Ambos jóvenes se encontraban en el apartamento de Cameron almorzando, habían ordenado algo tan común pero delicioso como lo era la pizza. Estaban en el sofá viendo un programa de televisión de comedia, por lo que cada tanto se escuchaban sonoras carcajadas sonoras carcajadas, por parte de ambos, en todo el lugar.
—La otra noche te dije casi todo de mí, y tú casi nada de ti. Así que quiero que me cuentes —dijo Cameron, mientras ponía en silencio el televisor.
—Tienes razón, es solo que no me gusta hablar sobre mi vida. Pero, ¿qué quieres saber? —respondió Margot dando un trago al vaso lleno de soda que estaba sobre una mesita de madera.
—¿Tienes hermanos?, ¿tienes pareja?, ¿qué estudias?, ¿cuáles son tus pasatiempos? —fue enumerando con sus dedos las preguntas.
Margot las respondió en orden: habló maravillas de Maia y Dylan, pero solo nombró a Luke; respondió que no tenía pareja, pero que si quería tener una relación estable con alguien; le contó que está en su segundo año en la carrera de derecho; y por último le dijo que su pasión es la pintura y él dibujo. Pero al instante se arrepintió, no le gustaba para nada hablar sobre su talento artístico, porque Margot creía que no era lo suficientemente buena pintando, a pesar de que sus dibujos decían lo contrario.
Una vez que terminaron de comer, Cameron levantó todo de la mesita y lo llevó a la cocina. Mientras que Margot se quedó allí. Se levantó del sofá y comenzó a observar todas las fotografías que había en él mueble, debajo del televisor. En todas aparecía Cameron, obviamente, con distintos miembros de su familia, sus padres, una chica muy parecida a él que seguramente era su hermana con un pequeño niño que es su hijo, con tres hombres; pero una en específico llamó la atención de Margot.
La foto estaba dentro de un marco dorado con tres líneas pequeñas, blancas, en los costados. Y en la foto había dos personas, un hombre y una mujer, la foto fue tomada por atrás y se veía claramente que esas personas estaban en una playa. El hombre era Cameron, obviamente; y la mujer, no lo sabía, tenía el cabello negro por los hombros y se notaba que era delgada, eso era lo único que la foto revelaba de la muchacha.
De pronto sintió una extraña sensación. Margot sentía que había estado en ese lugar, no recordaba hace cuánto tiempo, pero sí creía que había estado allí.
Se dio media vuelta y vio a Cameron observándola de una manera extrañamente tierna.
—¿Dónde es ese lugar? —Preguntó enseñándole la foto— Siento que estuve allí.
Cameron se acercó y se detuvo detrás de ella colocando una mano sobre el portarretrato.
—¿Recuerdas eso? —murmuró. Margot lo miró extrañada, ¿recordar que cosa?—. Es en República Dominicana, durante el verano, hace tres años y medio —sonrió tomando la foto.
Margot se quedó anonada por lo que había murmurado antes. ¿Por qué debería recordar un lugar donde definitivamente nunca estuvo en su vida? «Quizás solo pensó en voz alta» dijo en su cabeza.
—¿Quién es ella? —Observó a Cameron, se notaba en su mirada tristeza y decepción—. Solo si quieres responder.
—Ella era mi novia —respondió sin inmutarse.
Margot dejó la foto en su lugar y se dio media vuelta, quedando frente a frente y muy cerca de Cameron.
—¿Por qué tienes esa cicatriz? —pasó su pulgar sobre la cicatriz en la frente de Margot.
—Tuve un accidente automovilístico hace tres años. Perdí gran parte de mi memoria, no recuerdo muchas cosas y tampoco a muchas personas, y odio eso —sentía el típico nudo en su garganta que le indicaba que sentía deseos de llorar.
El pensar en lo que le sucedió la entristecía demasiado. Pensar en todas las personas, momentos y lugares que olvidó le dolía demasiado. Personas que quizás amaba, momentos que fueron felices y lugares que cambiaron algo en ella. Todo se había esfumado.
Quizás no del todo, algunos recuerdos divagaban en su memoria. Durante distintos momentos del día y durante unos breves instantes, tenía breves recuerdos, de lugares, de personas, incluso de nombres que se le venían a la mente de repente y sin explicación.
El celular de Cameron comenzó a sonar sobre la mesa en la que antes estaba la comida. Él fue corriendo a contestar y se alejó de Margot para hablar con la persona del otro lado de la línea. Ella se exaltó al escuchar los gritos e insultos de Cameron. Entonces supo que era momento de irse.
Margot se levantó del sofá, tomó su bolso y cuando se dio media vuelta para dirigirse hacia la puerta, vio a Cameron que terminaba de guardar algo en su cintura, por dentro del vaquero azul que llevaba puesto. Ella se quedó paralizada por el temor que causó saber que Cameron tenía un arma ahí, con él, y que podría usarla para lastimarla. Al notar la mirada de Margot en sí, Cameron se acercó, pero ella se alejó.