Despierto con dolor en mi cabeza y todo mi cuerpo, abro mis ojos y de poco a poco para acostumbrarme a la luz y noto que estoy tirada en un camino el cual reconozco totalmente.
Por suerte tengo ropa puesta, aunque las ganas de vomitar vuelven a mi sabiendo que es hijo de puta me volvió a tocar.
El maldito hijo de puta me golpeó, me violo y luego me dejo tirada en una carretera desconocida como un perro.
Trato de levantarme pero el dolor en todo mi cuerpo no me lo permite.
Las lágrimas vuelven a mí pero ya estoy harta he sufrido mucho en mi vida no me permitiré volver a votar una lágrima más.
Reúno todas mi fuerzas por dentro y me levanto de golpe del suelo, miro a mi alrededor en busca de algo familiar, pero nada estoy tirada en la miseria.
Camino por la solitaria carretera rogando que algún auto pase cerca y me pueda ayudar.
Camino, camino por horas y nada.
Toda la debilidad vuelve a mi cuerpo y caigo al piso y todo se vuelve oscuro y tengo miedo de no despertar de ese sueño oscuro.
...
Querida vida,
Llamarte bonita es aceptar que eres caprichosa. Sometida a la tiranía de tus caprichos y sabiendo que pocas cosas siguen una lógica consciente y racional, entenderás que vivirte no resulta nada fácil.
Me haces con celos, con envidia, con cabezonería, me haces con un montón de sentimientos y yo tengo aprender a arreglármelas con ellos. Esto tampoco es fácil. Lo peor de todo, es que una vez que he descubierto el funcionamiento humano ya no puedo hacerme la inocente. Por ejemplo, ahora que sé que el humano es envidioso, tengo que entrar yo primero por la puerta y que la envidia se quede fuera.
Además me haces mortal, y si no lo acepto rápido, te maltrato y no aprecio el tiempo que me das lo suficiente como para aprovecharlo cada día. No aceptar la mortalidad conllevaría vivirte insatisfecha, llorando por lo que nunca tendré, triste casi sin saber por qué. Con todo esto, para verte bella me haces amar lo perecedero, me haces amar los cambios. Y una vez más, eso tampoco resulta fácil.
...
Despierto sintiéndome totalmente relajada, trato de abrir mis ojos pero mi cuerpo se siente tan débil que se ,me hace cada vez más pesado.
Abro mis ojos y miro todo a mi alrededor noto que estoy acostada en una cómoda y relajante cama, me encuentro en una habitación totalmente silenciosa y cálida.
Miro mi cuerpo y noto que tengo otra ropa puesta y mis heridas esta desinfectadas.
Mi cuerpo no duele tanto así que me levanto de la deliciosa cama y camino a la puerta, giro la perilla y noto que esta está totalmente abierta, me encuentro con un gran pasillo y unas escalera, bajó las escaleras despacio de no tropezar y lastimarse las heridas.
Cuando llegó a la sala me encuentro como si estuviera en un sueño totalmente ficticio.
-hola hija-habla esa voz tan dulce y adorada por mi parte