Obsesionado con Ruzzo

23-Una desicion

-Juro que intentaré perdonarte si me dejas ir, por favor.

Sigue intentando ella con la esperanza de que él entre en razón. 

- En verdad lo siento, pero no puedo dejarte ir, aunque quieras no puedo. 

- ¿Qué? ¿por qué? ¿Qué es lo que quieres de mí? 

-Un trato, un simple trato es lo que quiero contigo. De ti depende el quedarte o irte de aquí. 

- Un trato... Dise más para ella misma.

-Si muñeca, un trato tan sencillo como se escucha.

-Te escucho... Contesta con voz dura. 

- Es sencillo, te quedaras conmigo por 5 meses, por voluntad propia. Si aceptas tendrás ciertas libertades, y al cumplir los 5 meses te iría, si así los deseas, y no volverás a saber nunca más de mí. 

-¿Y si no quiero aceptarlo?.

- De igual manera te quedaras por 5 meses con las diferencias que saldrá cuando yo diga y cuando yo quiera, en otras palabras hará lo que yo diga y cuando yo lo diga. 

- ¿Que está loco y en que me conviene a mí cualquiera de los dos? 

- Eso depende de como lo veas, si aceptas no estará cautiva, lo que  te dará libertades, la otra pues harás....

- Haré lo que tú digas.... Completa por mí en susurro. 

- Está en tus manos la decisión.  Te dejaré para que comas y los pienses peque. 

Stephanie quedo sola en la habitación con la mirada perdida, preguntándose ¿cuál sería la mejor opción? se preguntaba, pero mientras más lo pensaba más confundida se encontraba ?que haré que debo elegir?¿porque me pasa esto a mí? ¿porque siento la extraña sensación de querer estar con él y descubrí que secretos guarda? ¿porque dice que soy importante para él? ¿que es lo que realmente quiere conseguir de mí?, ¿quién me asegura que no me lastimara nuevamente?, esas eran algunas de las 
pregunta que atormentaban y preocupaban a Ester 

no se había dado cuenta de cuanto había transcurrido el tiempo, pero si del hambre que comenzaba  a reclamar toda su atención, ala bandeja con comida que esperaba por ella. 

Se acercó despacio al  almuerzo que para esperaba por ella tan exquisitamente, así que sin nada más que perder se concentro en comer olvidándose por 1 minutos de la situación en la que se encontraba y saciando el hambre que no sabía que era de tal magnitud.

Después te satisfacer su hambre y pensar más calmadamente, llego a la única conclusión que creyó conveniente y más aceptable en la posición que se encontra. 

Se prometió dejar los nervios y miedo de lado y comenzar a pensar con la mente fría. Con la promesa que le va a enseñar al estúpido de Erick que no es el único que podía jugar. 

Y no va ha permitir que volviera a ponerle un solo dedo encima. 

Ya con todas sus ideas aclaradas y con su siguiente paso en mente, comenzó a dar vueltas de un lado a otro en el cuarto como cordero acorralado.

Ya con su decisión clara y el desespero ganándole la partida se encaminó a la puerta para ir a buscarlo, y dejar en claro que ella también tenía sus condiciones, porque estaba muy equivocado si creía que ella sería su marioneta respiro hondo y agarró él picaporte decidida a abrirla la puerta

Al momento de abrirla dio un salto producto del susto ya que no esperaba encontrarse con una señora tras de ella. 

- Lo siento, señorita no quería asustarla, solo vengo a retirar la charola, y preguntar si necesita algo. 

- No te preocupes solo no esperaba verte ahí, adelante. 

La veo recoger todo y encaminarse de nuevo hacia la salida, pero antes de que pueda la detengo para preguntarle por el paradero de Erick.

- Disculpé señora?.

- Sofía, dime Sofía

- Disculpa Sofía sabe dónde se encuentra Erick.

- Mi niño se encuentre en su despacho, si gusta le puedo decir que lo busca. 

¿Su niño? Será estupido u idiota.

- Gracias, pero de preferencia me gustaría que me indicará dónde se encuentre él despacho. 

- Claro, no hay ninguno problema, acompaña me.

 


Después de 5 a 6 minutos, Sofía paro delante de una puerta en la segunda planta bastante imponente color caoba. 
También medijo que era la nana de Erick y que le encantaría que un día la llamará así.

Le doy las gracias y me quedo parada frente ala puerta dudando si tocar o abrir directamente al final me decido por tocar. 

Pero antes de poder tocar la puerta se abre de repente y aparece en mi campo de visión el rey de Roma 

-Tomaste una decisión pequeña? 


- Si...responde ella con rostro neutro.

 




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