, hasta llenar las 120 capturas posibles con una película de 340 milímetros».

«El caso es que en ese periodo se estaban experimentando gigantescas ansias por ampliar el conocimiento científico, tal vez como efecto rebote por haber sobrevivido a la primera edad oscura, de casi cinco siglos. Lo cierto es que en los últimos veinte años se había elaborado, por primera vez, un mapa completo del mundo, y en este se identificaban todos los continentes y todas las islas existentes. No había ni un solo lugar del planeta con tierra firme del que no se tuviera conocimiento, o al menos eso se creía. Cada cinco horas y media todos los metros cuadrados de los territorios continentales eran fotografiados, y se actualizaban en un sistema de información geográfica extremadamente detallado».

«Yehero estaba preocupado porque el constante control sobre los territorios de Lu-Um podría volverse un obstáculo para mantener privado el silvestre y modesto ambiente rebosante de biodiversidad que una vez le había prometido a Áitapih; pues, donde fuera que se instalaran, serían fácilmente descubiertos por la UCDC encargada de monitorear la superficie terrestre».

«No obstante, Yehero cayó en cuenta de que los océanos cubrían más del 70% del área total del planeta y que nunca eran fotografiados desde el aire. Entonces, la solución más obvia y sencilla fue la de construir su propia isla en un lugar distante del océano. Y para ello solamente necesitaba miles de trabajadores y tomar prestada la maquinaria de algunas empresas constructoras».

«Con el poder llega la corrupción, y con la corrupción llega la confusión. Muelsa E.P.L., una prestigiosa empresa de ciudad cuyo nombre deliberadamente omitiré, debía construir una importante vía en esta urbe costera, además de desarrollar en ella relevantes proyectos arquitectónicos. Usualmente, para la ejecución de obras públicas se usaba dinero del Estado, pero múltiples remuneraciones ilícitas se repartían entre los grupos empresariales que se apropiaban de las licitaciones. Así, Muelsa E.P.L. utilizaba artimañas para robar a la nación a través de métodos que únicamente eran posibles dentro del precario sistema capitalista que estaba vigente en Lu-Um, y que se mantuvo durante miles de años. La empresa presentaba periódicamente informes en los que demostraba en qué se invertía la totalidad del dinero; pero, en realidad, ellus compraban la mitad de los materiales detallados y a la mitad del precio facturado. Por otro lado, les pagaban menos a sus trabajadores, contrataban pocos obreros cotizados y reemplazaban los faltantes con nombres de memges falsos. También alquilaban nada más que la mitad de la maquinaria establecida en el contrato e inflaban los costos un 50% más del presupuesto. No hay que ser muy inteligente para entender que aproximadamente el 75% del dinero se desviaba del fin programado…».

«Sin embargo, en una ocasión no se utilizaría ese capital para llenar los bolsillos de los contratistas, sino que sería para construir el capricho de Yehero. Il sugestionó a quienes dirigían Muelsa E.P.L. para que contrataran el 100% de los trabajadores, alquilaran cuatro veces más maquinaria, compraran el total de los materiales y, además, destinaran el 50% restante del presupuesto a elementos necesarios para la construcción de su isla».

«¡Así comenzó la obra! Enormes máquinas excavaron territorios continentales en horas en que los globos aerostáticos no fotografiaban el terreno. Barcazas cargadas hicieron viajes que duraban dos días hasta llegar al punto de poca profundidad en el océano, donde descargaban los materiales necesarios para formar la base de la isla. Billones de toneladas fueron necesarias para que la tierra alcanzara el nivel del mar. Luego, sobre el nuevo territorio que surgía del océano, se construyeron montañas, canales para el cauce de los ríos y concavidades que serían inundadas con agua dulce para crear lagos y lagunas. Un ejército de memges hipnotizados hizo surcos en la tierra para sembrar semillas que darían origen al ecosistema que Yehero había diseñado, y también algunas especies vegetales adultas fueron trasplantadas. Insectos y pequeños animales se introdujeron en el nuevo hábitat. Como resultado, después de diez años, ¡la isla estaba viva!».

«Concluida su creación, Yehero hizo que Muelsa E.P.L. finalizara todas las obras que debía terminar en ese lapso e implantó a los trabajadores recuerdos falsos para que creyeran haber laborado en los proyectos de la empresa y no en la isla para Áitapih. A los encargados corruptos y a quienes esperaban beneficiarse de las ganancias extras, los dejó inmersos en una gran confusión, con la sospecha incomprobable de que alguien los había traicionado y se había quedado con todo el botín de aquel desfalco».




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