Ya han pasado dos días de la pérdida de mi bebé.
La verdad han sido los dos peores días de mi vida.
Y no, no fui a Colombia solo fue una excusa para Taylor. Aunque tener a Taylor lejos me duele.
A veces hay que alejarse de las personas un tiempo.
No importa el tiempo yo siempre amare a Taylor como nunca el cambió mi mundo de un día para otro. Pero sencillamente a un no puedo perdonar que por su maldito egoísmo nuestro bebé muriera.
Ahora vivo sola en un pequeño y acogedor apartamento.
Me levanto de la cama perezosa, me adentro al baño y hago todas mis necesidades.
Me envuelvo en una toalla, y me quedo viendo el espejo fijamente en mi cara tengo unas enormes ojeras, mi piel esta más pálida de lo normal.
Tomo lo primero que encuentro me coloco un vestido azul, busco mis zapatos y justo cuando iba agarrar mis tenis una imagen hace que mi corazón se enchiquite.
En la foto nos encontramos Yaylor y yo juntos, con los chicos, mil lagrimas aparecen en mis ojos.
Todos los recuerdos vuelven a mi,
No me percato y ya estoy llorando suelto un largo suspiro, tomo la foto y la guardo en un lugar seguro.
Me coloco unas sandalias bajas, me maquillo y peino mi cabello.
Hoy me iré a suscribir a la universidad después de todo lo sucedido tengo que volver a organizar mi vida normalmente.
Tomo todos mi papeles necesarios para la suscripción, tomo las llaves y me voy a la puerta antes de salir cierro bien con seguro.
Saco mi teléfono y marco el número de un taxi.
A la media hora después el taxi llega.
— A la Universidad de las Palmeras, por favor. —pido.
Mi sueño siempre ha sido estudiar fotografía y ahora que tengo la gran oportunidad voy a aprovechar al máximo.
No me doy cuenta y ya he llegado a mi destino, le pago al taxista y me bajo.
Se preguntarán ¿de dónde tienes dinero? Pues me lo dan mis padres ya que han ganado muchísimo dinero.
Taylor no ha dejado de mandarme dinero en mis tarjetas pero simplemente los dejo hay y no toco nada de ese dinero.
Camino por la universidad y noto como cientas de miradas se posan en mi.
_《Es la esposa de el gran empresario Taylor Bradley.》_
Ignoro sus susurros, camino por toda la universidad buscando la oficina y adivinen..., me perdí.
—eh ... hola estoy perdida ¿me puedes decir dónde esta la oficina?— el chico me ve y se pone pálido.
— Eee... eee, está en el pasillo cu...cuatro a la derecha.— dice temblando.
—¿gracias?— digo sorprendida.
— por favor no le digas a nadie que hablé contigo. — dice el chico para salir corriendo.
Raro..
Hago lo que me dijo y me dirijo a la oficina.
Me detengo enfrente de la chica pelirroja.
—Hola, me interesa ingresar a la universidad.—digo sonriendo para ocultar mis nervios.
— Estoy ocupada.— dice sin despegar sus ojos del computador.
— ¿Me podria explicar el manejo de esta universidad?— digo ya molesta.
— ¡Mira niña no oíste que estoy... ocupada! — a lo que la chica me ve parece que hubiera visto al mismísimo fantasma de George Washington.
— disculpe, señora de Bradley.— dice nerviosa.