Obertura

LENGUAJE DEL SER Y DEL ESTAR

 

La oscuridad que pareciera acelerar mientras se acerca, activa el alumbrado público que saluda la nueva noche. Amuruma exprime los últimos instantes del efímero espectáculo del atardecer, cuyo final haz violeta se proyecta fugazmente como si escaneara la superficie del Zimi. Envuelto por una penumbra que se mueve vertiginosamente hacia el occidente, se lamenta de no poder seguir apreciando la belleza de las flores amarillas, pero encuentra consuelo en el perenne firmamento. Hechizado por el centelleo hipnótico de las estrellas, comienza un nuevo soliloquio.

—Tedioso pasado cercano, fracción de mi presente que existe por siempre. Así es el tiempo, Ono. ¡Cada instante cuenta! Prefiero estar inmerso en mis pensamientos, que participar en conversaciones innecesarias. Con ellas o con otros memges.

Amuruma no puede evitar la tentación de encender de nuevo la pantalla portable y navegar en su perfil virtual.

—¡Mira esto, Ono! ¡Una nueva publicación de Universo19 en el Ardid! Esta traducción la ha subido Lomda. ¡Qué extraño! Pensé que a ella no le interesaba, que más bien le aburría… Quizás no pudo evitar la curiosidad, porque cada vez son más los memges que dicen encontrar fragmentos y los hacen públicos para ganar unos quarks. En este momento, es difícil diferenciar las historias reales de las falsas. —Se queda pensativo, con una pícara sonrisa, y deja a un lado el dispositivo—. ¡Lomda! Ella es la chica que vino a buscarme con Ikeleki… Lomda… ¡Ella es tan hermosa! El diseño de su cuerpo refleja adecuadamente la belleza de su interior. Es tan agradable, transparente y sus expresiones tan bellas y acertadas. La manera en que se mueve… Me encanta verla caminar hacia mí y estudiar los confusos matices lilas y púrpuras de sus ojos almendrados mientras se acerca. Me gusta el calor y la seguridad de su mirada… Ono, no te imaginas lo que sentí cuando la tuve tan cerca. Respiré el dulce aroma de su aliento y la exquisita fragancia de su cuerpo, y por un instante también pude apreciar sus tonificados y flexibles senos. Todo en ella es perfecto, ¡su energía me transforma! Incluso cuando se aleja disfruto de observar por detrás el movimiento de sus caderas y el ritmo felino con el que mueve su afelpada cola. Me inmovilizo cuando admiro su perfil: un balance perfecto entre su prominente parte frontal superior y trasera inferior, unidos por la armoniosa sinuosidad de su cintura —declara Amuruma, y muy decidido agrega—: ¡Yo quiero ser un Taa-lu rango-1 para poder estar a su nivel! Sé que en este momento ella no se fijaría en mí, porque me ve como el hermanito menor de Otuxuto, pero cuando tenga un mejor cuerpo y habilidades cognitivas superiores, podré enamorarla. Ono, estoy seguro de eso. ¡Sería muy feliz! Quiero ser parte de su dinámico mundo y que mi existencia sea consecuente con su manera de vivir. ¡Esa es una de mis metas! Espero que me ayudes…—Hace un guiño desde la negrura de la situación a su incondicional acompañante, cuyos ojos reflectan el brillo de las luces del suburbio.

Ante el gesto indetectable de Ono, Amuruma continúa su monólogo. —Lo sé, Ono. No debí actuar de esa manera tan estúpida, pero con Ikeleki a su lado me es imposible ser yo mismo… el que te muestro a ti o el que sería si estuviese con Lomda a solas. Con mi hermana he tenido siempre una relación muy superficial y con facilidad terminamos peleando. Lo cierto es que ¡resulta incómodo abordar temas trascendentales con ella! Siento que yo desperdiciaría mis palabras y que su opinión no aportaría nada a mi pensamiento. ¡Sus respuestas son siempre tan banales! Pero no quiero excusarme: igualmente, fui un idiota. Consideraré ir a la fiesta de mi tío. ¿Por qué no? Después de todo, ya soy un Taa-lu rango-100 y debería celebrar… Sé que estoy en el rango más bajo de la escala, pero mi progreso ya ha empezado y no pienso detenerme.

—Ahh… ¡Sí! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! —Amuruma se acuesta bocarriba sobre la roca y con su brazo izquierdo acaricia la espalda de Ono, suave y lisa como la piel de un delfín—. ¡Cierto! ¡Cierto! Doy muchas vueltas y me desvío del tema; pero, realmente, prefiero leer después el segmento de Universo19 que encontré. Ono, ya he estado mucho tiempo fabricando fantasías y consumiendo las de otros… ¿sabes? Estoy disfrutando de esta conversación contigo. ¡Nos entendemos muy bien! Puedes creer que me estoy precipitando porque nos conocemos desde hace poco, pero ya eres mi mejor amigo. Tus respuestas llegan directamente a mi mente en un lenguaje no verbal y me transmites sensaciones, ideas, sentimientos; me hablas a través de pensamientos abstractos. Comprendo lo que eres. En ti me veo y entiendo mejor quién soy. Es el lenguaje del ser, del estar, del aquí, del ahora y de la empatía. Contigo entiendo que nosotrus somos más que estos cuerpos de materia bariónica que podemos ver, sentir, olfatear, escuchar, saborear... Lo que perciben nuestros sentidos, la energía banal, solo representa un 4% de nuestros cuerpos. Entonces, ¿qué es el resto? ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¿Energía sublime? ¡Pésimo nombre! Me suena que le dicen así porque no comprenden nada de ella. No sé, Ono. Esta conversación cada vez tiene menos sentido, estoy hablando solo y tú no comprendes nada de lo que digo. Permaneces en esa actitud contemplativa y me miras con tus enormes ojos: universos gemelos que no ven, no cuestionan. Solamente ¡son! Creo que ya estoy un poco chiflado. No sé. Trato de justificar la ausencia de sentido que hay en ti. Confirmo mis creencias sin tener argumentos válidos y te los atribuyo, como si de verdad me estuvieras respondiendo.




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