Obsesión

“Aquel verano del 92 el Mar del Caribe estaba lleno de turistas en la costa de Jamaica. El sol penetraba las cálidas aguas cristalinas y quemaba la piel de la gente dando un tostado perfecto. Valquiria era una mujer de unos treinta años y empezó a descompensarse dentro del agua. Estaba alejada de la playa. Empezó a caer hacia el fondo del mar. Hereno fue a su rescate y le dio respiración boca a boca. Lo último que recuerda la mujer es a aquel hombre dándole oxígeno que tenía una cola larga de pez en vez de piernas. Aquel día Valquiria terminó en una sala de emergencias. Las vacaciones estaban por terminar y aún seguía obsesionada con aquel tritón. Una noche se acercó al mar y se metió en él. La luna estaba redonda como un anillo y el agua tibia. Se metió hasta el lugar donde había visto al tritón pero no apareció. Regresó a su habitación de hotel y lo pintó con carboncillo. Lo dibujó como lo recordaba: con cabellos largos y negros hasta los hombros y una cola larga de pez. Pasaron tres años y Valquiria volvió a las costas de Jamaica. Una mañana cuando el sol recién estaba saliendo, formando un bello amanecer, la mujer se sumergió en el agua y en un descuido fue a una parte muy honda donde comenzó a hundirse. Ella no era una buena nadadora. Hereno hizo su aparición y fue en auxilio de la mujer.
-Hace tres años me salvaste de morir y no he dejado de pensar en ti. ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Herenio y soy el guardián de las aguas cálidas. Todos los días te salvo pero no logro hacerte entender que perdiste la vida aquel verano del 92. Luego olvidarás lo que te dije ahora y en tu obsesión por mi volverás a hundirte en el mar de tu espíritu una y otra vez.”
La obsesión es una manía que puede llegar a dañarnos de tal manera como le sucedió a Valquiria. Librémonos de todo pensamiento que pueda arrastrarnos a un triste final. Seamos libres en la mente y en el espíritu.