Pasó casi una semana desde la noche en que Margot y Cameron estuvieron en esa casa para resguardarse de esos hombres. Ella no volvió a ver a Cameron durante esos cuatro días, tampoco habló con él. Fue como si toda su vida volviera a ser como antes de que lo conociera, a excepción de que ahora Stephen la seguía a todos lados, pasaba completamente desapercibido pero ella si lo notaba y le molestaba. Durante esos cuatro días no recibió mensajes de ninguno de sus acosadores, si eran dos.
Intentó contactarse varias veces con Cameron, había llamado pero no respondía, había enviado mensajes que no contestó y también le pidió a Stephen que le dijera si sabía algo de él pero le respondió que no. Lejos de estar preocupada preguntándose si le había sucedido algo, se preguntaba si estaría molesto por algún motivo en el que ella haya influenciado con respecto a sus "negocios".
Como cualquier martes, a las ocho de la tarde, Margot volvía de sus clases. Iba caminando por el campus, hablando con una de sus compañeras, Lisa, se podría decir que era su amiga. Lisa hablaba sobre una fiesta que se daría en la casa de uno de los estudiantes más ricos de allí, pero Margot no prestaba mucha atención a lo que decía, intentaba identificar donde estaba Stephen pero no lograba encontrarlo.
Lisa se detuvo y Margot también lo hizo.
—Entonces, ¿iremos a la fiesta? —preguntó Lisa.
—No, Lisa, lo siento. Debo cuidar a Dylan, mi hermana tuvo un problema.
«Un problema que incluye una cena de trabajo con Luke allí en Los Ángeles» pensó.
Se despidió de Lisa y continuó caminando por el campus hasta llegar a la puerta del edificio y subió hasta el piso de su habitación. Al entrar vió a Dylan sentado en la cama viendo sus dibujos animados. Pero lo que llamó la atención de Margot fue la presencia de Connor allí que estaba sentado junto a Dylan.
—Quería invitarte a salir esta noche pero al parecer ya tienes planes —dijo mirando a Dylan—. Aunque él también se puede sumar.
—Está bien, ¿y puede venir John? —preguntó Margot dejando su bolso sobre el escritorio.
—¡Si! —dijo Dylan— quiero que venga con nosotros.
—Bien, entonces ustedes me esperan aquí y yo iré a avisarle —les dió una sonrisa a ambos y Connor le devolvió el gesto pero con un guiño.
Margot salió de la habitación y posteriormente del edificio y se dirigió al edificio donde estaba la habitación de John. Si, aún estando en una universidad separaban las habitaciones de los hombres en un edificio y las de las mujeres en otro. Entró en el edificio. Subió al ascensor y marcó el piso tres, al salir vió que varios chicos estaban en los pasillos, otros saliendo de sus habitaciones y otros entrando en ellas, por lo que no zafó de recibir algunos silbidos y comentarios.
Al llegar a la habitación de John abrió la puerta, casi siempre la dejaba sin cerrojo, encontrándose con una imagen que la dejó muy sorprendida. El televisor estaba prendido, John estaba sentado en la cama junto con Adam, pero lo que sorprendió a Margot fue que John besaba a Adam. Pero en cuanto oyeron que la puerta se abrió John se alejó rápidamente y se levantó de la cama.
—Margot, yo —se quedó en silencio. El momento era un juego de miradas entre ellos tres.
—¿Quieren salir y posiblemente ir a cenar conmigo, Connor y Dylan? —preguntó intentando terminar con la tensa situación.
John miró a Adam y luego volvió a mirar a Margot y asintió con la cabeza.
—Bien, entonces en media hora los espero en el estacionamiento —sonrió y se dió media vuelta.
Salió de la habitación, volvió a introducirse en el ascensor y salió del edificio.
—¡Margot! —la voz de John sonó detrás de ella. De detuvo y dió media vuelta—. Mar, deja que te explique.
—John, no tienes que explicar nada. Es tu vida y me alegro por ti. Aunque no me gusta que no me lo dijeras antes.
—Si, Mar, lo sé. Todo fue tan repentino que simplemente no lo sé.
Margot notaba que John estaba avergonzado pero no dijo nada y sólo lo abrazó. John al instante correspondió ese abrazo que duró unos instantes pero que sirvieron para que John pidiese notar que Margot no tenía ningún perjuicio sobre él, o al menos esperaba que eso entendiera.
Al terminar con el abrazo y se sonrieron mutuamente. Luego de eso John volvió a su edificio y Margot caminó hacia el suyo pero de pronto Stephen la detuvo colocando una mano en su hombro.
—Margot, el señor Black quiere verte ahora —dijo en un tono serio.
—Pues dile al señor Black que ya tengo planes para esta noche.
—Margot, tienes que ir.
—Ahora yo soy la que no quiere hablar con él —respondió de igual manera—. Y si me disculpas tengo que irme.
Le dió la espalda y entró en el edificio. En el trayecto de la planta baja hasta su habitación Margot iba pensando en todas las posibilidades por las cuales Cameron quería verla y que al parecer era tan urgente, pero no les dió demasiada importancia. Después de todo ella tenía entendido que ese era el estilo de Cameron, tenerla como a un títere. Pero, a pesar de todos los defectos que podía tener él le atraía, le gustaba la forma en la que la trataba, en la que se preocupaba por ella. Y allí era donde nacía la confusión de Margot, le atraía Cameron, pero al mismo tiempo lo detestaba y sentía que no estaba lista para iniciar una relación.