Caminaron por la arena durante un rato, y luego Margot le pidió a Connor que la llevara a la universidad. Era viernes y estaba muy cansada; la única razón por la que Margot había aceptado salir esa noche era para ver a Cameron, y se llevó una gran decepción al verlo. No podía sacar la imagen de Cameron y esa chica juntos, y recordarlo hacia que se enfureciera, sentía una sensación inexplicable, sentía celos. Pero el solo hecho de pensar que sentía celos le parecía ridículo, no eran nada más que conocidos.
Margot subió hasta el piso donde está su habitación seguida de Connor y se detuvieron frente a la puerta de su habitación.
-Fue una noche muy agradable. Espero que se repita -dijo Connor.
-Lo fue, y claro que se va a repetir -Margot le sonrió.
Se quedaron en silencio, mirándose. Connor comenzó a acercarse lentamente, acabando los centímetros que anteriormente los separaban. Ella solo se quedó quieta, en ese momento no sabía que debía hacer. Él levantó una de sus manos y le acarició la mejilla mientras se inclinaba unos pocos centímetros para alcanzar sus labios.
-No, aún no -susurró antes de que Connor lograra tocar sus labios.
-Tienes razón, voy muy deprisa -se alejó de Margot con una sonrisa en sus labios-. Nos vemos mañana.
Le besó la mejilla y sonriendo se dirigió al ascensor, mientras Margot lo miraba.
Entró a su habitación luego de sacar la llave de debajo de la pequeña alfombra azul en la puerta. Encendió las luces y comenzó a desvestirse para colocarse su pijama.
Se acostó en su cama y encendió la televisión; pero antes de que pudiese ver algo en ella unos fuertes golpes se escucharon en la puerta. Margot comenzó a tener miedo, eran casi las cuatro de la madrugada. Temía que fuese ese loco que la acosaba. Pero haciendo caso omiso a su miedo se levantó de la cama, dirigiéndose a la puerta. Intentó ver algo por el pequeño espacio que hay en la cerradura, pero lo único que logró ver fue unos vaqueros negros, probablemente de hombre.
Nuevos golpes en la puerta la espantaron.
-¿Quién es? -dijo fingiendo para sí misma valentía.
-Soy Cameron, abre la puerta -respondió.
No estaba segura si debía o no abrir la puerta. Margot no creía que Cameron estuviese allí afuera, mucho menos teniendo en cuenta que estaba "ocupado" con esa rubia en el club.
Margot no respondió.
-Comprendo que estés enfadada conmigo. Pero abre la puerta, me gustaría explicarte lo que sucedió con Lauren -volvió a hablar ya que Margot no respondía.
Luego de escuchar eso, Margot estuvo segura de que si era Cameron, así que, lentamente abrió la puerta de la habitación. La primera impresión de Cameron fue desagradable: estaba completamente ebrio, su ropa estaba arrugada y mal puesta, su cabello todo despeinado y la expresión en su rostro era indescifrable. Ella lo dejó entrar en la habitación y, por supuesto, volvió a encender las luces en la misma.
Margot se sentó en la silla del escritorio, mientras miraba expectante a Cameron, y él estaba embobado mirando uno de los cuadros de Margot que estaba colgado en la pared.
-Estaba durmiendo y me despertaste. ¿Qué es lo que quieres? -intentó sonar lo más fría posible.
-Sé que tú fuiste al club, y me viste con Lauren pero no es lo que crees, te lo aseguro -se acercó tambaleándose hasta donde estaba Margot.
-Eso no funciona conmigo. Yo sé lo que vi, y no me molesta, después de todo tú y yo no somos nada -le respondió levantándose de la silla.
Cameron intentó volver a hablar, pero antes de lograrlo se fue hacia adelante, a punto de caerse, pero Margot logró evitar que se golpeara. Con notable esfuerzo lo acercó hasta la cama e hizo que se sentara allí.
-¿Viniste con alguno de tus gorilas? -preguntó Margot. Él negó con la cabeza-. Espera quieto allí, ya regreso.
Tomó su celular y entró al baño en busca de alguna pastilla para... no estaba segura de para que quería una pastilla, Cameron estaba ebrio no había nada que ella pudiese hacer.
Marcó el número de John, este respondió al tercer tono con voz somnolienta.
-¿Qué sucede Margot?
-Cameron, está en mi habitación y esta ebrio. ¿Puedes venir?
-De acuerdo, ahora voy.
Margot cortó la llamada y salió del baño. Lo primero que hizo fue mirar en dirección a la cama, donde vio a Cameron que estaba medio acostado y parecía que estaba durmiendo, se había desmayado, o había tenido una muerte repentina.
Margot se acercó para comprobar si continuaba respirando; se sintió aliviada al ver que si lo hacía.
La puerta se abrió y John entró en la habitación con cara de pocos amigos.
-¿Qué harás con él? -preguntó John.
-Supongo que tendré que dejar que se quede hasta mañana. Vino solo y apenas puede mantenerse de pie. No puedo pedirle que se vaya y luego ser culpable de su posible muerte y la de alguien más -respondió Margot observando a Cameron.